Charles abría la gran puerta caminando hacia el escritorio para dejar una nota con los documentos, revisó por una última vez precavido que nada faltase, cerrando con llave la puerta dirigió sus pasos directamente al auto, Rose ya estaba allí, se había adelantado, no estaba al volante, lo miraba con donaire ante lo cual no tuvo más remedio de encender y avanzar. le había hecho una invitación, eso lo tenía claro. Una vez en marcha avanzaban por la amplia carretera, Charles hablaba acerca del hostal donde le invitaría, allí había un café al aire libre, estaba seguro que le encantaría. -Es un lugar nuevo, me gusta porque está cerca, es nuevo, te gustará-. -Bien experimentemos-. -Rose, siento que…-. -No hay nada que sentir o arrepentirse, un beso viene de un gusto, de un sentir-. -Tu me gustas Rose, me gusta todo en ti, nada hay que me haga pensar lo contrario-. -Tienes miedo -. - ¿Acaso no lo tienes tu? -. - ¿Miedo? Temor que Omar me descubra en una super relación secreta, o Lili
Rose tomaba una taza de chocolate de la cual aspiraba el olor fragante, Gigi viajaría en la tarde y para su sorpresa con Gary, eso sí que había sido una total sorpresa, la semana iniciaba con muchos giros.Lili estaba de viaje ante lo cual cuidaría de su nieto. Ayudada por Omar, estaría con ella después de seis, hora en la cual solía llegar del café, Omar lo buscaría a la salida del colegio para pasar la tarde juntos, aunque tendría que ir a sus clases de natación, eso sin duda alguna. Rose miraba su reloj y sin pensar en nada más, salia rumbo al café, en ese instante que justo abría la puerta, Charles tocaba.-Buen día Rose, vine a ver a mi hermana, ya sabes que está a unas calles de ti, pensé en pasar a darte los buenos días-.-Oh, que sorpresa grata, pasa, te daré una humeante taza de chocolate-.-Irresistible-.-Precisamente en eso pensaba-.Rose vestía un hermoso vestido de flores rojas, era hermoso el estampado, hacia juego con unas pulseras blancas en perlas.Entraron en la amp
Rose preparaba varias tazas de café para la mesa 7, era un grupo familiar numeroso, de hecho, Emi había traído tres sillas más para que todos compartieran, se veían unidos, felices y sonrientes.Mientras servía los cafés y revisaba el pedido para pasarlo a cocina, se percató que Lili no contestaba sus llamadas, y ni siquiera había llamado para hablar con Sebas, pero eso estaba resuelto, Rose le decía que su madre le llamaba en horas que él estaba en clase, pero le enviaba besos y abrazos, le amaba y era lo más importante en su vida.-Buen día querida Rose, inevitable no venir a tu café-.Esa voz la conocía perfectamente bien, Víctor, quien hacía gala de una hermosa caja de bombones, lucia ese mañana rejuvenecido, sin barba quedaba al descubierto un rostro hermoso.-Víctor, querido…que sorpresa-. Él le entregaba la caja de bombones, ante la mirada de Mery, Lenin, Mely, y Josef.-Vaya, creo que están tan sorprendidos como yo, porque de verdad lo estoy, son preciosos-.-Y deliciosos seño
Lili caminaba por el amplio jardín del hotel en el cual se había alojado, era reconfortante sentirse sola, desearía no regresar, pero su hijo le esperaba, Roger llamó varias veces, pero ella no respondió, no tenía mucho que decir, los reproches eran desgarradores. ¿Y si así era porque últimamente los hacia a su madre? O era sencillamente hacerle la vida imposible, no lo tenía claro, la verdad es que nada era claro, tomando la toalla avanzaba hacia la piscina del hotel, era una mañana soleada, era una buena temporada.-Y si me mudo mejor, creo que es lo mejor, empezar de cero lejos de todo, de todos, es una idea que no debería dejar de costado-. Ahora hablaba en voz alta y sola. Como se heredan las cosas, su madre solía hacerlo.El teléfono repicaba, era justamente mamá, dejaría un mensaje y en la tarde llamaría a su hijo, tenía varios mensajes importantes que escuchar, en especial del trabajo, y mensajes de amor…no precisamente de Roger.Rose despertaba feliz, la cena en casa de Charl
