Tao había viajado sin contratiempos ni problemas desde la casa de Ulises hasta las afueras de Raten, él había evitado cualquier contacto con más personas por lo ocurrido en el anterior pueblo, si hacía más, su presencia seria notada, y al contrario de su primer plan, esta vez quería ser más inteligente y actuar con un mínimo de raciocinio, quería estar tranquilo y tomar las cosas con cabeza fría, pero nada lo preparo para lo que vio, si no hubiera llegado por una posición elevada no hubiera visto tanto, sabía que Raten era grande, pero su imaginación se quedó corta al ver la ciudad, no veía en absoluto nada natural desde donde estaba, edificios y más edificios, hasta donde la vista podía llegar, y en el fondo sobresalía de los edificios lo que parecía un semicírculo gigantesco, el portal dimensional, no veía mucho, pero Tao calculo que debía ser enorme por la distancia en la que él estaba, para colmo se sentía frustrado porque no podía calcular el tamaño de la ciudad, por los edific
Al principio de su travesía, Tao no pensó que su viaje demoraría tanto, sus provisiones se habían acabado, también estaba cansado ya que no podía dormir bien, aun preparándose por si algún animal tratara de atacarlo subiendo a los árboles y amarrándose allí, él descansaba poco, sus pies tenían ampollas por todos lados, y por sobre todo al estar solo, la tristeza lo embargaba cada vez que se detenía, la primera noche que paso solo en el bosque, no pudo evitar llorar y gritar con todas sus fuerzas—: ¡¿Por qué me tenía que pasar esto a mí?! —mientras decía esto, golpeo árboles y se hirió las manos por hacerlo. En las noches siguientes no hizo tales espectáculos, pero siempre que recordaba su hogar la tristeza lo llenaba, por eso no deseaba parar hasta encontrar a Melisandre, pero ya no sabía qué hacer, si no la encontraba pronto, tendría que hacer algo o si no se moriría de hambre, decidió que ese día, si no encontraba a Melisandre, pararía y buscaría la manera de sobrevivir, y ya lueg
Tao no se quedó en la base rebelde por mucho tiempo, ya que, al saber su identidad, muchos querían verlo o conversar con él, así que Liz lo llevó de vuelta a la casa de Alex, su amigo, ahí espero por noticias. Matt y Julio se quedaron en la base, querían seguirlo, pero Tao les dijo que lo mejor para ellos era aprender de los rebeldes y ayudar en lo que pudieran, no les gustó nada, pero se quedaron después de mucha insistencia. Mientras esperaba noticias de los rebeldes, Tao le dijo al amigo de Liz, Alex, que no le llamara hasta que hubiera novedades, que no se extrañará de que no saliera de su habitación por un largo período de tiempo, y que, aunque pasarán días si no había motivos de peso para llamarlo que no lo haga. Alex preguntó sobre qué comería o qué tomaría, a lo que Tao le dijo que no se preocupara por eso, solo debería preocuparse de que nada lo moleste hasta que haya noticias de los rebeldes. Y así Tao se encerró en el cuarto que le había dado Alex, tratando de meditar. Ta
Sara se había quedado en su cuarto después de ir con Tao al río, estaba desganada y no quería hacer nada en lo que restaba del día, pero la llamada de su madre la obligó a salir. —¡Sara!... ¡Baja! —grito su madre, pero había algo raro en su voz, como si dudará de llamarla. A Sara le tomó unos segundos desperezarse, se estiró y bajó, pero no se esperó ver en su sala a una persona del Imperio Infinito y menos a un hombre lobo, apenas lo vio se quedó estática sin saber que hacer. —Tú debes ser Sara, toma asiento niña, toda la familia debería estar presente para lo que voy a decir, me presento, mi nombre es Tilbury, soy un agente especial del Imperio Infinito —dijo Tilbury a Sara con delicadeza y gracia, algo que la descolocó aún más de lo que estaba pasando. Ella se sentó junto a sus padres y luego Tilbury prosiguió—: Debo admitir que no estoy muy contento, este pueblo alberga insurgentes contra el Imperio, y mi trabajo es encontrarlos, cosa de la cual estoy orgulloso,
