CAPÍTULO 12 – UN GILIPOLLAS.
Llevaba despierta bastante tiempo, a espaldas de él, que no había vuelto a dirigirme la palabra desde anoche, desde aquella misteriosa llamada.
Me sentía como una imbécil al haber permitido que me besara, había esperado mucho más después de aquello, pero me sentía como una completa estúpida en aquel momento.
Se levantó de la cama, sin tan siquiera saludarme, quizás pensara que aún dormía, pues no podía verme la cara. Y se metió en el cuarto de baño, supuse que iba a darse una ducha, como todas las mañanas.
Su teléfono comenzó a sonar de nuevo, haciendo que mirase hacia la pantalla con curiosidad, él número que aparecía no parecía estar guardado en la agenda, supuse que serían noticias de comisaría, sobre Tommy, así que
CAPÍTULO 14 – SECRETOSCuando desperté, a la mañana siguiente, y miré a mi lado, él no estaba allí, no comprendía donde podía estar.Me puse el camisón y la bata de casa y bajé a buscarle, apenas eran 8 de la mañana, pero era demasiado temprano para que alguien estuviese despierto aquel día, pues era fin de semana.Lo encontré en el jardín, hablaba por teléfono con alguien, parecía bastante cabreado, tenía puesto el pantalón, pero no tenía camiseta, y eso lo hacía parecer mucho más sexy.Caminé hacia él, calmada, totalmente predispuesta, estaba feliz de haberme acostado con él y ya no tenía miedo de enamorarme, tan sólo sabía una cosa, estar con él me hacía muy feliz.Voy a preparar un poco de café &
CAPÍTULO 15 – LO QUE TU CORAZÓN ESCONDE.Caminaba por la calle, hacia mi casa, aún estaba bastante afectada por lo que había pasado, y no podía evitarlo, mis lágrimas seguían cayendo emborronando todo el maquillaje. Me sentía realmente estúpida por haber confiado en él. Debí haberme alejado de él, él no era el tipo de tío en el que me habría fijado, era demasiado bueno como para esperar que pudiese hacerme daño, por eso no me fiaba de los tipos como él, porque eran demasiado impredecibles.Había dado varios rodeos, pero ya no tenía más ganas de caminar, así que entré en mi casa, era toda una suerte que fuese sábado pues no había nada en casa, todos estaban fuera aprovechando la mañana.Subí a mi habitación, tan sólo quería acostarme, quer&i
CAPÍTULO 17 – EL BAILEMe sentía realmente bonita con aquel vestido. Llevaba un vestido blanco con florecitas bordadas, y el cabello recogido hacia un lado formando una trenza, encima de esta, había una bonita flor dorada decorando el pelo.Salí al escenario, junto al resto de las muchachas que teníamos que representar aquel baile, y dimos una tenue reverencia hacia nuestra pareja, descubriendo ante mí a David, tragué saliva, aquello no era lo que necesitaba para nada, pero no podía defraudar a mi abuela, así que me agarré a él, como era preciso, y nosotros y el resto de parejas comenzamos a bailar aquella hermosa melodía, era una especie de tango español, precioso, le había cogido gran cariño a aquella canción.Me cogió de la cintura y bailó suavemente aquel siseo de guitarra, mientras movía los pies r&aacut
CAPÍTULO 18 – INSULTOSEstaba en el hospital, con los ojos aun cerrados, mientras percibía como todos negaban con la cabeza, parecían estar discutiendo sobre David. Él policía que se había atrevido a entrar en su casa.Es toda una suerte que no hayas aceptado ser su esposa – admitía mi abuela, haciendo que todos los que aún no sabían nada, mirasen hacia ella – no podría haber soportado que te casases con un policía.Abuela…Él muy idiota pretendía que le dejásemos entrar a verte… después de habernos engañado. - refunfuñaba mi padre.Me levanté de la cama, con dificultad, pues aún me dolía bastante la herida que tenía en la pierna, me había dado de lleno en el muslo inferior. Pero era una herida superficial que no parecía habe
CAPÍTULO 20 – EN CASAHabía vuelto a casa, todo parecía en calma, en las últimas semanas apenas comí y hablé demasiado con mi familia, pero en la tercera semana acepté salir con mis hermanos a bailar, en parte lo necesitaba, necesitaba salir de aquellas cuatro pareces y despejarme, necesitaba olvidarme de él.¿quieres bailar? – me preguntó Juan, tras largo rato observándome en el club. Asentí despacio, mientras agarraba su mano y me dejaba llevar por la música y por él - ¿las cosas no fueron bien con el poli?No quiero hablar de ello – le rogué, mientras levantaba los brazos para entrelazarlos en su cuello.Es un estúpido al dejarte escapar así. - espetaba, mientras miraba hacia él y sonreía, sabía que sólo estaba intentando animarme, pero hablar de él
CAPÍTULO 22 – CHARLIEEstaba en su casa, habíamos conducido durante toda la noche hasta llegar allí.No sabía muy bien que era lo que se proponía. Aun así, le seguí la corriente, porque quería ver que era lo que se proponía.Esperé paciente, hasta que el timbre sonó y el corrió a abrir la puerta, apenas habíamos hablado en todo el trayecto, y tampoco estando allí en su casa.¿qué es eso que corre tanta prisa? – Preguntaba la mujer entrando en la casa, descubriéndome a mí sentada en el sofá del salón.Rachel, ella es Isabel – aclaró, como si presentarme a su mujer fuese a solucionar algo.Entiendo – comenzó la mujer, como si supiese algo que yo no.- pensé que sólo bromeabas.¿te parecía que
Era ser una vez, en un lago junto a un verde prado, un hermoso cisne blanco se vislumbraba.Solía ir a nadar a aquel bonito lugar, pues tenía unas vistas fabulosas.Cada día este hermoso pájaro nadaba alegremente sobre las aguas, siempre distante, siempre orgulloso, siempre tranquilo.Levantó las alas para que el resto de aves vislumbraran su hermoso plumaje. Todos lo admiraban maravillados, pensando en lo perfecto que este era, pues aparentemente no parecía tener ningún defecto. Pero como la mayoría de veces suele pasar, las apariencias engañan.Esta bella ave, tenía un misterioso secreto que ocultar:Cada 28 días, con el resplandor de la luna perfecta, este triste cisne, se convertía en humano. Siendo aquel su triste secreto, permanecer huma
CAPÍTULO 2 – UNA TERRIBLE NOTICIA.Tras abandonar el escenario, corrí hacia el despacho de mi jefe. Entré sin llamar, algo inusual en mí, haciendo que Doug me mirase sin comprender.Douglas McGregor era un hombre corpulento, tenía bello en casi todos los lugares que estaban visibles y en los que no, la barba le llegaba hasta el cuello, y parecía orgulloso de ello, tenía el cabello rubio y canoso, ojos azules. Su voz era grabe y potente.Él está aquí – comencé, mientras dejaba de prestar atención a las facturas del mes y me miraba perplejo, sin saber a lo que me estaba refiriendo – el policía – insistí nerviosa, haciendo que mi jefe se levantase con rapidez y tirase la silla hacia atrás.Maldito McFarrel – Refunfuñaba, mientras se dirigía hacia la puerta, invitándome a que le si