Los pasos hacia el pueblo aumentaban el drama de la situación, la brisa susurraba al oído y el clima seco daba la impresión de la zona estar desolada. James estaba decidido, pero eso no significaba que no tuviera miedo ante aquello que pudiese descubrir.
— (Es el día, es el día, hoy descubriré que significa está máscara y sus grabados.) — Su mente acelerada le decía… Después de una caminata por todo el trayecto desde su casa al centro del pueblo comienza a preguntar a aquellos que trabajan allí como tienderos o pueblerinos comunes. — "Hola, ¿Has visto esta máscara antes? Disculpe, ¿Reconoce está máscara? Feliz tarde, quisiera saber dónde hacen estás máscaras. ¿Cómo están? Verán necesito ayuda con esta máscara, quiero encontrar a su dueño." — Preguntaba a cada persona que se atravesaba en el camino. — (Alguien debe saber, alguien debe tener alguna idea.) — Eran las cosas que pasaban por su cabeza cada minuto. Había pasado una hora y aún nadie le daba alguna información que valiera la pena, entonces se sienta en un banco a reorganizar sus opciones cuando un adulto mayor, ya de cabello blanco y poco arreglado le comenta.— Oye, amigo. Yo de verdad no sé qué es eso que traes en tus manos, pero parece terrorífico. — Si, nadie tiene idea de que es… — ¿Y ya fuiste al bar del pueblo? — Preguntó el señor a James cuando a este se le ocurrió que no había ido a ese lugar. — ¡Eso es, no he ido allí! — Antes bebía mucho en el bar y siempre se escuchan historias relacionadas con cosas así. Pero debes tener cuidado, si preguntas lo incorrecto es mejor no meterse en problemas. — Gracias, gracias. — Agradece al desconocido estrechando su mano y con el bueno destino en mente, en bar del pueblo. — (Vaya, parece una tasca de mala muerte). — Fue la primera impresión al entrar a aquel lugar lleno de personas y jarras de cerveza, fuerte olor a humo de cigarrillos y miradas juzgando a lo que podían catalogar como un "forastero". James se acerca a la barra y pide un trago. — Eres nuevo por aquí, ¿Verdad? — Preguntó el cantinero mientras servía el licor. — La verdad, soy de las afueras. Pocas veces vengo al pueblo, pero primera vez a este sitio. — Lo sé, amigo. ¿A qué te dedicas? — Comercio de animales. — ¡Ah!, tú debes ser el hijo de Julio Wolfhound. — ¿Conoces a mi padre? — Claro, trabajó por muchos años lo que tú ahora llevas, además algunas veces se emborrachó en este mismo bar, que en paz descanse. — Si… Soy su hijo, James. — Y… ¿Que te hizo venir a este bar? — Estoy buscando algo o alguien quizás, que sepa sobre este pedazo de hierro. — Mostrando la máscara que traía en su bolso. — Vaya… Es una máscara muy peculiar. — Algo así, quiero saber a quién le pertenece. — Yo sé a quién le pertenece, chico. — Le dice un hombre que estaba sentado en la banca de al lado en la misma barra. — ¿Sabes de quién es? — Responde James asombrado y pensando que al fin podrá encontrar a Mau. — Claro, ¿Te digo de quién es? — Si, necesito saber. — Vale… Esa máscara recuerdo haberla visto una vez, ehh… ¿En qué lugar fue que la vi? ¡Ah!, Ya recuerdo. — ¡¿Dónde?! — Estaba en la mesa de noche a un lado de la cama de tu madre aquella vez que me acosté con ella. — Responde el hombre a la vez que se burla de la reacción de James. — ¿Debería ser gracioso?. — Mira con desagrado al hombre bromista. — Ya basta, Tim. El chico está hablando muy en serio. — Interviene el cantinero pidiendo al hombre respeto hacia James. — Escucha, muchacho… Aquí dudo encuentres a alguien serio, pero tengo una idea y te ayudaré porque tu papá era un buen tipo. — ¿No es una broma también — No, no. Escucha… ¿Qué tal si te das una vuelta por el viejo herrero del pueblo?. — ¿El viejo herrero? — Si, se encuentra por el este, pasando el gran tanque de agua vas a ver una especie de local con muchos pedazos de metales. Allí pregunta por "Ramsey", es un viejo poco descuidado y normalmente tienen una bata de herrería colgada. Es un tipo un poco recio pero creo que podrá ayudarte. — ¿Estás seguro? — Si, amigo. He oído que ha forjado objetos extraños para gente extraña hace un buen tiempo, probablemente hasta el mismo haya hecho esta máscara tan especial para tí. — Entonces allá voy, ¡Gracias, amigo! Algún día vendré a tomar unos tragos. — ¡Adiós, chico! — El cantinero despide a James y seca su frente.
