Cuenca-Azuay, Ecuador.
Paloma, sostenía entre sus dedos un vaso con jugo de naranja. Observaba por las ventanas los árboles que adornaban la urbanización, su casa estaba alejada de las demás del sector, claro que a su parecer era una ciudadela nueva, las pocas residencias que existían eran mansiones de lujo, como la que ella habitaba.
Cansada de estar sin hacer nada, empezó a recorrer la estancia. Caminó por la sala, acarició con sus dedos la reluciente madera del piano de cola, acomodado en una esquina del salón principal. Subió por las gradas y fue abriendo cada una de las habitaciones, todas limpias, ordenadas, con baño privado, no entendía la razón por la cual Iván, había comprado una mansión solo para ellos.
Paloma empezaba a percibir la soledad en aquella enorme casa. El mismo hondo vacío, que ahora su entristecido corazón experimentaba.
Convencida que su esposo quizás estaba
Queridos lectores empieza el calvario para Paloma. Iván en verdad está decidido a cobrar venganza. ¿Qué creen que suceda más adelante?
La chica tembló al escucharlo, divisó a su esposo, con los ojos cristalinos, los labios le tiritaban tratando de contener las ganas de llorar. Iván se puso de pie, tomó el plato y se dirigió a la cocina, mientras Paloma, iba tras de él, entonces él vertió el contenido en el fregadero. —Ni los perros comerían esto. —Pero ¿Qué es lo que no te gustó? —averiguó Paloma, con la respiración entrecortada. Iván se acercó a ella de manera intimidante. —Yo solo me sirvo comida gourmet, y lo que tú preparaste es una porquería. Paloma se aproximó a la olla de la sopa, tomó una cucharada y saboreó su guiso, no comprendía nada, para ella estaba deliciosa su preparación. —Lo lamento —susurró—pero yo no sé elaborar comida gourmet. Salió llorando de la cocina, y de la casa, caminó por el jardín y se fue a sentar en una
Cuenca- Ecuador Paloma, sentía que las piernas le temblaban, observaba hacia el vacío, y a lo lejos la inmensidad de la ciudad, que se veía pequeña desde los más de tres mil metros de altura del cerro de Barabon. —Tengo miedo —susurró al oído de Iván. —No temas estoy contigo —murmuró él besando su mejilla, entre tanto el instructor de Alas Delta, les indicaba que era el momento. Paloma se hizo la señal de la cruz, mientras corrían y el paracaídas se elevaba, ellos saltaban desde lo alto de la montaña; una sensación de vacío se apoderó del cuerpo de la joven, su estómago se contrajo producto del vértigo. —Abre tus ojos —solicitó Iván. Paloma despacio fue abriendo sus párpados para disfrutar el paisaje mientras el viento soplaba su rostro y respiraba aire puro; los árboles parecían miniaturas desde lo alto del cielo. <
Cuenca-Ecuador. Iván abrió sus ojos con sorpresa. Palideció asustado al verla en el piso. Resopló dándose cuenta de su gran error. Se estaba convirtiendo en un hombre agresivo, y él no era así, odiaba la violencia. Se acercó a su esposa muy arrepentido de su proceder. Con las manos temblorosas y el corazón agitado se inclinó ante ella: —Paloma, mi vida, por favor reacciona, no quise hacerte daño. —Sollozó tomándola con cuidado de la cabeza. La joven abrió despacio los ojos, sentía que todo le daba vueltas. —¿Estás bien mi amor? —averiguó Iván, abrazándola sobre su pecho. —Me duele mucho la cabeza, estoy mareada —indicó la joven, tocándose el golpe. —Vamos a una clínica, es necesario que te revisen —sugirió Iván, entonces la ayudó a ponerse de pie, la sostuvo entre sus brazos para que pudiera subir al auto. Paloma inclinó su cabeza hacia atrás,
