La Máscara

Negra, de estilo metalizado y rasgos bastantes pronunciados… La máscara daba terror, parecía la de algún verdugo de un siglo pasado y tenía una distinguida marca a lo largo de forma horizontal en la parte superior central de frente. Eran una especie de líneas perfectamente grabadas sobre el material.

 

 — (Esto me hace recordar a los dibujos antiguos que descubren los arqueólogos o saqueadores de tumbas en Egipto y otros lados que salen en la TV) — Fue lo primero en pensar James al detallar la extraña máscara. 

 — ¡Elena! — Grita entrando a casa buscando a su pareja. 

 — Tienes que ver esto. 

 — ¿Que es eso?. 

 — Cariño, es una máscara. 

 — Si veo que es una máscara, que fea es ¿Intentas hacerme una broma o algo?. 

 — No, no, no. Es la máscara que tenía el asesino de mi padre aquella noche que todo pasó. 

 — Ok, pero… ¿De dónde la sacaste?. 

 — La encontré. 

 — ¿Dónde?. 

 — Afuera, en el lugar donde peleamos. 

 — Me habías dicho que cuando lo golpeaste se le cayó, ¿No?. 

 — Exacto, pero no me había fijado que él se fué corriendo y la dejó tirada allí en el suelo. 

 — ¿Y que piensas hacer con esa cosa?, No quiero tenerla aquí en casa ni mucho menos que Janna la vea o peor aún, que quiera jugar con ella y que vaya a ponérsela. 

 — No, solo será por hoy. Por Janna no te preocupes la colocaré en un lugar alto que no pueda verla ni alcanzarla. 

 — ¿Y después qué?. 

 — Escucha, mañana la llevaré al pueblo quiero ver si alguien puede reconocerla. 

 — No sé si sea buena idea… Siento que puede traernos problemas. 

 — Quizás pueda encontrar a los responsables de la muerte de mi padre, cariño. 

 — He hablado contigo muchas veces, solo quiero que todo esté tranquilo y no meternos en cosas peligrosas. 

 — Elena, lo sé. Pero por favor, necesito averiguar qué querían con Paine y porqué mi padre murió por ello. 

 — Solo quieres vengarte y capaz hasta hacerles lo mismo que le hicieron a Julio. 

 — Necesito justicia. 

 — Entiendo, James. Haz lo que quieras hacer, pero Janna y yo nos quedaremos aquí y si las cosas se ponen peligrosas vamos a irnos al otro pueblo, a casa de mis papás. 

 — ¿De verdad?. 

 — Si, lo siento pero no puedo poner en riesgo a nuestra hija sobretodo con esos matones. 

 — Ok, ok. Tienes razón, pero no te preocupes todo estará bien, nadie va a venir. Solo voy a averiguar hasta donde sea seguro y no nos meteremos en problemas. 

 — Está bien, pero ya sabes lo que haré si no es así. — Advierte Elena a James dándose vuelta y respirando profundamente.

Las sombras arrasan el bosque junto con todo aquello que esté de pie sobre la tierra oscureciendo todo dando paso a la noche. Las luciérnagas pasean sus brillantes colas entre las ramas de los árboles y un búho de grandes ojos amarillos parece vigilar todo aquello que se mueve a la vez que canta un tenebroso coro. Ya en cama Elena y Janna duermen a un lado de James, pero… Con sus ojos cerrados su respiración se torna agitada, se abren sus glándulas sudoríparas liberando un frío sudor por toda su piel a la vez que se tensan sus músculos y se engrosan sus venas haciéndole circular más sangre debido a los rápidos latidos que su corazón refleja en bombeos… 

