Ares.
Había llegado a casa cansado de todo. De luchar con Surt por mantenerse tranquilo y que me dejara pensar. Quería mantenerlo al margen, pero es un lobo y prácticamente hace lo que él quiere. Fui a la habitación de Valentina, porque por la hora, debe ya estar acostada, esperando por mí. Abro la puerta rosa que estaba frente a mí y ahí se encontraba mi pequeña.
Su pijama de unicornios la hacía ver adorable y hermosa.
Mi hija es bellísima.
—¿Entonces decidiste aceptar una novia para mí? Estuviste con ella y con Mara después de dejarme en la academia. ¿Te gusta mucho Leah, mi princesa?
—Papi, es que ella es muy mona, papito —palmea el lado vacío de su cama—. La quiero para que esté contigo en la manada. Es alta y muy guapa. No le tiene miedo a mis ojos y dice que puedo ser lo que yo quiera.
—Valentina, pero debes ser menos posesiva con Leah —la veo fruncir el ceño mientras me voy acercando—. Cariño, ella es la mate de papá y mientras no la tenga en la manada, no puedes ser así con ella.
—Pero papi, ella me quiere. Lo puedo oler. No hay miedo hacia nosotros y tampoco huele mal como Katrina —admite, agarrando mi mano.
—Valentina, ya hemos hablado de Katrina. No seas así, hermosa. A medida que vayas creciendo, te darás cuenta de los diferentes olores que tenemos nosotros, princesa. Katrina no tiene ese porque lo desea, es solo que simplemente es así y se le escapa de sus manos —acaricio su cabello.
Ella me ve con vergüenza, pero sé que me entiende. Sabe que Katrina me quiere de una manera diferente a como me quiere Mara, pero ella sí aceptó a la hada traviesa desde que nació.
Mara no era solo la mejor amiga de Amelia, ellas, debido a la hermandad que tenían, decidieron ser comadres. Así que mi buena amiga, es madrina de Valentina.
Niñera.
Consejera.
Madrina.
El aroma de Katrina se acerca. Ella sabe que a Valentina no le gusta que venga a darle las buenas noches y aun sabiendo eso, viene a verla.
—No la quiero en mi habitación, papá —me da una mirada fría y su rostro se llena de enojo—. Ella puede acercarse a todo lo que ella quiera, pero sabe perfectamente que mientras yo esté cerca de ti, no puede hacerlo… esa mujer no puede estar en el mismo lugar que yo.
—Valentina...
—No, papá. Ella debe respetar mi espacio y mi territorio. Ella no pertenece aquí —se levanta de la cama y se dirige hacia la puerta.
Va a despertar a todos… otra vez.
—Valentina, regresa a tu habitación… —voy detrás de ella—. Vamos, Valentina. No hagas esto más difícil.
Katrina estaba en medio del pasillo con cara de arrepentimiento, cuando nos ve aparecer. Sé qué no lo hizo con mala intención, pero ni Valentina ni la manada, lo tomarán de esa manera.
Simplemente la rechazan.
—¿Qué haces aquí? Te dije que para este lugar no debías venir —le reclama, con desagrado, cuando se detiene en medio del pasillo—. Mi papá te da libertades que no tienes. Eres solo una mujer que quiere usurpar el sitio que era de mi madre. Debiste morir y nunca regresar. Ja, es cierto… no puedes ni siquiera hacer eso porque eres la muerte.
—¡Valentina, no hables de esa manera! —la reprendo, acercándome a ella, varias personas salieron de sus habitaciones.
La mayoría que se encontraba aquí, eran los que resguardaban la seguridad de mi hija y Mara.
—Vine a ver a Mara. Por la hora pensé que ya estabas dormida y que Ares seguía en la oficina —responde, con vergüenza—. En ningún momento quise causar algún problema y mucho menos a esta hora cuando todos están dormidos.
Empiezan los murmullos del resto de las personas que había en este piso.
La mansión debería ser más grande.
—Valentina, regresa a tu habitación. Ella no vino a causar problemas. Mara la está esperando al final del pasillo —le señalo el fondo.
—Papá…
—¡A tu habitación, Valentina! —le ordeno.
