Iniciaba el año 1451, en el que enero, había corrido bastante rápido, y en cambio febrero apenas llegaba a su mitad. Los último meses del año anterior, habían pasado tranquilos, aunque los disturbios en las aldeas del territorio de Misem continuaban.
Mupi, ya pronto cumpliría sus 33 años de edad, aunque salvo por la barba que el invierno había dejado en su rostro, no lucia tan mayor. Mizuki, cumplió sus 11 años en diciembre del año pasado pero, en vez de celebrarlo, solicitó permiso para viajar, pues llevaría flores a sus padres dado que aquel mismo día estos cumplieron un año de haber sido asesinados.
Esleider, se mantenía ocupado, ya que luego de cumplir sus doce años se le habían dado mas responsabilidades. Celani, hab
Llelican se había quedado parado, viendo como Mizuki y el hombre que la había llamado se alejaron y al recordar a la chica sonrió. La ronca voz de su padre lo hizo reaccionar y el joven corrió a su lado. Druposqui y LLelican, estaban de regreso en el castillo de plata. Al bajar del caballo el conde fue abordado por el soldado que le dijo algo acerca de la condesa y sin decir nada el papá de Llelican se fué. Al chico no le extrañó aquella acción y al encontrarse solo se puso a entrenar. Al caer la tarde, el joven Llelican escuchaba cuchicheos cercanos a la habitación de su madre, el chico conocía la condición delicada en la que se encontraba pero, cuando intentó acercarse a verla, su padre salió de la habitación y lo detuvo:—Lo siento Hijo, no puedes p
La muerte de la condesa afecto a Druposqui de tal manera que su aptitud con Llelican cambió, de ser calida y parternal a ser fría y desatendida, Silver aprovecho ese cambio para manipularlo y entrenar a Llelican para « volverlo más fuerte». El joven hechicero, amaba a su padre y el rechazo que este tenía para con el le causaba mucho dolor y enpezo a sentir una triste soledad. En la sala de los hehchiceros del castillo dorado, Mizuki colocaba en envases de cristal polvo de hierbas medicinales y polvos elementales y esenciales para posiones, y El gran maestro Mupi, escribía agilmente sobre un trozo de pergamino, que luego cerró, en forma de sobre. Mupi se acercó a la puerta de la sala y al ver pasar a un soldado por el frente le entregó la carta y solicitó que fuera enviada. Esta era la tercera Misiva que enviaba al castillo de plata tras la muerte de la Condesa, el Maestro hechic
Druposqui y Llelican ya se encontraban en el despacho de Silver donde el silencio ambiento la habitación unos instantes, hasta que el Conde con voz cansada y apagada interrogó:—¿Qué ocurre Silver?—Hemos recibidos varias amenazas del Castillo Dorado, es momento de atacar, antes de que ellos lo hagan.—Imposible, sabemos bien que el Rey Misem es pacifico y es raro que haga alguna amenaza—Alegó Druposqui.—Es cierto hermano—Admitió el general—Pero, estas amenazas no vienen de Misem, sino de uno de sus aliados.—Ya veo—Expresó Druposqui, sabíendo a quien se refería silver.—Entonces, debemos prepararno para atacar, tú e incluso Llelican irá.—¿Y yo que pinto en ese asunto?—reclamó Llelican.—Debes comenzar a participar en las batallas, muchacho—Explicó Silver, serio— Escuche que el Gran maestro del Castillo dorado tiene una aprendiz, ella será tu oponente. el chico miró a su padre, buscando una salvación pero, Druposqui sin mirar a su
Mupi se encontraba en su habitación, sentado en uno de los muebles del estar, observando una hermosa cajita labrada que se encontraba sobre la mesa y dentro de esta el cristal azul brillaba con gran intensidad. El hechicero pensó en como aquella joya había sido creada y de pronto las imágenes de Silver y Druposqui llegaron a su cabeza e instintivamente cerró la caja y aun mirándola frunció el ceño, recordar a los dos habitantes del castillo de plata lo hizo recordar todo el daño que habían hecho. De pronto el Toc Toc de la puerta lo sacó de sus profundos pensamientos haciéndolo dar un salto. Al segundo golpe la voz cantarina de su pequeña aprendiz, Mizuki se escucho preguntando:—Gran maestro esta ahí—Sí, querida, adelante La niña abrió la puerta y dió un pas
