A la mañana siguiente…
Manada Diamond.
Ares.
Quería estar bien con Valentina, mi hija está en una edad rebelde porque su loba interior no ha despertado, pero tiene ciertos síntomas presentes. Normalmente, las niñas, al cumplir su décimo cumpleaños, obtienen su loba y se convierten en señoritas. Valentina tiene síntomas hormonales más fuertes que el resto de las niñas, y es porque está mezclado su loba con su ciclo menstrual.
¿Cómo sé sobre eso? Mara me lo ha explicado durante diez años.
Quisiera que Valentina no tuviera que pasar por eso. Me refiero a tener que pasar por su despertar y desarrollo. Son dolores muy fuertes que me gustaría evitarle.
Katrina había regresado a la casa, pero esta vez en el desayuno, para poder hablar con Mara. Debía ser un tema urgente porque mi querida Marita, se iría de viaje en dos días. Tampoco sé qué haré con su partida, ya que sigo sin conseguir quién pueda cuidar de Valentina a tiempo completo…
O por lo menos mantenerla lejos de Katrina.
Ahora que lo pienso, mi hermano Velkan, siempre creyó que Katrina era mi luna y que el problema era que yo no la aceptaba, pero eso no era así. Simplemente mi lobo jamás la quiso como ella quería que fuera. Valentina también la rechaza y más que todo es por el aroma que la rubia desprende.
Ella olía a tierra de muertos, pero su belleza era impactante.
—Valentina, solo debes respetar el aroma de las personas. No puedes ir por todos lados diciendo que apestan o sabes sus intenciones. No todos somos iguales —le explico a mi hija, haciéndola que me mire mal—. Sé que también te incomoda Katrina, pero ella es quien más nos ha ayudado durante estos años. Tu tío Velkan, es quien la envió como apoyo para nosotros.
Sus ideas son fantásticas, por eso Ayla y él pelean algunas veces.
—Yo debo estar pagando algún castigo, papi —su voz es de indignación—. Es que ella es la que peor huele. Me desagrada que sea tan buena y sus olores tan asquerosos. Es horrible que su cara y voz sean como la miel, pero no termina siendo una abeja asesina…
Debo enseñarle que debe respetar tanto las decisiones de su padre como las de su tío. El hecho que tengamos un alfa en cada manada, no quiere decir que alguna de esas reglas deben romperse.
—Trátame bien, puede ser que me apiade de ti —la miro a los ojos cuando me como una tostada—. Soy un buen padre, cebollita, pero a veces te es difícil las discusiones entre Katrina y tu…
—Simplemente no la quiero cerca de ti, papi —sonríe tiernamente—. Trataré de ser más tolerante con respecto a ella.
Miente… ella no tolera nada con ella.
—¿Y Leah? —ella me ve con confusión—. ¿Qué te hizo pensar que ella puede ser la Diosa Luna y la mate de tu padre?
—Ella huele a dulces y no huele a mujeres mentirosas, que le cambia su actitud cuando tú apareces —sonríe—. Es horrible cuando sucede eso, pero me di cuenta de que estábamos entre seres humanos traidores.
—Se tolerante con Katrina, ella no se irá de aquí hasta hablar con Mara —le di una última advertencia—. Y se acabó el tema. Es hora de comer y no quiero tener un desayuno incómodo.
—Sí, papá…
Me reí porque de verdad la odia.
***
Valentina era difícil, pero no imposible. Es mi hija y puedo controlarla, pero a veces actúa como una niña malcriada.
Puede ser que sea mi culpa.
—¿Quién se quedará con Valentina mientras no estás? —Katrina pregunta—. No es mi culpa, yo no te pedí explicaciones de nada. Solo quiero saber —presiona sus labios—. ¿Cuándo te vas de viaje, Mara?
—En un día empiezan mis vacaciones —ve a mi hija, que la está ignorando—. Ares ha encontrado a la persona que se encargará de Valen.
—Pero qué delicada eres —se queja Mara—. Ares, vámonos, esta mujer carece de modales.
Veo como la sonrisa de mi hija se ensancha.
—¿Es en serio? —responde Katrina, fingiendo su alegría—. Me alegra muchísimo que pudieras encontrar a alguien para la niña.