—¡Ese siempre es tu problema conmigo, Ares! ¡Te pones de lado de la muerte, aun cuando sabes que la rechazo y la quiero fuera de mi territorio!
—¡Qué te vayas a tu habitación dije! —le vuelvo a gritar.
—¡Te odio, Ares! ¡Ojalá mamá estuviera aquí y no tú!
Regresa a la habitación, lanzando la puerta tras de ella. Suspiro, viendo al resto de los chicos y entienden que ya no estoy de humor para aguantar a nadie.
—Ares, yo…
—Déjalo así, Katrina. Ve a hablar con Mara y no vuelvas a pisar lo que es sagrado para Valentina —respondo, acariciando mi sien.
—Pero yo vine porque Mara quería hablar conmigo —se excusa, tragando grueso.
—Sí, Katrina, lo que sea. También tenías el día de mañana para hablar con ella en la oficina —la miro serio—. Podías esperar a que Valentina estuviese en el colegio. No era necesario que vinieras hasta el piso de ella a esta hora y siempre te he dicho que pasa con Valen cuando te ve.
—Pero no es mi culpa, Mara… —trata de acomodar su cabello.
Eso me hace aguantar la respiración, mientras pasa su olor.
—Sí, Mara te dijo para que hablaran, ya lo dijiste —la interrumpo—. De hecho, Mara ya se fue a dormir porque le dio las buenas noches a Valentina. No era necesario que vinieras.
Se ríe.
—No comprendo cómo es que tengo la culpa por venir a un lugar donde fui llamada —me mira molesta—. Prácticamente estoy aquí porque Velkan me obligó a ayudarte con la academia de ballet.
—Katrina, no mezcles las cosas… —vuelvo a respirar, parece que ya se ha ido.
—Debo hacerlo, Ares —me interrumpe, ella sabe que odio eso—. Parece que haberte amado es un pecado en esta manada. Con Velkan jamás me sentí tan rechazada y despreciada como me sucede aquí. Por ser de ayuda, una pequeña a la que no le he hecho nada, me odia con todo su corazón. No soy la mejor persona del mundo, pero no elegí venir aquí y mucho menos ser la muerte.
—Mi hija solo espera que esté con la humana que a ella le guste. No lo hace con mala intención, pero recuerda que por ella corre sangre lobuna. Su rechazo y posesividad viene incluido. No lo hace porque es natural para nosotros —la corrijo—. Si te sientes muy mal, puedo hablar con Velkan para que regreses a Rumanía cuando lo desees. No quiero obligarte a quedarte, por más que Velkan te diera una orden. Él es el alfa de su manada y esta es la mía. Cada uno tiene sus propios métodos y reglas, para manejar la manada.
—Ni que las tuyas o las de él fueran tan diferentes —el aroma de Katrina es desagradable, ella huele a cementerio y sangre—. ¿Para qué te llamó Mara a esta hora? —frunzo el ceño, no es fácil convivir con alguien que huele mal—. Es muy tarde para que estés aquí solo por un pequeño llamado.
—Al parecer consiguió a alguien que puede cuidar de Valentina y me daría unos días libres también —responde con simpleza—. Hablaré con Velkan sobre mi partida. Me disculpo por las molestias causadas durante todo este tiempo.
Solo la veo y no comenté nada.
Velkan solo creía que si pasaba más tiempo con Katrina, Surt podría despertar y la haría mi Luna, pero las cosas no sucedieron así. Él apoya las ideas que tengo y siempre está de acuerdo con mis decisiones, pero con Katrina, siempre le peleé, que la obligara a venir a Grecia.
—Buenas noches, Katrina —le hago señas para que se marche—. Hablarás con Mara en la mañana.
—Era obvio —suspira, pero me da una sonrisa triste—. Buenas noches, Ares.
Dicho eso, se marchó.
Veo la puerta cerrada de Valentina, pero decidí dejarlo correr por hoy. No voy a discutir cuando ella está enojada y yo también. De verdad, no tengo energías para discutir con mi hija sobre Katrina.
Mañana podremos arreglar las cosas.
Con eso va incluido el respeto que Katrina se merece, aunque ella no sea de su agrado.
