Jen SaldañaMiami–Sí, por favor. Ahora voy, gracias Dulce – Le respondió Emiliano.–Ve a atender a tu paciente, mientras revisaré y le cambiaré las vendas a “veneno” – Le dije a Emiliano.–Gracias, Jen. – Salió a ver a su paciente.Fui a revisar a veneno y estaba mucho mejor que esa mañana que tuvimos que sondearlo porque se obstruyó de las vías urinarias y por eso tendría que pasar la noche ahí en la veterinaria. Le di unas caricias y un beso en su cabeza felina, era un gatito hermoso y lamentaba mucho que estuviera sufriendo, pero al menos dándole cariño podía reconfortarlo un poco.Le cambié las vendas y lo curé y luego Dulce me ayudó un rato a acompañarlo ya que se desocupó de bañar a sus pacientes. Luego se volvió a ir y me quedé sola de nuevo.–Jen, ya es hora de comer. Se acaba de ir mi paciente – Dijo Emiliano – Yo creo que pedimos algo, para más tarde ir un rato a nuestras casas.–Estoy de acuerdo, dile a Dulce que encargue lo que quieran. A mí me da lo mismo, con el hambre
Jen SaldañaMiamiJacob me abrazó y me besó efusivamente, yo no sé porque motivo me dejé arrastrar por él y terminamos haciendo todo un espectáculo delante de mi mamá que estaba fascinada por mi “relación” con Jacob. Estaba más entusiasmada y se moriría de la pena cuando se enterara de la verdad, eso era lo que más me afligía el haber tenido que mentirle. No era mi intensión, pero lo tuve que hacer.–Buenas tardes, veo que interrumpo algo – La voz de mi papá hizo que nos separáramos, pero a la de ya – Jen, ¿Qué clase de espectáculo es éste?Me quedé quieta en mi sitio, no podía ni ver a mi papá a los ojos, así que me quedé tal cual. Jacob se puso delante de mí, como protegiéndome y se lo agradecía aunque mi papa nunca ha sido de pegarnos ni a mis hermanos ni a mí. Nos castigaba con prohibirnos las cosas, como los videos juegos o los celulares, pero nunca habia usado la violencia contra nosotros.–Buenas tardes señor Pancho – Lo saludó Jacob – Todo es mi culpa, tenía muchas ganas de ve
Jacob GarcíaMiamiLuego de dejar a Jen, esa tarde en la veterinaria su padre me llevó con él a un lugar dónde pudiéramos hablar lejos de Jen y de Melanie. Se le veía molesto por lo que acababa de ver en su casa entre Jen y yo y debí suponer que así sería. Las personas provenientes de países latinos solían ser demasiado conservadoras. Pues sus costumbres eran muy diferentes.Llegamos a una zona en la playa y Don Pancho se estacionó. Ahí bajamos y caminamos en la playa un poco para alejarnos de los turistas y después comenzó el interrogatorio. Bueno tengo que reconocer que era algo que me temía y de seguro yo lo habia provocado antes de tiempo.–Dígame jovencito de hombre a hombre ¿Qué intenciones tiene con mi hija? Yo no estoy para nada de acuerdo con lo que me encontré llegando a mi casa, hace rato –Me preguntó Don Pancho –Además tengo un pollito que comerme con usted y después ya me tocará comerlo con Jennifer.Nada más de decirme que nos íbamos a comer un pollito, mi corazón se ace
Jacob García Miami –Está viéndose lento, jovencito, ya se estarán casando mis nietos los hijos de Ethan y Luz Mary antes que ustedes dos y eso sí que no y le diré algo de una buena vez Jacob o toma en serio a mi hija y formalizan lo más pronto posible o mejor deje de quitarle el tiempo y retírese, para que ella pueda conocer a otro muchacho con quién hacer vida. El reloj biológico de una mujer camina y no se detiene. A esas alturas de la plática Don Pancho ya me estaba cayendo mal, obviamente era un señor del siglo pasado y eso me hacía entender más a Jen. La presión de su familia era por demás inmensa y no había manera de calmarla. Además Jen era muy joven y hoy en día las mujeres tienen hijos hasta después de los 30 ¿Qué prisa tenía este señor? Traté de entenderlo y de no decirle nada que fuera a empeorar las cosas. –Hagamos algo Don Pancho, ¿Cuánto tiempo cree usted poder darme para definir bien las cosas con Jen? – Le pregunté tomando en cuenta su opinión y por supuesto, su nec