Rose terminó su taza de café, asegurando que los sorprendería con un magnífico estofado de pollo y verdurasTotal, ella también almorzaría con todo ese día. Debía darse prisa porque había muchas que hacer, entre ellas recibir al cliente de la mesa 9, seguro que era alguien deseando sorprender a su esposa.-Quería pedirte mamá si puedo estar unos días en casa, no te molestaré por muchos días, empezaré los tramites del divorcio, ella quiere que vendamos la casa, tomará su parte, quiere irse con su madre, construir en la parte que le corresponde… pero seguiré viendo de Tamy, pasará las vacaciones conmigo, no es muy lejos, estarán a dos horas de aquí, con la parte que me queda la dejaré para ahorrar y comprarme un departamento más adelante, por ahora iré a San Diego por mi trabajo…todo se irá acomodando poco a poco madre-.-Si cariño…las aguas siempre regresan a su cauce, te lo digo por experiencia…bien tu habitación está disponible, yo iré al café, así que toma una llave de la entrada, c
En casa esa noche las cosas estaban calmadas, mirando de costado en la habitación del fondo Sebas dormía profundamente. Rose caminaba por el amplio espacio entre las habitaciones, abriendo la puerta de las habitaciones contiguas decidía entrar en aquella que por años había ocupado Lili, acercándose a la ventana, descubría que el pasado puede venir en instantáneas, reflejos de los momentos atesorados. La imagen de una niña risueña jugando con sus hermanos aparecía ante sus ojos. -Mamá ven, vamos hacer unos pasteles, y los decoraremos con tus flores-. Qué tiempos aquellos, la niña creció y ahora era casi desconocida para ella, siempre enfrentándole, queriendo asaltar sus decisiones, ahora era ella la que estaba envuelta en su propia telaraña. Una que parecía muy extensa, y con miles de altercados en el camino. El timbre la traía a la realidad de la noche. -Buenas noches, creo que soy inoportuno Rose-. Ella solo miraba algo sorprendida al visitante, era no esperado en aquel momento.
Unas gotas de lluvia débiles y pequeñas golpeaban la ventana de su habitación, el teléfono no cesaba de repicar, estirando su mano lo tomaba a la par que miraba el reloj. Cinco y media de la mañana, hora acostumbrada por algunas de sus amigas para llamarle.-Rose, cariño…-.-Gigi, gracias que fuiste hoy mi despertador…te escucho feliz, así que pásame la noticia, no me digas que nos vemos en el café-.-Pues sí, nos vemos en tu café a las seis y media, y por favor no llegues tarde-.-No puedo creerlo, piensas llegar puntual a mi café, eso es un milagro, alguien ha de ser el artífice de semejante cambio-.-Bien…entonces nos vemos a las seis y media-. Colgaba sin que pudiera pronunciar palabra.Saltaba de su cama, entrando a la ducha, el agua estaba exquisita lo que le invitaba a quedarse un buen rato allí, pero…debía apresurarse. En el café era seguro que ya estaban por abrir las puertas, era un día para buenas sorpresas. Se colocaba algo cómodo, y tomando su bolso pasaba a la cocina, Om
Rose pasó la mano sobre su cabello acomodándole.-No lo pongo en duda cariño, podría decir que vienes flotando en las nubes, por poco y vuelas en mi negocio-.Era un acierto porque sentía que flotaba. Lauren soltó una sonora carcajada. Mama tenía razón, Rose saludaba a Antony, y este daba los buenos días a todos mientras tomaba lugar en la mesa, Gigi les hizo bromas, con aquello que parecían tortolitos, y también parecían que destilaban las mieles del amor, Rose tomaba lugar junto a Gigi. Miraron atentas a la pareja, no querían perder ni una sola palabra.-Madre, tenemos algo que decirte…nos casaremos en una semana, el próximo fin de semana-. Rose abrió sus ojos en sorpresa para luego fruncir su ceño con fingida preocupación.-Cariño, ¿Has pensando en el pastel y el corto tiempo que tengo para diseñarlo? -.-Mamá, te amo…pero será una pequeña boda íntima y familiar, los padres de Antony vendrán por unos días, después de la boda, nos iremos al siguiente día, estaremos de luna de miel u