— (Por el este, pasando el gran tanque de agua.) — Repetía una y otra vez en su mente para no olvidarse de la dirección a la que ahora debía ir. James sentía cansancio, sobretodo en sus piernas debido a los varios caminos yendo de un lugar a otro que había tomado para encontrar a alguien. Pero está vez, sabía a dónde ir y a quien buscar… "Ramsey" el viejo herrero, según las indicaciones que le había dado el cantinero del bar este podría ser el tipo que le daría buenas pistas a James para encontrar a Mau y a su compañero. Una vez parado frente al establecimiento que cumplía con las características del lugar, comienza a llamar esperando que alguien salga.
— ¡Hola! ¡Hay alguien en casa! ¡Necesito su ayuda! ¡Señor Ramsey! — Es el momento en el cuál se escucha liberar los cerrojos de la puerta y aparece un hombre, exactamente como en cantinero lo había descrito. El cigarrillo en su boca llamaba la atención, pero la mano oculta detrás de su espalda alertaba a James de tener cuidado.— ¿Quién eres tú? — Pregunta el hombre mostrando un revolver brillante en su mano y levantándola en dirección a James. — ¡Tranquilo, por favor baje el arma! Solo quiero hablar. — Aclama James levantando ambas manos mostrándolas vacías. — ¿Me ves cara de que quiero hablar? — ¡Ramsey!, Es un pobre muchacho déjalo en paz. — Alguien detrás de él le grita. — Si, por favor. Solo serán un par de minutos. — Agg… Adelante, muévete y no me hagas perder el tiempo. — El sujeto baja su arma y con arrogancia lo invita a pasar. — De verdad, gracias. Será solo un minuto. — Tranquilo, chico. ¿Una taza de café? — Se presenta una señora que aparenta ser la esposa de Ramsey. — No, no gracias, pero de verdad disculpe. — Soy Ramsey, dime qué es lo que vienes a buscar. — Soy James. Verá tengo algo que mostrarle y quería saber si puede ayudarme a saber qué significa para poder encontrar a su dueño. — Aclara mientras saca de su bolso la misteriosa máscara. — No, ni idea. No sé de qué hablas así que vete. — Fue esa la respuesta de Ramsey, pero al mirar la máscara se notaba que algo sabía y solo no quería decirlo, su expresión al verla lo había delatado. — Vamos, por favor. Sé que algo debes saber respecto a ella. — No sé nada, es una máscara. Listo, se acabó. — Ramsey, necesito de verdad que me ayude. — Oye Ramsey… Haz algo por él, se ve que ha pasado por mucho. — Su esposa le comenta. — Ok, ok… No sé porque me haces hacer esto. — Refuta Ramsey examinando la máscara de James. — ¿Significa algo? — Chico, te seré honesto… Esto está hecho de hierro Astralo, es un tipo de hierro muy antiguo que solo lo forjaban algunos herreros que habían hecho una especie de pacto con algún ser de otro plano… Al menos eso es lo que decía mi abuelo. — Vaya… Es impresionante. — Lo es, pero también es terrorífico. Su historia contaba que este tipo de hierro tiene propiedades excepcionalmente únicas, es sumamente ligero, pero a la vez extremadamente fuerte, nunca mencionó que algún objeto hecho por este material se rompiera de algún modo. — Pero está tan bien hecho y… Si es así, ¿Cómo grabaron esos dibujos que tiene? — Es lo que intento decirte, las personas que manejaban este material tenían una conexión con algo extraño, con una fuerza sobrenatural que les brindaba el poder de trabajar con este hierro. — De verdad es escalofriante. — Y eso no es todo, mi abuelo también decía que los objetos creados con este material poseían una especie de nexo o puerta de enlace espiritual entre quien lo utilizaba y el dicho espectro con el que se vinculaba eternamente. — Es decir, que si eso es cierto… Aún tiene esa fuerza agregada a la máscara. — Exacto, pero… Hace siglos murió el último herrero Astralo, por lo que esto que tienes aquí es verdaderamente antiguo y quizás valioso. — ¿Que puedes decirme del que tiene grabado en ella? — Primero, para un herrero común y corriente como yo se le es totalmente imposible si quiera hacerle un mínimo rasguño, no importa cuál herramienta utilice o la fuerza con que lo golpee. Solo los herreros que hicieron su ritual o lo que sea para hacer el pacto con ese "Dios" son capaces de elaborar o modificar este material que puedo catalogar como mágico, perfecto, pero también demoníaco. Además, no entiendo que puede significar, existen