Jacob García.Miami–Eso explica todo Jacob, por eso estás así tan triste pero deberías de hablar con nuestros padres y contarles lo que te pasa y quizás te dejen hacer una llamada mínimo para explicarle a tú chica el motivo de que no llegaras a la cita.Era inútil, sobre eso ya no habia solución, solo lo de dejarle un recado a Christoph, porque con la tía Kristen lo veía imposible, mis padres no la dejarían que interviniera.–No Sasha, todo es más complicado de lo que parece. – Dije resignado. – Nuestra madre seguramente estará feliz pero nuestro padre no, él quiere a una chica de sociedad para mí y mi chica es hermosa pero no es de ese tipo de chica que debe ser la esposa de un Smirnoff.Cuántos no estaríamos en la misma situación con sus prácticas ancestrales, pues las familias seguían esa forma de organización entre ellos mismos, por lograr una escala más en los negocios, pero era absurda y retrograda esa clase de negociaciones, como si nuestros sentimientos no valieran para ellos
Jen SaldañaMiamiAl día siguiente, al despertar en la casa de Emiliano imploraba al cielo que todo fuera un mal sueño y que ahí afuera me estuviera esperando mi Jacob, era lo que más hubiera deseado yo, pero desafortunadamente no fue así. Me levanté de la cama de Emiliano y me fui a mojar el cabello y a arreglarme un poco, los ojos los traía rojos y un poco hinchados, salí del baño, pues teníamos que ir a la veterinaria.El no sé dónde estaba que no estaba en su habitación, habia dormido en el sillón que estaba al lado de la cama, pero ya tenía todas las cosas que habia utilizado acomodadas, me senté un rato, hasta que a los pocos minutos, escuché movimiento y vi que llegaba con algo en las manos.–Hola Jen, veo que ya estás despierta y espero te encuentres mejor que ayer – Me dio una bolsa con ropa – Esto te lo ha mandado Dulce, para que te cambies.Mi prima se las ingeniaba para hacer las cosas, no sé qué les habrá dicho a mis papás, pues según les diría algo de una emergencia en l
Jen SaldañaMiamiEmiliano salió de su recámara y yo me cambié mi ropa por la que Dulce me había enviado y ya que estuve lista y medio peinada, bajé para reunirme con mi amigo que a pesar de sus bromas y sus tonterías siempre estaba para ayudarme así como yo siempre lo estaba para él.–Listo Emiliano, ya nos podemos ir – Abrí la puerta de su casa – Debemos ir a recoger un poco la clínica.–Sí vamos Jen, estaba pensando si llamar a un amigo o no, es que no sé cómo andemos en citas de estética hoy y quiere llevar a su perro.No podíamos aceptar citas a última hora, debíamos checar la agenda de la estética, por eso esa parte la mantenía Dulce.–Mejor no hagas conjeturas y esperemos a que lleguemos a la clínica, tenemos que ver a Dulce ella es la que sabe cuántas citas de estética canina hay para hoy.No debíamos cargar la mano con eso, entre todos hacíamos el trabajo, pero Dulce era la que llevaba la voz cantante, los tiempos del aseo de los pacientes era medido, así que esperaba que no
Jen SaldañaMiami–Hola Jen, qué bueno que Emiliano y tú están desde más temprano hoy – Agradecía Luz Mary – Es que tengo un problema gigantesco.Luz Mary, se separó del abrazo y sus lágrimas estaban bajando por sus mejillas, no quería que me contagiara más la depre que traía. Burbuja iba a estar bien, se lo podía asegurar.–Hola Luz Mary, ya me ha dicho Emiliano ¿Qué tiene Burbuja? Y ¿Dónde está para revisarla?–No es Burbuja, Jen pero si necesito que me revisen a mi sobrino Maximiliano el rey de la casa de mi hermano.Era un canino precioso y muy obediente, ya me habia tocado atenderlo antes para una revisión de rutina, pero mi cuñada estaba desconsolada.–Ya lo recuerdo, ¿Max el rey, el perro ese bonito, el bóxer? – Le hice saber que sabía de quién se trataba – Claro que lo podemos revisar, ve por él.–Jen, ya está aquí dentro. Lo he metido un momento en el otro consultorio en el que tenemos vació, le decía a Luz Mary que ahorita lo revisaríamos.Tomé una libreta que destinaba para
