La cara de terror del granadero realmente reflejaba el fin del mundo, al menos para él. Después de haber estado disparando contra ellos con su lanzagranadas ahora se encontraba en el camino de estampida como venganza.
— ¡Sargento! — Gritó el granadero.
Pedía auxilio y comenzó a correr de regreso al campamento esperando tener la seguridad y protección de sus compañeros.
— ¡Sargento! ¿Qué hacemos? — Soldados pedían indicaciones.
El desespero del granadero provocaba pánico profundamente en la situación, de un momento a otro ahora el turno de atacar se lo llevaban los licántropos Jake y Mau.
— ¡Disparen, pero tengan cuidado de no apuntar a nuestro soldado! — El Sargento General Román Palacios ordenó señalando hacia el granadero.
Los soldados comenzaron a disparar como se lo hab&iacu
Los gritos de dolor, odio, furia, lamentos y desesperación cantaban el coro de la guerra en media del Bosque Negro…Carpas comenzaron a incendiarse y destellos por doquier significaban balas cruzando de lado a lado con letalidad, tanto que ni si quiera fueron solamente las bestias quienes recibieron sus impactos, sino también soldados en la línea de fuego que eran heridos por proyectiles de sus aliados al estar perdiendo su formación.De un momento a otro el caos creció como un tornado arrasando la paz, la rivalidad, ambición, orgullo y necesidad eran protagonistas del conflicto incandescente que se armaba esa terrible noche.— ¡Sargento! A este paso no resistiremos mucho. — Un soldado buscaba alternativas.— De inmediato, quiero que saquen las armas pesadas y comiencen a pelear como se les ha enseñado, es el momento al cual ustedes están destinados. ¡Juntos masac
El resto del mundo se opacó en ese momento… Estar en la mira de aquel soldado con el lanzacohetes realmente describía lo que se sentiría estar al borde de la muerte, aunque claro, James realmente no moriría por el lanzacohetes, pero quedaría fuera del combate por al menos un par de horas… Horas que no tenía, en ese tiempo Jake y Mau aprovecharían para hacer de las suyas, además de tenerlo bajo su control si llegaban a derrotar a Leo. Lo cual era probablemente lo que pasaría si peleaban ambos contra él, Leo tenía un aullido poderoso que dejaba conmocionado a cualquiera, sin embargo, no sería suficiente contra la brutalidad de aquellos dos monstruos a los que se enfrentaría.¿Qué iba a pasar entonces? James estaba paralizado por el miedo, no podía moverse aun sabiendo que si no lo hacía iba a ser el final… Aquel soldado acató la orde
— Aquí va a pasar algo muy interesante… Lo siento mucho, hermanito… Pero tengo que hacer lo que vine a hacer. — Jake con una leve sonrisa en el rostro sigue avanzando hacia James.— Yo también vine a hacer algo, escuchaste a mi amigo… Además, prometí que devolvería el Corazón de Astra a su verdadera dueña. — James enojado también se acerca en cada paso.— ¡Ha, ha, ha! ¿A quién se lo prometiste, a este charlatán muerto? — Jake termina por soltar una carcajada.— No precisamente, él más bien me estaba ayudando a cumplir esa promesa a la vez que yo lo ayudaba también… Le prometí a la mismísima Diosa de la Luna, Astra. Que le regresaría intacto lo que le pertenecía a su santuario.— Idiota… Esa Diosa inútil ya no tiene poder en esta tierra,
— Responde… ¿Por qué lo has matado? — James desconfiaba.Jake se desangraba y rápidamente moría, la Daga Astra había atravesado su corazón y por las propiedades que esta tenía iba a ser imposible que sobreviviera. Para Jake era el final de su larga ambición, nunca volvería a levantar su cuerpo y apenas en segundos y comenzaba a desvanecerse al igual que lo había hecho Darryl.El ambiente se volvió pacífico, quizás la energía negativa que el Bosque Negro irradiaba por la presencia maligna de seres con intenciones profanas hacía que el entorno fuese más denso.Sobre las cabezas de Mau y James el cielo se coloreaba de un celeste con tonos naranjas simbolizando que el amanecer estaba pronto a llegar.Mau, se transforma nuevamente de regreso en su forma humana, en sus intenciones la batalla que se había extendido durante tod