La mujer recordó el triste momento cuando apenas tenía diez semanas de embarazo y él la golpeó sin piedad provocándole un aborto. Le practicaron un legrado, en esa época en los hospitales públicos no tenían ninguna consideración. Sin nada de anestesia introdujeron dentro de la cavidad uterina una varilla con mango y una pequeña asa para ir raspando el endometrio. El dolor que sentía en ese instante sumado a las costillas rotas y a la angustia emocional de haber perdido a su bebé, aniquilaron por completo la salud física y mental de Lourdes. Cuando le pidió ayuda a su madre para separarse de Guido, la señora se la negó diciendo que no podía dejar a Paloma, sin su padre. El médico le recomendó reposo absoluto durante quince días, nada de relaciones sexuales para evitar infecciones, a más que los golpes no la dejaban moverse, pero su marido, no esperó que ella se recuperara, la tomó a la fuerza, debido a que por las heridas no podía ni defenderse, sollozaba suplicando que no lo hiciera
Cuenca- Ecuador. Una semana después. Iván, colocó su dedo en el interfono del aquel apartamento. —Sigue cariño —se escuchó en la voz de una mujer. Enseguida el portón eléctrico se abrió Iván, tomó el elevador y llegó al piso indicado, entonces en la puerta con la mano sobre el marco y la otra en la cintura apareció Chantal, enfundada en un vestido negro, de un solo hombro ajustado a su voluptuosa figura.
Paloma, salió del estudio con su libro en la mano. —Tengo examen mañana —le dijo a su esposo. —Lo siento, sabes que tocar el piano me relaja —indicó él, con un gesto de su mano la llamó a que se sentara a su lado, mientras terminaba de entonar la pieza, empezó a besar a su esposa en el cuello. —Iván, tengo que estudiar —murmuró la joven, entonces él dejó de entonar la pieza, cerró el piano con fuerza, asustando a Paloma. —Encima que lo pierdo todo, ahora hasta tú te niegas a estar c
Cuenca- Ecuador Iván, despidió a la actriz, canceló por sus servicios y luego la envió en un taxi hasta su casa. Mientras subía lentamente por las escaleras y colocaba un pie en cada una de ellas, su corazón se iba empequeñeciendo al escuchar los sollozos de Paloma; en vez de alegrarse por su sufrimiento sintió mucho dolor en su corazón, el arrepentimiento golpeó su alma, percibía su pecho quemar de tristeza, un nudo se le formó en la boca del estómago cuando colocó su cabeza en la fría madera de la puerta de la alcoba donde su esposa no paraba de llorar. —Lo lamento, pero la muerte de mi hermano, no puede quedar impugne, así me destroce el alma debes pagar por lo que hiciste —murmuró en voz baja con profunda melancolía; mientras lágrimas rodaban por sus mejillas recordó el instante que escuchó aquel disparo que cegó con la vida de Alain, se sentó recargando su espalda en la puerta, abrazó sus rodillas llorando al igua
Cuenca- Ecuador - época actual Paloma, seguía sumida en sus pensamientos y en la profunda tristeza, que la embargaba, se sobresaltó de golpe al escuchar el portazo de la puerta de la casa, escuchó encender el auto, observó a Iván, marcharse. Paloma, volvió a llorar abrazada así mismo: —Debí hacer caso los consejos de mi madre, yo no lo conocía bien — sollozo—. Todo es mi culpa, por confiada, por idiota, por creer en un hombre que juró amarme, cuidarme protegerme...todo era mentira. Los deseos y anhelos de la joven de una vida mejor, llena de felicidad se habían ido a la b****a, llegó a creer que todos los hombres eran iguales y que no podía confiar en ninguno, ni creer en el amor, además ella se consideraba incapaz hasta de sentir placer. La venganza de Iván, de la manera más lenta y cruel la estaba aniquilando, sin que ella supiera la causa del odio de él. ****** Iván, llegó hasta la aseguradora en medio de u