Capítulo 12 — La Revelación y la Calma Antes del TorbellinoNarrador:Mickaela se quedó inmóvil, la mano en el pomo de la puerta, mientras trataba de calmar el torbellino de emociones que se arremolinaba en su pecho. Finalmente, giró la llave y abrió con fuerza. Kael estaba allí, apoyado contra el marco, su figura bañada por la luz tenue de la tarde. Llevaba una chaqueta de cuero que acentuaba su actitud despreocupada, pero sus ojos traicionaban algo más: una intensidad que la hizo estremecer.—¿Qué haces aquí? —preguntó ella, cruzándose de brazos para protegerse de lo que sabía que vendría.Kael alzó una ceja y sonrió con ironía.—Lo sabes bien, Mickaela. No puedo quedarme lejos, aunque me esfuerce. Eres como un pu*to imán, aunque trate de alejarme, tu me jalas hacia tí. Y te juro que lo intento...Ella bufó, sin molestarse en disimular su molestia.—¿Intentarlo? ¿Eso es lo que llamas acosarme con mensajes tan… tan...? —Su voz se quebró, pero rápidamente recobró la compostura —¿Tan a
Capítulo 13 — Una Propuesta TentadoraNarrador:Mickaela sintió los labios de Kael sobre los suyos, inicialmente suaves, casi inseguros, pero que pronto ganaron intensidad, consumiéndola con una urgencia que reconocía demasiado bien. Su mente intentó resistirse, pero su cuerpo respondió de inmediato, traicionándola con la misma pasión que había mantenido oculta durante tanto tiempo. Él la sostuvo firmemente, pero sin apretarla, dándole la oportunidad de retroceder si lo deseaba. Pero no lo hizo. En cambio, sus dedos se aferraron a la chaqueta de cuero de Kael mientras el beso se profundizaba. Cuando finalmente se separaron, ambos estaban sin aliento. Kael apoyó su frente contra la de ella, sus ojos buscando los de Mickaela.—No puedo fingir más, Micka —murmuró, su voz ronca y cargada de emoción —Me gustas. Mucho más de lo que debería.Ella lo miró con una mezcla de sorpresa y escepticismo.—¿Ahora te das cuenta? —preguntó, intentando mantener su tono sarcástico, aunque su corazón latí
Capítulo 14 — La Visita InesperadaNarrador:El murmullo de las conversaciones usuales de la galería flotaba en el aire, mezclándose con el sonido de los pasos de Mickaela mientras revisaba los cuadros para la nueva exposición. El espacio estaba casi listo, pero había detalles que no podía ignorar: la iluminación de uno de los lienzos estaba ligeramente descentrada, y un marco parecía necesitar ajustes. Con una libreta en mano y un lápiz detrás de la oreja, Mickaela trabajaba con eficiencia, perdida en su propio mundo. El sonido de pasos firmes y decididos sobre el suelo de mármol la sacó de su concentración. Giró la cabeza justo a tiempo para ver a un hombre entrando con una presencia que no podía ignorarse. Era alto, con el cabello perfectamente peinado hacia atrás, y su traje gris oscuro estaba hecho a medida, ajustándose a su figura con una precisión impecable.Xavier Donovan. Mickaela no lo reconoció, pero algo en la manera en que se movía, con esa combinación de seguridad y cari
Capítulo 15 —Carisma en acciónNarrador:La atmósfera en la galería estaba cargada de algo intangible cuando Xavier regresó al salón principal. La tensión del intercambio previo con Kael aún flotaba en el aire, pero Xavier no parecía afectado. Al contrario, se desplazaba con la misma seguridad serena de siempre, como si llevara el control absoluto de la situación. Kael pasó junto a él, el rostro endurecido por una mezcla de disgusto y frustración, y murmuró algo inaudible antes de desaparecer en su oficina. Xavier no le prestó atención; su enfoque estaba ahora completamente en Mickaela, quien reorganizaba algunos catálogos cerca de una pared llena de pinturas abstractas.—¿Siempre trabajas tan duro? —preguntó Xavier con voz aterciopelada, deteniéndose a pocos pasos de ella.Mickaela levantó la mirada y se encontró con sus ojos oscuros, que parecían observarla con una intensidad casi desconcertante. Respiró hondo, decidida a mantener la conversación estrictamente profesional.—Es parte