 — "Algo me persigue, estoy corriendo pero ni quiera sé a dónde… No hay un camino solo existe un charco negro infinito que parece cada vez más espeso a medida que siento acercarse aquella aura maligna que tiene intenciones de devorarme. Estoy sintiendo cansancio, no creo pueda sobrevivir a lo que sea que venga hacia mí. De repente pisando en el charco que era muy poco profundo caigo en profundidad, mis ojos se están derritiendo en el espeso y extraño líquido negro dejando entrar al mismo hacia dentro de mi cabeza al igual que lo hace por mi nariz y boca… Y todo desaparece como si jamás hubiese pasado, ahora me encuentro en un vacío que con mi primer pestañeo empecé a ver en picada libre hacía varias direcciones, estaba cayendo hacía abajo y cuando impacté contra el suelo todo se reinicio, con la diferencia que ahora caía hacia arriba… Cuando choque de nuevo atravesé hacía un lado como si hubiese atropellado una pared. Fué en ese instante cuando todo se quedó quieto, sin embargo, no pude sentirme tranquilo puesto a que no sabía que iba a suceder ahora. No podía moverme pero puede ver cómo se acercaba de nuevo el aura maligna a toda velocidad hacia mí… Se frenó justo en mi rostro y pude ver con claridad que había dentro de esa nebulosa. La máscara me miraba fijamente aunque no tenía ojos, solo estaba allí en el aire. Un estruendoso sonido salió de ella y se giró 180 grados quedando con la cara hacia atrás para un segundo después estrellarse contra mi rostro encajando dolorosamente."— Era una pesadilla lo que James en ese momento tuvo, despertó dando un brinco, sus pupilas estabas dilatadas a punto de agrietar sus ojos y con un dolor de cabeza que preferiría no comparar… 

 — ¿Que sucede? ¡James! — Elena grita estremeciendo a James esperando que reaccione y estabilice su respiración, su pulso rebotaba como loco y su color de piel era pálido como la nieve. 

 — Es-estoy bien. — Tosiendo y desorientado pide a Elena que esté tranquila. 

 — Por favor, un vaso con agua.— James a voz casi vacía pide. 

 Elena se mueve rápidamente sirviendo una jarra y un vaso el cuál James sin pensarlo toma. 

 — ¿Estás bien, cariño? — Elena preocupada pide respuestas a James a la vez que el llanto de Janna terriblemente asustada se escucha en la habitación. 

 — Si, si… Primero calma a la niña, también ofrecele un poco de agua y asegúrate de que esté bien. 

 — Estoy en eso, necesito saber que es lo que está pasando y porque te has despertado así. 

 — Tuve una pesadilla. 

 — Pero fíjate, una pesadilla no pone en ese estado a una persona. 

 — Lo sé, no fue cualquier pesadilla… Se sintió muy real e incluso perdí el control de mi cuerpo y de mi mente. 

 — ¿De que era la pesadilla?. 

 — Sobre la máscara que encontré, básicamente la máscara me buscó y se pegó a mi rostro a la fuerza. 

 — Te dije que esa máscara no debía estar aquí, tiene malas energías y era obvio que es mejor botarla en alguna chatarrería para que la fundan y sea destruída. 

 — Lo haré si no encuentro nada, por favor. Estoy bien ya todo pasó. —

El sol se posa en lo alto del cielo como un cometa radiante de luz. James está absolutamente convencido de lo que debe hacer aunque Elena no esté de acuerdo con las acciones peligrosas que intentará hoy y que pueden atraer lamentables repercusiones.

 

 — ¿Estás seguro, James?. 

 — Si, cariño… Es mi deber. 

 — De verdad aún no puedo creer que estés a punto de cometer esta locura. 

 — Confía en mí, sé que algo voy a encontrar. 

 — Espero no sea el último desayuno que te sirva a la mesa. — Dice Elena en tono de broma. 

 — Haha, que graciosa. Yo espero volver y encontrarte aquí y no en otro pueblo con Janna. — Responde James guiñando su ojo. 

 — En cualquier de los dos escenarios estaré con segura y sobretodo con vida. 

 — Bueno… 

 — Jaque mate, chico rudo. 

 — Antes de irme alimentaré a los animales y les pondré agua limpia, la verdad no estoy seguro de a qué hora regrese y no quiero que pasen hambre si se me hace tarde. 

