Cuenca- Ecuador - época actual
Paloma, seguía sumida en sus pensamientos y en la profunda tristeza, que la embargaba, se sobresaltó de golpe al escuchar el portazo de la puerta de la casa, escuchó encender el auto, observó a Iván, marcharse.
Paloma, volvió a llorar abrazada así mismo:
—Debí hacer caso los consejos de mi madre, yo no lo conocía bien — sollozo—. Todo es mi culpa, por confiada, por idiota, por creer en un hombre que juró amarme, cuidarme protegerme...todo era mentira.
Los deseos y anhelos de la joven de una vida mejor, llena de felicidad se habían ido a la b****a, llegó a creer que todos los hombres eran iguales y que no podía confiar en ninguno, ni creer en el amor, además ella se consideraba incapaz hasta de sentir placer. La venganza de Iván, de la manera más lenta y cruel la estaba aniquilando, sin que ella supiera la causa del odio de él.
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Iván, llegó hasta la aseguradora en medio de u
Hola chicas paso a dejarles un nuevo capítulo de esta historia. Terrible lo que sucede con Iván, y su alma atormentada por el odio y el deseo de venganza. Las palabras de Gustavo muy ciertas, hay cosas imperdonables. No olviden dejar sus comentarios y lo más importante sus reseñas.
Cuenca- Ecuador Anochecía sobre la capital azuaya. Las luces de los vehículos que transitaban por las vías encandilaban los ojos de Iván, quién tampoco había podido dormir la noche anterior. Sumado a eso, las palabras de su mejor amigo que retumbaban en su memoria como si le estuvieran taladrando el cerebro. «Se me escapa el alma by Amaury Gutiérrez» escuchaba, sentía tanto miedo de perder a Paloma, que no se dio cuenta de que se pasó la luz en rojo, su auto colisionó con otro vehículo; Iván quedó inconsciente. Las personas se agolparon alrededor del accidente. Enseguida llamaron a una ambulancia, debido a que ambos conductores estaban heridos. Pero quien se llevó la peor parte fue Iván, quien recobró el conocimiento en la ambulancia y pidió que lo trasladaran a la clínica donde laboraba su amigo, mientras volvió a desmayarse.
Paloma sacudió su rostro y volvió al presente, entonces dirigió su mirada a Chantal. —Era un amigo —balbuceó. Se quedó pensativa—: Alain Arellano —murmuró, llevándose las manos al rostro. —¿Acaso son familia? —Hermanos —contestó Chantal. —¿Qué relación sostenían con Alain? Paloma arrugó su frente y enseguida se puso de pie, bastante molesta. —Yo no te conozco, no tengo por qué hablar de mi vida contigo. Chantal, también se levantó, y antes que Paloma se alejara tomó del brazo a la joven, entonces le contó sobre el suicidio de Alain, la investigación que Iván mando a realizar, y sus deseos de venganza. Gruesas lágrimas bajaron por los ojos de Paloma, al escucharlo, todo su cuerpo se erizó al comprender los arranques de amor y odio de su esposo, se llevó las manos al pecho tratando de recomponerse, pero le era imposible, ento
Quito- Ecuador Diego, se llevó a la boca el jugo de naranja que reposaba, sobre la mesa, sacó del empaque las medicinas que tomaba para su depresión y ansiedad. Estaba superando poco a poco la enfermedad, como profesional de la salud era consciente que esas condiciones no se curaban de un día para otro, podrían pasar, meses, años, incluso toda una vida, claro que también él debía poner de su parte para ir superando todos sus tormentos, aún el dolor de la pérdida de su hija le quemaba el alma. Pamela, lo había aniquilado completamente como hombre, padre, profesional, ya nada le quedaba en el mundo exterior, no tenía un motivo, ni una razón, para querer estar fuera de aquellas cuatro paredes de la clínica de rehabilitación donde se hallaba internado. Terminó su desayuno, salió a caminar para respirar aire fresco cuándo la voz del padre Alejandro, lo hizo girar hacía la dirección en la que el sacerdote venia caminando. —