algunos cultos extraños y sectas por todo el mundo. Quizás se trate de una de ellas. — Entiendo, de verdad agradezco mucho su ayuda. — ¿En qué sótano la conseguiste? — No la conseguí en ningún sótano… — ¿En una tienda de artesanías o algo? — No… Se la volé del rostro a un criminal que atacó a mi padre hace unas semanas. — Haha, no juegues conmigo, niño. — De verdad, habían dos sujetos con estás máscaras y cuando golpee a uno de ellos la máscara cayó al suelo y se fueron sin ella. — No te creo. — Es lo que pasó, días después la recogí y quise averiguar que era. Pienso encontrar a los responsables… — Escucha, chico. Si es cierto lo que me estás diciendo necesito que te vayas de inmediato de mi taller. — Ok, pero. ¿Por qué tan deprisa? — Verás, amigo. Mi abuelo también decía que quienes portaban los objetos forjados con hierro Astralo tenían un propósito muy macabro, no solo en este mundo sino también en el mundo espiritual y estaban acompañados de fuerzas malignas muy dañinas. Básicamente, los que llevaban estás máscaras vendieron su alma al Diablo o algún otro "supervillano" de algún lugar que no quiero visitar. Y cuando aparecen estos sujetos pasan cosas muy muy malas… Así que sea verdad o solo sean leyendas de terror del pueblo, prefiero no averiguarlo. Ya te he ayudado lo suficiente así que puedes irte, te recomiendo que es máscara la abandones en algún lugar y te alejes también de todo esto, gracias por venir, pero no vuelvas con esa cosa. — Era la historia, consejo y advertencia que Ramsey daba mientras llevaba a James de regreso a la puerta. — Adiós, se…ñor Ramsey. — Se despide cuando el herrero cierra su puerta colocando nuevamente sus cerrojos. — (Vaya… Creo que la gente del pueblo tiende a ser un poco rara.) — pensó dándose media vuelta y retomando el sendero. — (Tan solo necesito averiguar qué es lo que dice o que representa este dibujo grabado en ella.) — James cada vez se adentraba a lo que no conocía, no tenía idea de si lo que había escuchado minutos antes era real o si Ramsey y su abuelo eran un par de viejos muy supersticiosos. Sin embargo, esto impulsó su hambrienta curiosidad por descubrir la verdad. — (Ramsey dijo que existían cultos y sectas por todo el mundo que utilizaban estas grabaciones como símbolos o algo así. Por lo que si encuentro alguien que esté ligado a lo sobrenatural o religioso creo que podría encontrar una nueva pista.) — Se le ocurrió justo cuando casi tomaba el camino a casa. Por lo que se devolvió al pueblo en búsqueda de alguien con conocimientos espirituales con la intención de averiguar sobre las conexiones de la máscara de hierro Astralo y los misteriosos entes sobrenaturales.
— (En el pueblo debo encontrar a alguien que me oriente en este tema, un santero, un brujo o alguien especial… Pero voy a encontrarlo.)— Dando vueltas en el centro del pueblo intentando decidir a dónde ir, James pensaba desesperadamente. — ¿Estás loco?.— Comentó un hombre que iba pasando cerca de él. James intentó seguirlo, alcanzarlo para preguntar si se refería a la máscara que llevaba en su mano así que corrió detrás de él y cuando lo logró alcanzar el tipo se volteó mirándolo asustado. — ¡Deja!. — gritó el hombre dando varios pasos hacia atrás y recogiendo sus hombros. — Tranquilo, ¿Sabes algo sobre esta máscara?. — Eres un loco, pareces paranoico ¡Déjame en paz!. — Alej&aacu
Elena en casa siente mucha preocupación, observa la hora correr sin detenerse mientras el sol cada vez baja más y más hasta casi hundirse en el horizonte. — ¿Cuándo viene papá?. — Janna pregunta frecuentemente. — (Sabía que no tenía que dejarlo ir, era muy peligroso y era obvio que él solo no iba a hacer frente a esos asesinos si llegara a encontrarlos, pero… Esperemos que se encuentre bien y solo se le haya hecho tarde.) — Elena angustiada intenta calmar sus nervios tomando varias tazas de café. Los lobos aullan, a pesar de que James antes de irse les dejó alimento ya es tarde y va siendo hora de que se les coloque nuevamente comida. — (Los lobos… Si estuviese Julio aquí se encargaría, pero… Voy a tener que hacerlo yo con mucho cuidado.) — Viendo a través de la ventana los lobos agitados y hambrientos. — (Pero primero me encargaré de la cena, luego limpiaré un poco y así daré tiempo de que James