Al abrirlo, impecable y majestuosamente se encontraba el Corazón de Astra sobre una almohadilla, finalmente veían con sus propios ojos la mítica piedra robada.— Tenías razón, James. — Mau mira a James con satisfacción.— Adelante, tienes que colocarla sobre el pilar y ver qué pasa. — Comentaba Mau dando un par de pasos hacia atrás.James se colocó delante del pilar y colocó suavemente el Corazón sobre su superficie…Lentamente comenzó a iluminarse y a levantarse sobre el aire a la vez que brotaba a su alrededor una especie de nova, justo como las historias la describía.De un momento a otro el santuario comenzó a moverse, el pilar se deslizó nuevamente a su posición y los escombros a en todo a su alrededor, en el suelo y en sus paredes volvió a su lugar como volviendo a atrás en el tiempo, las
La culpa y remordimiento que sentía James crecía cada noche que pasaba, el arrepentimiento eterno era su castigo y ninguna consolación se dejaba ver. ¿Era posible resistir aquel sufrimiento? El hecho de recordar a su familia, frente a sus ojos fallecer, su ira cegadora y su corazón frío ante aquella situación, le impedía acostumbrarse a lo que en cada noche la brillante luna lo convertía. Las palabras de una voz desconocida y reverberante en su delirante consciencia le decían: "Tus acciones te convirtieron en un monstruo y eso vas a ser por siempre", palabras que, en su cabeza hacían un eco intenso mientras se desvanecía el control sobre su cuerpo transformándose dolorosa e inevitablemente en bestia. Los amaneceres a pesar de que le devolvían su cuerpo humano, no le devolvían ninguna calma debido a que los flashbacks de la noche anterior se hacían presentes sin previo aviso y acompañados de una migraña aguda que seguramente sería muy molesta e
Estaba llorando, su cara pintaba roja y su frente sudaba como maratonista en competición, golpeaba el tronco de los árboles tan fuerte como sus manos podían soportarlo al igual que un luchador entrenando con un saco de boxeo. James estaba completamente destruido por dentro y tenía tantos pensamientos lamentables que sería fácil creer que en algún momento se volvería loco de tanto que su cerebro se retorcía a especie de trauma, pero no, lo que estaba pasando era simplemente la forma en que drenaba la ira y enojo que siempre tuvo y por la cual estaba siendo encadenado a su maldición.James era un buen hombre, siempre estuvo centrado en trabajar y mantener a su familia cómoda en casa. Además, era atlético, detallista, carismático y siempre quería que todo estuviese bien, sin embargo, no podía ser perfecto y tenía un detalle bastante alarmante.James, desd
James tenía 22 años, vivía a las afueras de un pequeño pueblo llamado “Moonhouse” en una zona boscosa que apenas se comenzaba a dibujar en los mapas. Vivía y trabajaba junto con su padre, su madre había fallecido cuando muy pequeño y tenía un hermano poco mayor que él pero que desde que su madre los había dejado se había unido a un grupo de cazadores de tesoros que buscaban monedas de oro y otros artefactos que tuviesen algún valor para alguien, dicho hermano no tenía cercanía con ellos y solo tomó un camino diferente.Posiblemente por ello James fue criado de manera más estricta o ruda, estaba encargado de llevar una carreta de madera cargada de baldes al río para recolectar agua y regresar a recargar el bebedero a los animales que su padre criaba, entre ellos algunas aves y cerdos, aunque su trabajo principal era amaestrar lobos para usos de cac