Jacob GarcíaMiami–Jacob, tenemos que hablar muy seriamente, hijo.Me encontraba arreglando mi maleta, me iría al departamento de Christoph por unos días ya que él estaría en un torneo en Australia y me quedaría a cuidárselo. Mi padre estaba muy molesto por eso, pero para mí era importante ya que estaría cerca de Jen y hoy necesitaba el espacio para la cena que tendríamos.–Dime, papá. ––Veo que ya no tienes mucho interés en la franquicia que abriremos en el sur del país, te he notado bastante disperso de tus responsabilidades.Mi padre Mijaíl Smirnoff, era un magnate de la rama de la salud, con una variedad de clínicas de especialidades. Y como yo me habia decidido por el cuidado de los animales, estábamos negociando unos terrenos precisamente en el sur del país, para montar una de las clínicas más prestigiosas a nivel mundial, pero estaba centrado en otras cosas, lo admitía, Jen era mi prioridad en estos momentos.–No es eso padre, en cuanto regrese Christoph de su torneo me pongo
Jacob GarcíaMiamiElla estaba concentrada en desvestirse también. Cuando se dio cuenta yo ya estaba completamente desnudo. Abrió los ojos como plato.– ¡Ay no, Jacob, eso no va a entrar! – Gritó asustada.Me acosté a su lado y empecé a acariciarla, sentía como se relajaba poco a poco.–Tranquila Jen, solo relájate, no pienses en eso. Yo me encargaré en que te olvides hasta de tu nombre.–Jacob, me va a doler.–Solo al principio.–Uy sí que alivio.Me coloqué entre sus piernas y ella empezó a mover las caderas, eso me estaba matando, así que nos empezamos a besar, notaba su humedad tocando mi miembro. Lo tomé en mi mano y lo rocé en su clítoris, gimió.– ¿Lista?–Sí.Su humedad comenzó a empaparme, lo puse en el centro empuje un poco, hubo un poco de resistencia pero ella su movió habia adelante y me fui haciendo espacio en su sexo.– ¡AH!–Tranquila preciosa, ya estoy adentro, me voy a empezar a mover muy despacio, pero si te sientes mal me dices.–Ok – Tenía los ojos cerrados.–Abre
Jen SaldañaMiamiAl día siguiente después de lo que pasó con Jacob, no podía ver ni a la cara a mis padres. De seguro mi mamá se daría cuenta ya que era una muy buena observadora y claro no me lo podía decir enfrente de mi papá. Esperé en mi recámara hasta que los escuché salir de la casa y después me arreglé rápido para irme a la clínica, allá tendría que pedir de desayunar.Tomé la bicicleta y me fui rumbo a la clínica. Llegando allá, me encontré con que Dulce ya había abierto y ya estaba incluso recibiendo al primer perrito para baño de ese día. Pero era aún temprano, me sorprendía mi prima, era la que llegaba siempre tarde, a no ser que le llamaron para que atendiera al perrito o pasara por él.–Hola Jen, tus ojos destilan sexo – Me saludó mi prima – Dime ¿Lo hiciste con el cuero de Jacob?Me preguntó en cuanto entré a la clínica, no tenía idea de cómo me veía.–Buenos días prima ¿Cómo estás?–Yo bien, pero tú, estás radiante. Quiero detalles, estamos solas. Emiliano me llamó dic
Jen SaldañaMiami–Está bien Jen pero si el viernes se van a comprometer, yo les organizaré algo en mi casa, ya sabes que mi papá no se negará, con poca gente antes de que empieces a enojarte. Serán mis padres, los tuyos y mi primo Ethan y Luz Mary, también Emiliano si quiere ir.La organizadora experta de mi prima siempre salía a flote, le encantaba hacer de todo una fiesta, pero estaba bien que fuéramos solos nosotros y no decirle a todos los chismosos de nuestros demás familiares, porque de seguro solo vendrían a criticar. Y a suponer todo lo que pasaba por sus cabezas, ya saben el clásico, se tiene que casar porque lo más seguro es ya esté embarazada. Y por eso nos apurábamos.–Claro que iré, llevo rato escuchándolas. Viejas chismosas – Nos dijo Emiliano – Ya te puedes ir Jen, afuera está tu galán.Nos sorprende Emiliano y lo que dice está fuera de toda proporción, Jacob me iba a llamar o a mandar un mensaje. Cosa que no habia hecho. Miré mi celular y no tenía nada de ninguna de l