Iván, llegó a la Judicatura, se identificó en el counter, le hicieron pasar a una oficina, en donde el fiscal, le estaba esperando: —Señor Arellano, no comprendo su actitud —cuestionó— usted acusa a su esposa y ahora quiere retirar los cargos... ¡Eso es imposible! —¿Por qué? —averiguó Iván— estoy convencido que es inocente — resopló con angustia. —Eso lo determinará la justicia, así que mientras se realicen las investigaciones su esposa se queda detenida en este lugar. Iván, se pasó la mano por el cabello, contrariado, salió de la oficina del fiscal, llamó a sus abogados: —Iván, hay una denuncia de por medio, debes esperar que se investigue el caso —respondió Gustavo. —¡Maldita sea! —exclamó cortando la llamada, a pesar de todo y con sus influencias no logró que le permitieran ver a su esposa, lo único que pudo hacer fue dejar las cosas que había llevado para Paloma. Las dos mujeres que atormentaban a Paloma, fueron trasladadas
Cuenca- Ecuador Una hora después Iván ingresó corriendo al área de emergencia del Hospital Regional de la ciudad, pidió información de su esposa, en recepción le indicaron que tenía que esperar hasta llamar al médico a cargo de la paciente. Iván caminaba de un lado a otro, se agarraba la cabeza, había momentos en los que se sentaba, y luego se ponía de pie, desesperado. —¡Cálmate! —exclamó Gustavo. —¿Por qué nadie dice nada? —cuestionó enojado. —Es un hospital público —comentó su amigo. En eso salió un médico del área de emergencia. —¿Familiares de la señora Paloma Borrero? Iván se acercó de inmediato. —Soy su marido —indicó. —Su esposa está estable — comentó— debe guardar absoluto reposo caso cont
Iván luego de haber sostenido una larga charla con Chantal, llegó a la clínica con una gran sonrisa en sus labios y un ramo de rosas rojas en las manos, creyendo que una vez que Paloma, estuviera en casa, él podría reconquistarla. Cuando ingresó a la habitación se llevó una gran sorpresa, estaba vacía, frunció el ceño y enseguida salió en busca de alguna enfermera.—Señorita, la paciente de la habitación doscientos cinco no está —comentó con preocupación.—La señora abandonó la clínica hace como una hora —informó la enfermera.—¡No es posible! —exclamó Iván, palideciendo, ante la noticia, la sangre se le congeló; en su rostro la angustia se hizo presente, su corazón empezó a bombear con gran fue
Carretera Cuenca- Yanzatza.—¡NO ME QUITES A MI BEBÉ! —gritó Paloma, despertando sobresaltada, asustando a Diego, y al resto de pasajeros; lágrimas corrían por sus mejillas, mientras su corazón latía con fuerza; había tenido una horrible pesadilla con Iván, en la cual él se llevaba a su bebé. La muchacha se cubrió el rostro con las manos sin parar de llorar.—Tenga —dijo Diego, extendiéndole una botella de limonada que compró minutos antes a los vendedores que habían subido mientras ella dormía.Paloma dudó en aceptar, él era un desconocido y ahora desconfiaba de las buenas intenciones de todo el mundo, ya no creía en nada, ni nadie.—No gracias, estoy bien —pronunció tratando de calmarse.
Minutos después que el sacerdote abandonó la alcoba, una joven de larga cabellera negra ingresó con una bandeja de comida. La muchacha era de la comunidad shuar: llevaba un vestido de una sola pieza de algodón en tono azul, mientras caminaba los adornos confeccionados con semillas de frutos de la Amazonia sonaban. Citlalli, utilizaba pulseras en sus tobillos, en los hombros y un cinturón en las caderas, en su cuello llevaba un collar elaborado a mano con cuentas en rojo y azul.El humo que emanaba del exquisito seco de pollo hizo que se le hiciera agua la boca a Paloma, quien tenía bastante hambre.—Yo soy Citlalli. —Se presentó la joven— el padrecito me pidió que le dijera que lo que necesite no dude en avisarme.—Muchas gracias —respondió con una sonrisa, entonces empezó a servirse la deliciosa comida, el aroma y e