 — Entiendo, de igual forma estaré atenta por si algo puedo hacer. 

 — Gracias, cariño. Voy entonces a poner manos a la obra. — 

 James siguiendo su plan, arregla su bolso y se prepara para salir. Toma la máscara y la lleva en sus manos, abre la puerta y al pasar justo por el frente de la jaula de los lobos Paine comienza a gruñir sin razón alguna… 

 — (Que extraño… Paine nunca actúa de esa manera) — Pensó mirando la inusual reacción del lobo. Se acerca a Paine ,pero a medida que lo hace puede notar que cada vez se torna más agresivo y muestra más sus dientes. 

 — Paine, soy yo… Soy James, ¿Que sucede?. — Eran las palabras en voz alta que le decía al lobo esperando que éste se calmara al darse cuenta que se trataba de su dueño quien se dirigía hacía él. 

 — Chico, ¿Que está molestándote?.— Colocando la mano en el pasador de la jaula Paine arremete contra la puerta abriendo su boca he intentando alcanzarlo. James da un paso hacia atrás y coloca sus manos delante de él moviéndolas en varias direcciones. Es allí donde se da cuenta que Paine parece estar concentrado en algo, precisamente en la máscara que estaba sosteniendo en ese momento. 

 — (Quizás la máscara tiene algún olor que reconoce y por eso la agresividad.) — Pasó por su mente. Así que intenta confirmarlo estirando sus brazo a cada lado teniendo una mano vacía y la otra con la máscara entre los dedos.  

 — (Impresionante, este lobo es más inteligente de lo que creí.) — Asombrado mientras miraba que efectivamente el lobo se concentraba en la mano donde la máscara estaba…

Acercó su mano junto con la máscara a la jaula y Paine se desesperaba por morderlo, jamás James había visto a un lobo tan rabioso por algo e inclusive tenía curiosidad de saber la verdadera razón por la cual Paine reaccionaba de esa manera en contra de aquella máscara. Sin embargo, tenía que terminar su trabajo allí para poder dirigirse al pueblo en busca de respuestas. Por lo que colocó la máscara en su bolso para luego lavar y refrescar los bebederos de cada uno de los animales. Rellenó igualmente sus envases de comida con granos para las aves, frutas, verduras y legumbres para los cerdos, hojas verdes y pasto para las cabras y por último masa y trozos de alitas para los lobos. Limpia los alrededores de sus jaulas y se asegura de que esten cerradas cada una con su respectivo candado de seguridad.

 

 — ¡Cariño, estoy listo para irme!. — Avisa a Elena por la puerta trasera. 

 — ¡Está bien!, Pero Janna quiere darte un abrazo para despedirse y dice tener algo para tí. 

 — Voy adentro entonces. 

 — Cuídate mucho, James. Por favor no te metas en problemas y regresa a casa temprano. 

 — Tranquila, ya verás que todo va a salir bien y estaré aquí antes de que anochezca. 

 — De verdad, que Dios te acompañe. 

 — ¿Dónde está Janna?. 

 — ¡Papá!. — Sorprende Janna a James lanzándose sobre él abrazándolo. 

 — Ohh, pequeña traviesa. Mamá me dijo que tienes algo para mí, ¿Que es?. 

 — Papá, guardalo en tu bolsillo. Es un amuleto de la buena suerte que hice para tí. 

 — ¡Esto es grandioso!, Ahora sí me siento completamente preparado para cualquier aventura. Gracias hija, te amo. 

 — Y yo a ti, papá. 

 — Debo irme — Se levanta James dando un beso a ambas y nuevamente saliendo afuera.

 

 — (Ok, James… Tú puedes, no sé lo que me espera pero estoy seguro de que hoy será un día muy largo. Solo también aspiro poder obtener respuestas.) — Se dijo a sí mismo mientras se cargaba su bolso y daba los primeros pasos encaminandose al pueblo.

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