Todo estaba quieto, el viento solo se movía en una dirección y la oscuridad del bosque era completa, incluso los árboles daban la sombra de la luz de la luna… No había ninguna razón para estar allí y mucho menos cuando había no una sino dos bestias brutalmente feroces y capaz de lastimar a cualquiera y destrozarlo en segundos… Así es, había ocurrido un encuentro.

James estaba quieto cuando de pronto vio a la otra bestia arrollarlo por completo, aunque obviamente no sabía que era Jake. Cuando levantó la mirada y miró al otro licántropo, igual de fuerte o incluso más, con ojos plenamente enfocados en su más mínimo movimiento, en una posición para reaccionar rápidamente y un rugido lento, grave y defensivo, se dio cuenta que no estaba solo… Claramente eso no lo animaba mucho que podamos decir, significaba que probablemente habrí