—Sí, además de que no puedo tenerla sin que nadie la cuide mientras yo no estoy en casa —me mira mal.
—Estaba yo para hacerlo, Ares…
—Katrina… eso ya lo hemos hablado —respondo, con frialdad.
—¿Podré regresar a casa? —pregunta molesta, cambiando el tema.
—Sí, lo hablaré con Velkan para tu regreso —miro la hora—. Valentina, es hora de ir a clases y yo a trabajar.
—Vale, papi, pero que sea Mara quien me lleva al colegio —dice, tomando sus cosas.
—Vale, cariño —es mi respuesta.
Antes de todo esto, siempre fui el primero en avanzar y jamás fui cauteloso con los que son mis amigos, pero los años me han enseñado a que no debo confiar en nadie. Katrina es una buena amiga, pero simplemente, debo mantenerla alejada de mi hija. No podré estar tranquilo hasta que la vea en Rumanía, pero quiero creer que ella se mantendrá leal a sus principios y no le hará nada a los míos.
Una mujer herida es capaz de todo. Por eso le he dado largas a decirle sobre mi mate. No es miedo, pero debo tener a los míos seguros primero.
—Oh, antes de irnos, debes saber que papi ya tiene una nueva Luna —escucho a Valentina hablar—. Al fin te encontró a la Luna de nuestra manada y no eres tú.
Katrina estaba paralizada viendo con ojos de sorpresa a Valentina, cuando reacciona, se queda a mitad del pasillo que da a la salida de la mansión, mirándome con indignación.
—¿Es eso verdad? —me pregunta, de su cuerpo empieza a emanar la molestia y de sus ojos ira—. ¿Tienes una mate y no pensabas decírmelo? O sea, nunca me consideraste en ningún momento ni cómo amiga, Ares —admite.
Termino de ponerme la chaqueta, después de darle una mirada de reproche a Valentina.
¡Debió esperar a que yo lo dijera!
—Contigo lo hablaré después, Valentina —le advierto a mi hija—. Llévate a la niña al colegio, Mara.
Habíamos terminado con un desayuno muy bien y un inicio del día estupendo.
—Vamos, cariño —veo como Mara y Valentina se van de la casa.
—¿Pensabas decírmelo? —sus ojos estaban llenos de lágrimas—. ¡Tengo sentimientos, Ares!
—Quería decírtelo. No ahora, después. En su tiempo y momento, Katrina. Primero tenía que pensar algunas cosas y buscar la mejor manera de contarte las cosas sin lastimarte —es la única respuesta que le doy.
Y sí, es lo más sincero que puedo ser.
—¡No sabes cuánto te odio! —su respiración se acelera—. ¡Pagarás por mi dolor y por nunca considerarme!
—Siempre te consideré, Katrina. No de la manera que tú querías, pero nunca dejé de decirte que te veía como una buena amiga.
—Aceptaste todo lo de Velkan y mi amor por ti…
—No te equivoques. Acepté lo de Velkan porque es mi hermano, pero tu amor no. Siempre fui honesto con lo que sentía por ti. No confundas las cosas ahora, solo porque te sientes herida.
—Eres un maldito bastardo. Por eso te quitaron ser alfa de la manada más poderosa del mundo —escupe con odio.
—Y ahora soy el alfa de la segunda manada más poderosa del mundo —le señalo la puerta—. Debo ir a trabajar, por favor, sal de mi casa y no vuelvas a menos que sea a despedirte porque regresas a Rumanía.
Se va como alma que lleva el diablo de la casa y por experiencia con ella, va a buscar a mi mate para intentar desaparecerla.
Valentina, no sabes el problema en que nos metiste con la muerte.
Debo cuidar a Leah... debo cuidar a mi Luna de cualquiera que la quiera lastimar, y más, si es mi culpa. Ella es la Luna de la manada Diamond y no puedo perderla también. No pude proteger a Amelia y aprendí mi lección hace diez años, al verla morir.