A la mañana siguiente…Manada Diamond.Ares.Quería estar bien con Valentina, mi hija está en una edad rebelde porque su loba interior no ha despertado, pero tiene ciertos síntomas presentes. Normalmente, las niñas, al cumplir su décimo cumpleaños, obtienen su loba y se convierten en señoritas. Valentina tiene síntomas hormonales más fuertes que el resto de las niñas, y es porque está mezclado su loba con su ciclo menstrual.¿Cómo sé sobre eso? Mara me lo ha explicado durante diez años.Quisiera que Valentina no tuviera que pasar por eso. Me refiero a tener que pasar por su despertar y desarrollo. Son dolores muy fuertes que me gustaría evitarle.Katrina había regresado a la casa, pero esta vez en el desayuno, para poder hablar con Mara. Debía ser un tema urgente porque mi querida Marita, se iría de viaje en dos días. Tampoco sé qué haré con su partida, ya que sigo sin conseguir quién pueda cuidar de Valentina a tiempo completo…O por lo menos mantenerla lejos de Katrina.Ahora que lo
Academia de Ballet Angel’s.Unas horas después…Ares.Sabía que Katrina quería respuestas y por eso, había venido a la academia. Ella estaba herida por lo que había dicho Valentina y por haberle ocultado lo de Leah siendo mi Luna, pero tampoco es que han pasado muchos días, solo omití el hecho por unos instantes.La había perseguido por todo el camino para evitar que Leah estuviese en peligro. Le he pedido a Charlotte que si veía algo extraño en la academia, detuviera el tiempo y se enfrentará a Katrina. Charlotte es un ángel caído y es pupila de Aaron, una de los mejores demonios que hay en el inframundo por ser estudiante del rey demonio.El tiempo detenido me recibió en la academia, Katrina y Charlotte estaban peleando. El ángel caído tenía contra la pared a Katrina, que estaba tratando de convertirse en la muerte. Mi lobo quería destrozar a Katrina, al ver el estado de Leah.—¡Esa humana me robó mi lugar! ¿Ahora todos la quieren porque es débil y hermosa? A ella no la critican por
Vamos poco a poco...Ares.Me sentía mal por la manera en que habían sucedido las cosas con Katrina. No quería que termináramos así, pero por lo visto, no había otra manera de hacerlo. Tengo que hablar con Valentina y lo que hizo hoy. No debió meterse en los problemas de adultos, pero ya no se puede hacer nada.El daño ya se hizo y Katrina está lastimada.Reclamé como mía a Leah y sí, es probable que ella no me acepte con lo que soy y también es seguro que me hundí en un problema innecesario.Soy un completo desastre… como alfa, como padre, como amante o lo que sea que puedo intentar ser.—Supongo que todo salió bien con Katrina —se burla Mara, entrando a la oficina—. En otras ocasiones habrías perdido la cordura por una humana, pero decidiste marcarla mientras estaba desmayada.Hago una mueca de desagrado.—No tuve elección y quería dejar claro quién era mi nueva Luna —le digo serio, viéndola sentarse frente a mi escritorio—. Había llegado al límite de mi control y ya estaba empezand
Creo que tal vez...Ares.Aunque tengo una nueva Luna y la he marcado, me duele muchísimo aceptarla. Sé qué probablemente le estoy haciendo mucho daño también a Surt, pero mi lealtad y mi amor siempre pertenecerán a Amelia… o eso creía.No puedo olvidarla de la noche a la mañana, es la madre de mi hija y la persona que más me ha amado en esta vida. Amelia vivió y se dedicó completamente a su familia. Me dio todo lo que ella podía y renunció a su mundo para venir al mío. Aceptó ser mi mate aun cuando me tenía miedo. No diré que Amelia fue una mujer cruel porque ella fue la persona más pura y tierna de este planeta. Ella y Valentina eran mi mundo y con eso me bastaba para seguir mi camino, pero maldigo al destino que le gusta darme unas lecciones que jamás lograré entender.—Charlotte… —murmura Leah, mientras se remueve entre en el sofá—, te he dicho tantas veces que debes bañarte al acostarte…La miro fijamente, admirando a la hermosa mujer que tenía frente a mí. Por culpa de Surt, sig