El ejercito de plata marchaba al castillo dorado, pasando por las aldeas y destruyendo todo a su paso por ordenes de Silver, sin importar lo que dijera el Conde Druposqui. Nada los detenía.Una maliciosa sonrisa se dibujó en el rostro de Silver al ver a lo lejos la silueta del castillo dorado que aclaraba al igual que el cielo. Mizuki y Mupi se preparaban para las prácticas, cuando en eso uno de los vigías se les acercó y alarmado les anunció:—¡Se acerca el ejercito de plata! El gran maestro se levantó sorprendido y miró a Mizuki preocupado, la chica se levantó y asintió ante la mirada de su maestro. El hechicero expresó:—¡Gracias por el aviso!—y luego ordenó—Ve a decirle al general, la hechicera Mizuki y yo le informaremos al rey y los príncipes. El joven soldado asintió y se fue al otro jardín del castillo, Mupi se dió vuelta pero antes de empezar a caminar sintió que a
Una semana después de la muerte de Druposqui; quien había sido sepultado, junto a sus padres y esposa. Silver le dijo a Llelican que el hechicero Mupi, había sido el responsable de la muerte de su padre, lo cual no era del todo mentira. Sin embargo, el cruel general convención al inocente chico que Mupi había asesinado a Drupsqui, aunque Llelican le creyó, la escena que vió minutos antes de que su padre muriera lo hacía dudar, aun así quizo tener una excusa para volverse mas fuerte y poderoso y derrotar a Mizuki, su auto nombrada rival y Mupi el asesino de su padre. A medida que pasaban los meses, Llelican se volvía mas fuerte y poderoso, aunque Silver lo hacía debilitarse tras algún flaqueo del chico, diciéndole que era una deshonra y que su padre estaría decepcionado de él. El joven hechcicero sent&iacu
La brisa otoñal impregnaba el ambiente e invadía todo el bosque con el cambio del color de las hojas. Tras la ultima batalla, no se había visto a Silver por las tierras del rey Misem y se podía disfrutar de una temporada de paz. Los habitantes del Castillo Dorado, continuaban sus actividades comunes, la hermosa princesa Celani seguía su enseñanza para el convertirse en la sucesora de su padre; el principe Esleider tenía la obligación de administrar los bienes del castillo, una tarea que le encantaba ya que aunque no era el legítimo heredero, pero eso no era algo que le interesara.El rey Misem había contraido una enfermedad que avanzaba con el paso del tiempo y los días, pero su fuerza era admirable y siempre que podía enseñaba algunas lecciones a su hija y compartía con todos su familia del castillo.&nbs
Mas allá del Castillo Dorado, oculto en los bosques del norte, otro castillo de ladrillos grises, se vislumbraba, sombrío en las noches y con un singular brillo en las mañanas y por esto era llamado El Castillo de Plata. Este castillo a diferencia del Castillo Dorado, no había sido habitado por reyes o reinas, si no por una poderosa generación de hechiceros.El jefe actual del Castillo, era un apuesto caballero proveniente de una poderos desendencia de hechicerosy noble familia, aquel poderoso hombre tenía por nombre Arón.Arón era un hombre alto, de contextura delgada pero fuerte, sus ojos negros expresaban confianza y su mirada era firme. El noble Arón había contraído matrimonio, con una mujer sumamente hermosa cuya familia tambien desendientes de hechiceros poseía además una buena cantidad de tierra. Incluidas las aledañas al Castillo de Plata.La esposa de Arón, tenía por nombre Amalia La Condesa de Trubell, región en la que habían vivido muchos años, era