Academia de Ballet Angel’s.Unas horas después…Ares.Sabía que Katrina quería respuestas y por eso, había venido a la academia. Ella estaba herida por lo que había dicho Valentina y por haberle ocultado lo de Leah siendo mi Luna, pero tampoco es que han pasado muchos días, solo omití el hecho por unos instantes.La había perseguido por todo el camino para evitar que Leah estuviese en peligro. Le he pedido a Charlotte que si veía algo extraño en la academia, detuviera el tiempo y se enfrentará a Katrina. Charlotte es un ángel caído y es pupila de Aaron, una de los mejores demonios que hay en el inframundo por ser estudiante del rey demonio.El tiempo detenido me recibió en la academia, Katrina y Charlotte estaban peleando. El ángel caído tenía contra la pared a Katrina, que estaba tratando de convertirse en la muerte. Mi lobo quería destrozar a Katrina, al ver el estado de Leah.—¡Esa humana me robó mi lugar! ¿Ahora todos la quieren porque es débil y hermosa? A ella no la critican por
Vamos poco a poco...Ares.Me sentía mal por la manera en que habían sucedido las cosas con Katrina. No quería que termináramos así, pero por lo visto, no había otra manera de hacerlo. Tengo que hablar con Valentina y lo que hizo hoy. No debió meterse en los problemas de adultos, pero ya no se puede hacer nada.El daño ya se hizo y Katrina está lastimada.Reclamé como mía a Leah y sí, es probable que ella no me acepte con lo que soy y también es seguro que me hundí en un problema innecesario.Soy un completo desastre… como alfa, como padre, como amante o lo que sea que puedo intentar ser.—Supongo que todo salió bien con Katrina —se burla Mara, entrando a la oficina—. En otras ocasiones habrías perdido la cordura por una humana, pero decidiste marcarla mientras estaba desmayada.Hago una mueca de desagrado.—No tuve elección y quería dejar claro quién era mi nueva Luna —le digo serio, viéndola sentarse frente a mi escritorio—. Había llegado al límite de mi control y ya estaba empezand
Creo que tal vez...Ares.Aunque tengo una nueva Luna y la he marcado, me duele muchísimo aceptarla. Sé qué probablemente le estoy haciendo mucho daño también a Surt, pero mi lealtad y mi amor siempre pertenecerán a Amelia… o eso creía.No puedo olvidarla de la noche a la mañana, es la madre de mi hija y la persona que más me ha amado en esta vida. Amelia vivió y se dedicó completamente a su familia. Me dio todo lo que ella podía y renunció a su mundo para venir al mío. Aceptó ser mi mate aun cuando me tenía miedo. No diré que Amelia fue una mujer cruel porque ella fue la persona más pura y tierna de este planeta. Ella y Valentina eran mi mundo y con eso me bastaba para seguir mi camino, pero maldigo al destino que le gusta darme unas lecciones que jamás lograré entender.—Charlotte… —murmura Leah, mientras se remueve entre en el sofá—, te he dicho tantas veces que debes bañarte al acostarte…La miro fijamente, admirando a la hermosa mujer que tenía frente a mí. Por culpa de Surt, sig
Mansión principal de la manada Diamond.Algunas semanas después…Ares.Aunque la última vez que ella y yo hablamos todo había quedado un poco claro, esa castaña de ojos verdes no sale de mi mente y eso me está desesperando más de lo que quisiera o pudiera admitir. La he mandado a custodiar con mis mejores lobos por temor a que Katrina decida hacer cualquier locura. Dejé a los que más confío, que son los más fuertes y rebeldes de la manada, pero ese no es el problema principal.¿Cómo es posible que esa castaña sea amiga de Charlotte? Algo aquí no encaja bien y me está molestando.—Alfa, ¿Está de acuerdo en lo que debemos hacer? —pregunta uno de los lobos a quien envié a custodiar a Leah—. La chica no hace nada para llamar la atención. Va de practicar, a enseñar clase de ballet a varios niños, en eso va incluido la señorita Valentina.—¿Viste a algún familiar cerca de ella o en su casa? —niega con la cabeza—. ¿Charlotte o alguien más?—Vive sola, pero tiene buena relación con la pupila