— Debo regresar a casa.— James dice a los sacerdotes y al padre recordando que falta muy poco para que anochezca. — ¡Espera! ¿Que vas a hacer con la máscara?. — Padre, no tengo idea. — Deberías dejarla aquí, por lo que acaba de pasar parece que está activa y tiene intenciones de seguir con este caos. — Pero… ¿Estará segura aquí?. — Puedo crear una barrera, bendecir la máscara lo cual hará que duerma su energía. — ¿Será suficiente?. — Por supuesto, no podrán romper la bendición. — Entiendo, pues creo que es la única alternativa… — Por ahora es lo único que podemos hacer. — Claro… &
— Me caes bien… James, incluso puedo decir que me sentí mal por asesinar a tu padre. — No hables de mi padre. — Solo tenías que venderlo. — ¿Es por el lobo que haces todo esto? — Algo así… No es cualquier lobo. — ¡Mi padre murió por él! — Tu padre lo hizo inconscientemente, pero muchas personas darían la vida por ese lobo. — Pero dime, ¿Que tiene de especial?. — Verás, James… Ya sé que sabes quiénes somos porque has investigado mucho. Incluso más de lo que nos hubiese gustado. — ¿"Somos"?. — Eso no importa. — Mau enciende el auto y arranca. — No entiendo… ¿A dónde me ll
La parálisis del cuerpo de James fue instantánea, su rostro quedó en la expresión más perpleja que jamás había creado. Sus ojos de enfocaron con furia, apretó su mandíbula haciendo casi rechinar sus dientes y las venas de su cuello resaltaban en su piel a tal punto que parecía posible que la sangre dentro de las mismas hirviera. Aún tenía su mano sosteniendo la manilla de la puerta, pero apretaba tanto su puño que ésta no resistió a doblarse… Aún la lluvia no había cesado, pero en ese momento debido al shock que James recibió podría jurar que las gotas cayendo se detuvieron en pleno aire como si alguien las hubiese pausado con un control remoto. Podían verse en cámara lenta los rayos abrirse paso en el cielo dibujando algo similar a las raíces de los árboles, ni si quiera podía escucharse el clásico true
James ardió en llamas y a pasos tremendos se acercaba a Elena. — ¡¿Esto es lo que me merezco?! — Gritaba a la vez que caminaba por todo el interior de la sala y cocina. — ¡James! Escúchame. — ¿Tú creer que quiero oírte, Elena?. — ¡Por favor! — ¡Esto es la gota que derramó el vaso! — ¡Ni si quiera tienes idea se lo que está sucediendo aquí! — ¿Crees que soy estúpido?. — Cálmate. — "Cálmate, cálmate" Ya vas a empezar y con eso no vas a arreglar nada. — Necesito que me escuches. — ¿Sabes todo lo que he pasado hoy, Elena? Fui burlado, fui rechazado y cuando por fin alguien me cuenta sobre
El tiempo se detuvo, Elena ya no se sentía segura en ninguna circunstancia y definitivamente no volvería jamás a estar con James… — (Ya basta, ya es suficiente de todo esto.)— Pensaba Elena observando en sus manos las gotas de sangre que brotaban de sus labios rotos lo que imaginaba en las manchas de sangre su vida derramada… — "El sol iluminaba mi rostro con delicadeza mientras las aves a mi alrededor cantaban, aquel jardín era tan hermoso y lleno de colores brillantes que pintaban los pétalos de las flores, el peinado del pasto y el cielo más limpio que en cualquier lugar del mundo estaría. Una vida absolutamente impecable, apenas tenía 9 años y gozaba de tanta felicidad que llegué a creer que existir en este mundo era un paraíso y una bendición… Aunque, la verdad no tengo mucho de que quejarme, cuando enfermé d
Janna está desesperada, la atemorizaba el hecho de que sus padres se estuvieses gritando y golpeando sin piedad alguna. Ni si quiera podía pedir auxilio, era ya media noche y sus vecinos más cercanos vivían a varios cientos de metros en la entrada al pueblo. Tal vez podía esconderse pero eso solo incrementaba el miedo de que su madre no tuviese ninguna ayuda y terminara muy mal herida… Janna quedó inmóvil ante ellos y en un último intento desesperado por escapar pensando en su bienestar, Elena golpea fuertemente a James en su entrepierna lo que le obliga a soltarla… — ¡Vamos, pequeña!. — Recuperando el aire le dice a Janna, cargándola rápidamente corre sin ánimos de detenerse hasta la puerta trasera de la casa. Con una mano, exhausta y repleta de desesperación intenta destrabar cada cerrojo de la puerta. Sus manos temblaban y se ent