Ya habían pasado casi dos décimanas desde que Melisandre había tomado como discípulo a Tao, y este último estaba molesto, después de todas las cosas que había dicho Melisandre sobre sus creencias, que Tao pensaba eran puras patrañas, esta le había dicho que meditara hasta que sintiera la energía de Suki en su interior. Tao no creía nada de lo que Melisandre había dicho, eso de «Suki está en todo lugar, incluso en los seres vivos como tú o como yo, aprende a sentirla en ti y estarás un paso más cerca del camino de la luna», Tao pensaba que eran creencias tontas que no llevaban a nada, su padre se lo había dicho innumerables veces y el creía lo mismo, pero a pesar de sus creencias lo intentó, se sentó todos los días a “sentir” a Suki, pero nada, día tras día cazaba o buscaba frutas, iba por agua dulce, entrenaba los ejercicios que su padre le había enseñado, y también meditaba, pero nada, se cansó y fue a increparle a Melisandre. —¡No me has enseñado nada en todo este tiempo,
La sorpresa de recibir un ataque de alguien que ya habían sometido, impidió que los soldados del Imperio Infinito reaccionaran de forma apropiada, sólo uno reacciono a tiempo, pero fue el que estaba siendo atacado, Tilbury, este levantó la mano y activo su magia de gravedad contra su atacante, pero la potencia del ataque de Tao siguió su camino de todas formas, lo que Tao no se espero fue golpear una barrera que recubría a Tilbury, esta era como una esfera protectora que salió apenas este se acercó, aun así la barrera se rompió ante el golpe a máxima potencia de Tao, y gracias al impacto causó una onda que empujó a Tilbury hacia atrás con tal poder que iba a mandar a este muy lejos, pero el ataque de Tao no se detuvo sino que siguió hasta que su puño dio de lleno contra la cara de Tilbury, mandando a este a volar a gran velocidad, Tao lo persiguió, así los do
Tao siguió entrenando por mucho tiempo sin que Melisandre le enseñará nada nuevo, perfeccionando como usaba la energía de Suki, hasta el punto en que la usaba sin siquiera pensar que la estaba usando, para él usar la energía de Suki se había vuelto tan natural como caminar, y aun así Melisandre no le enseño nada nuevo, Tao se sentía frustrado por ello, pero las enseñanzas de su padre sobre mantener la cabeza fría vinieron a su mente, también lo que Melisandre le había dicho de tener control de tus emociones y no dejar que ellas te controlen o el poder de Suki, que ahora se manifestaba en un aura que era invisible para los demás, se descontrolaría, así que mientras meditaba pensó en su situación, y de alguna forma pudo sentir que ya no debía estar ahí, los entes que sentía a su alrededor también apuntaban hacia afuera del bosque, como si le indicaran que debía irse hacia el mundo del hombre como le llamaba Melisandre, la cuestión era que él no quería irse, no sin terminar su entrenam
Todos los rebeldes que veían lo que estaba pasando en el cielo de Raten habían empezado a perder la esperanza, con la cantidad de tropas que estaban viniendo de ese portal, las naves, armamento y personal de élite, no había forma de ganar, solo Tao estaba pensando con la cabeza fría, pero por más que lo intentará, no encontraba una forma de vencer sin sacrificar a todos los que estaban en la ciudad, era posible para el escapar, sería difícil pero podría lograrlo, pero todos allí morirían, así que decidió quedarse a protegerlos a cualquier costo. Segundos después de su llegada una estridente voz salía de las naves. —Este mensaje es para todas las personas en esta ciudad, ríndanse y no les haremos daño, y cuando decimos todas eso incluye a los traidores nativos de mi Imperio —estas palabras dejaron confundido a Tao. —«¿Traidores? ¿Qué significa eso? ¿Que por perder ante nosotros ahora no son parte del Imperio?» —pensó Tao tratando de comprender lo que estaba escuchando
En la ciudad capital del planeta primigenio del Imperio Infinito, Nueva Babel, en la oscuridad de la noche, una persona andaba por las calles poco transitadas de la megalópolis, calles inusuales en una ciudad no sólo de importancia mundial, sino multiversal, que tenía tanta gente como naciones enteras, el tipo iba por esas inusuales calles cubierto con una gabardina, gafas y un gorro, todos oscuros, este se adentró en un callejón sin gente, y usando un aparato tecnológico impropio del Imperio Infinito, escanea el lugar cerciorándose de que no haya nadie vigilando, al confirmar que era así, acciona otro aparato, este lo teletransporta no con magia sino con ciencia. Esta persona apareció en un cuarto oscuro, iluminada por una tenue luz blanca, ahí mismo saco prendas que guardaba para usarla allí, se puso una capa que cubría todo su cuerpo, se puso una máscara que cubría toda su cara, sacó un pin, se lo puso al frente mostrando un número en su pecho, este era 1 repetido siete veces, y