Academia de Ballet Angel’s. Salón de clase, 8 C. Días después de la pelea con Charlotte.Leah.No creo que sea la mejor bailarina de ballet de este mundo. He tenido más caídas que victorias durante toda mi profesión. También he tenido una infancia bastante dura. Me fui a vivir a Alemania porque mi familia adoptiva me hizo la vida imposible, al no querer ser doctora. Regresé después de años fuera, porque mi antiguo jefe me pidió ser la bailarina principal de su academia de ballet. Lamentablemente, tuve un accidente hace algunos años y aunque no recuerdo muchas cosas, hay un sueño que me persigue todas las noches. Para mí todo está en blanco y negro, pero la silueta de un lobo reclamándome como suya, me persigue, noche a noche.Además, en ese accidente, he perdido mi agilidad para bailar correctamente. Podría decirse que esta sería mi última presentación, antes de retirarme y no volver a hacer ballet, jamás.Mi primo siempre ha dicho que es mejor lo que no se recuerda. Algunas veces,
Algunas horas más tarde...Oficina de Ares.Mara.Estábamos esperando a que Leah viniera a la oficina. Ella y Ares debían conversar sobre las clases de ballet que estaba tomando Valentina. No queríamos dejar pasar el momento para que ella nos informara sobre su proceso de adaptación y como ella estaba en cuanto a su cuerpo. Soy la instructora de Leah y de vez en cuando, también soy su manager.Es una buena mujer con un gran talento, pero siento que le falta ser menos ingenua.—Bienvenida, ¿todo bien? —la veo sorprenderse cuando me ve.—¿Hice algo malo y por eso fui llamada a la oficina? —Ares niega rápidamente—. Oh, me he llevado tremendo susto por eso.—Tranquila, estamos para saber sobre el proceso de Valentina —responde con calma mi amigo—. Mara está aquí porque ella es la persona que la cuida y también pertenece a la vicepresidencia de la academia.Soy tu amiga, pero esa información por supuesto que no se la vas a dar.—Bueno, si es sobre el proceso de la niña, debo decir que lo e
Me estoy volviendo loco por ella y ya no hay razones para tener el control.Ares.Necesito respirar y buscar un motivo, no, medio motivo para no arrancarle la cabeza Charlotte. ¿Qué le pasa por la cabeza a ese maldito demonio? Se supone que era leal a mí y no debería ser así. Ella no debía atacar a Leah. Por esa razón, Mara siempre se tiene que hacer cargo de las locuras de la aprendiz de Aaron."Condenaste a mi luna. Deberías morir siendo mi mente, yo viviría por ti."Protestaba Surt desconsolado.¡No lo hice, solo no podía dejar a Charlotte hacer lo que quería!"Yo sería un mejor alfa. Yo quiero a Leah. Es mi compañera y tú no me dejas tenerla. La marcaste tú, no yo y también quiero morderla. ¡Quiero que todo el mundo sepa que esa mate es mía!"Vuelve a quejarse molesto.¿Desde cuándo eres así? ¿En dónde quedó la lealtad y el amor hacia Amelia?La conversación con la castaña había terminado hace un momento, al decirme lo que Valentina quería. No lo iba a permitir, aunque mi hija no
Ares.Veinte minutos después, estábamos de regreso a mi oficina y luego de que ella regresará a sus sentidos, la veo sentarse en el sofá con cuidado, mirando hacia los lados, frunce el ceño y acaricia su frente mientras dice palabras que no logro entender. Su aroma se desprende por todo el salón haciendo despertar a Surt, nuevamente.Agradecía tanto que Mara se haya llevado lejos a Charlotte en este momento.—¿Me volví a desmayar? —pregunta, con voz suave—. Creo que necesito ir al hospital porque esto no puede seguir sucediendo.¿Es común en ella desmayarse?—Te desmayaste en el pasillo de la oficina. Supongo que tienes mucho estrés por algunas cosas y tu cuerpo te está pidiendo a gritos que descanses —respondo seco.—No lo creo, pero mi cuerpo está loco... —dirige su vista hacia una ventana—. ¿Qué hora es? Jay quedó en venir por mí.Otra vez ese nombre…—¿Loco? Bueno, nuestro cuerpo jamás es normal si tiene exceso de trabajo —ella me ve y sonríe—. Es bastante tarde, supongo. ¿Pero qu