Capítulo 16 —Confesiones entre amigasNarrador:El apartamento de Sophia era un refugio cálido, lleno de cojines coloridos y el aroma a té recién preparado, estaba iluminado con luz tenue, y el suave aroma del té de manzanilla flotaba en el aire. Mickaela se dejó caer en el sofá con un suspiro prolongado, abrazando un cojín contra su pecho. Mientras Sophia la miraba con ojos atentos desde el otro extremo, claramente intrigada, sentada frente a ella, tamborileaba los dedos en su taza, impaciente por arrancarle la verdad.—Entonces, ¿me vas a contar ya qué pasó o tengo que sacártelo a la fuerza? —preguntó Sophia, arqueando una ceja con una sonrisa maliciosa. Mickaela suspiró y dejó la taza sobre la mesita de centro. —Mier*da,Micka, ¿vas a hablar ya, o piensas torturarme con tu cara de misterio toda la noche? —soltó Sophia, medio bromeando, pero con el evidente brillo de la curiosidad en sus ojos.Mickaela ladeó la cabeza, indecisa.—No sé ni por dónde empezar.—Pues empieza por lo más j
Capítulo 17 —Juegos de poderNarrador:La mansión Donovan irradiaba poder. Sus techos altos, las molduras clásicas y las obras de arte colgadas en las paredes no eran solo decoración, sino una declaración de autoridad. Kael lo sabía, y cada vez que ponía un pie allí, sentía cómo el aire parecía pesar más. Pero esa noche, no se trataba solo de la opulencia del lugar, sino del hombre que lo habitaba. Xavier lo esperaba en el comedor, sentado al final de una larga mesa de caoba. La luz cálida de las lámparas resaltaba su impecable atuendo: un traje negro que parecía hecho a medida y una camisa blanca sin una arruga. Su expresión era tranquila, pero sus ojos oscuros destilaban esa mezcla de calculo y superioridad que Kael tanto detestaba.—Kael, qué bueno verte —dijo Xavier alzando una copa de vino tinto, su voz como un terciopelo cargado de ironía.Kael caminó hasta la mesa, pero no tomó asiento de inmediato.—¿A qué viene esto, Xavier? No eres de los que invitan por cortesía.Xavier son
Capítulo 18 —Distancia crecienteNarrador:La galería parecía más silenciosa de lo habitual, pero Mickaela sabía que no era el ambiente lo que estaba fuera de lugar. Desde hacía días, Kael parecía haberse envuelto en un caparazón de frialdad. Apenas hablaba con ella, y cuando lo hacía, sus respuestas eran cortas y evasivas. Cada vez que intentaba entender qué estaba pasando, él se limitaba a cambiar de tema o desaparecer tras la puerta de su oficina.Mickaela, sin embargo, no era del tipo que dejaba pasar las cosas fácilmente. Mientras organizaba una nueva exposición, repasaba mentalmente las posibles razones para el comportamiento de Kael. Fue entonces cuando la puerta principal de la galería se abrió, y la imponente figura de Xavier Donovan apareció. Xavier caminó hacia ella con su habitual elegancia, como si el mundo entero fuera un escenario diseñado para su protagonismo.—Señorita Frost —saludó con su voz grave, esbozando una sonrisa que mezclaba calidez y astucia.Mickaela dejó
Capítulo 19—La Tentación del MarNarrador:Esa mañana, Mickaela se despertó con la mente agitada. Sabía que el almuerzo con Xavier sería algo más que una simple comida de negocios. No era tonta, entendía las intenciones detrás de cada gesto, de cada palabra que él había dicho. Sin embargo, algo en su interior le decía que debía ir. No porque quisiera, sino porque el misterio que Xavier representaba era demasiado tentador como para ignorarlo. Pero al mismo tiempo, algo la mantenía a distancia: Kael. Desde que Xavier le había propuesto la comida, las tensiones entre ellos no habían hecho más que crecer. Kael se mostró frío y distante, y la desconcertó. La ausencia de respuestas claras, sus miradas esquivas, su actitud celosa... todo eso la hacía sentir como si estuviera caminando sobre una cuerda floja. A pesar de que intentaba no darle importancia, su mente seguía volviendo al mismo punto: ¿qué iba a pasar entre ella y Kael? Mickaela suspiró mientras miraba su reflejo en el espejo, aju