Jacob SmirnoffNew YorkNos estaba esperando una limusina en color blanco, con un chofer y un hombre de seguridad en uniforme negro, abrieron la puerta, primero entraron mi mamá y mi hermana y luego Boggi y yo y por ultimo mi padre. Nos predecía una camioneta negra y en la parte de atrás otra igual. Sí, contábamos con guardaespaldas las 24 horas, yo era el que viajaba por la vida sin protección.No mucha gente me relacionaba con mis padres y hermanos, siempre me habia manejado bajo perfil y me habia funcionado de las mil maravillas. Pero mis padres no estaban de acuerdo. Que me debía mostrar al mundo por lo que era, por lo que habíamos hecho por el bien de los demás. Pero no le veía el caso, me gustaba que la gente se diera cuenta por ella misma, no ir divulgando el bien que habíamos hecho.–Jacob, hoy vamos a visitar a los abogados de la constructora, ¿Te acuerdas de ellos?–Sí papá, a los señores Kewlyn, he hablado con ellos en estos días, por el contrato de la franquicia aquí en ne
Jacob SmirnoffNew YorkMamá me sonríe y estoy seguro que ya se está imaginando toda la escena, yo no habia llevado a ninguna novia a la casa, aunque sabían que de vez en cuando salía con amigas, no habia estado en una relación formal como para eso, pues llevar a alguien a casa significaba.– ¿Quién es hijo, la conocemos? – Preguntó mamá.–No mamá, es alguien ajena a nuestro círculo social. – Aclaré de inmediato.Por todo lo que se movía a nuestro alrededor iba a representar una dificultad bastaste mayor de parte de papá, pero en esto no se mandaba y si estaba pensando en imponerme a alguien, ahí si lo iba a desobedecer en rotundo. Mi corazón ya le pertenecía a Jen al 100 por ciento de eso no tenía ninguna duda, nada ni nadie podía intervenir en eso. Y era algo que dejaría bien claro desde el principio.–Bueno, eso no es ningún problema, desearíamos conocerla. – Demandaba mamá.–Sí, hermanito, a mí también me encantaría conocer a tu futura novia. – Su aprobación me daba ánimos para se
Jen SaldañaMiamiPasaron varios días en los que me estaba sintiendo demasiado mal por la depresión tan fuerte que estaba sintiendo y la verdad es que, tenía que sobreponerme porque no me quedaba de otra. Jacob no volvería a mi lado y yo sola me torturaba esperando verlo en línea cuando abría el chat de sus mensajes pero todo era inútil. Era una repetición de lo mismo y siempre con el mismo resultado.Él no estaba más y tenía que dejarlo ir a como diera lugar. Estábamos en la clínica y al no haber en ese momento consultas para mí, le ayudaba a Dulce a bañar a un San Bernardo de uno de nuestros clientes más antiguos, se dificultaba la tarea por ser de buen tamaño.–Hola prima, te ayudo a bañar a Glenn – Le dije a Dulce – Veo que estás un poco atareada con él.–Hola Jen, gracias prima. Te vas air al cielo este perro es demasiado inquieto y no se deja amar por mí para bañarlo – Dulce lo abrazaba y Glenn se negaba – Pero ve como lo quiero amar y se niega.Habían animales que no les gustab
Jen SaldañaMiamiDulce y yo nos quedamos viendo resignadas, sabiendo cómo era y como había sido siempre Emiliano. Era de lo peor, nunca ahorraba dinero y no sabíamos a dónde iba todo lo que se ganaba en la clínica que incluso más que yo era a veces, pues él por ser hombre todas las chicas que traían mascotas quería ser atendidas por el guapo doctor de la clínica.–Está bien Emiliano, te vamos a invitar por esta vez y sólo por esta vez – Le dijo Dulce – Aprende a administrar tu dinero.–Si lo administro, pero también tengo mis gastos. – Se defiende Emiliano.Yo pienso más bien que se los gasta en la novia que tiene, desde que empezó a andar con ella, nunca tiene dinero, está bien que la consienta, pero no puede ser que todavía no estamos a finales de mes y él ya está sin dinero. Lo bueno era que habíamos recibido buenas propinas y con eso nos alcanzaba para los tres.–Sí Emiliano, estás de suerte porque necesito salir a la vida de nuevo que no todo es estar llorando por Jacob. – Querí