Mansión principal de la manada Diamond.Algunas semanas después…Ares.Aunque la última vez que ella y yo hablamos todo había quedado un poco claro, esa castaña de ojos verdes no sale de mi mente y eso me está desesperando más de lo que quisiera o pudiera admitir. La he mandado a custodiar con mis mejores lobos por temor a que Katrina decida hacer cualquier locura. Dejé a los que más confío, que son los más fuertes y rebeldes de la manada, pero ese no es el problema principal.¿Cómo es posible que esa castaña sea amiga de Charlotte? Algo aquí no encaja bien y me está molestando.—Alfa, ¿Está de acuerdo en lo que debemos hacer? —pregunta uno de los lobos a quien envié a custodiar a Leah—. La chica no hace nada para llamar la atención. Va de practicar, a enseñar clase de ballet a varios niños, en eso va incluido la señorita Valentina.—¿Viste a algún familiar cerca de ella o en su casa? —niega con la cabeza—. ¿Charlotte o alguien más?—Vive sola, pero tiene buena relación con la pupila
Academia de Ballet Angel’s. Salón de clase, 8 C. Días después de la pelea con Charlotte.Leah.No creo que sea la mejor bailarina de ballet de este mundo. He tenido más caídas que victorias durante toda mi profesión. También he tenido una infancia bastante dura. Me fui a vivir a Alemania porque mi familia adoptiva me hizo la vida imposible, al no querer ser doctora. Regresé después de años fuera, porque mi antiguo jefe me pidió ser la bailarina principal de su academia de ballet. Lamentablemente, tuve un accidente hace algunos años y aunque no recuerdo muchas cosas, hay un sueño que me persigue todas las noches. Para mí todo está en blanco y negro, pero la silueta de un lobo reclamándome como suya, me persigue, noche a noche.Además, en ese accidente, he perdido mi agilidad para bailar correctamente. Podría decirse que esta sería mi última presentación, antes de retirarme y no volver a hacer ballet, jamás.Mi primo siempre ha dicho que es mejor lo que no se recuerda. Algunas veces,
Algunas horas más tarde...Oficina de Ares.Mara.Estábamos esperando a que Leah viniera a la oficina. Ella y Ares debían conversar sobre las clases de ballet que estaba tomando Valentina. No queríamos dejar pasar el momento para que ella nos informara sobre su proceso de adaptación y como ella estaba en cuanto a su cuerpo. Soy la instructora de Leah y de vez en cuando, también soy su manager.Es una buena mujer con un gran talento, pero siento que le falta ser menos ingenua.—Bienvenida, ¿todo bien? —la veo sorprenderse cuando me ve.—¿Hice algo malo y por eso fui llamada a la oficina? —Ares niega rápidamente—. Oh, me he llevado tremendo susto por eso.—Tranquila, estamos para saber sobre el proceso de Valentina —responde con calma mi amigo—. Mara está aquí porque ella es la persona que la cuida y también pertenece a la vicepresidencia de la academia.Soy tu amiga, pero esa información por supuesto que no se la vas a dar.—Bueno, si es sobre el proceso de la niña, debo decir que lo e
Me estoy volviendo loco por ella y ya no hay razones para tener el control.Ares.Necesito respirar y buscar un motivo, no, medio motivo para no arrancarle la cabeza Charlotte. ¿Qué le pasa por la cabeza a ese maldito demonio? Se supone que era leal a mí y no debería ser así. Ella no debía atacar a Leah. Por esa razón, Mara siempre se tiene que hacer cargo de las locuras de la aprendiz de Aaron."Condenaste a mi luna. Deberías morir siendo mi mente, yo viviría por ti."Protestaba Surt desconsolado.¡No lo hice, solo no podía dejar a Charlotte hacer lo que quería!"Yo sería un mejor alfa. Yo quiero a Leah. Es mi compañera y tú no me dejas tenerla. La marcaste tú, no yo y también quiero morderla. ¡Quiero que todo el mundo sepa que esa mate es mía!"Vuelve a quejarse molesto.¿Desde cuándo eres así? ¿En dónde quedó la lealtad y el amor hacia Amelia?La conversación con la castaña había terminado hace un momento, al decirme lo que Valentina quería. No lo iba a permitir, aunque mi hija no