Jacob García Miami –Está viéndose lento, jovencito, ya se estarán casando mis nietos los hijos de Ethan y Luz Mary antes que ustedes dos y eso sí que no y le diré algo de una buena vez Jacob o toma en serio a mi hija y formalizan lo más pronto posible o mejor deje de quitarle el tiempo y retírese, para que ella pueda conocer a otro muchacho con quién hacer vida. El reloj biológico de una mujer camina y no se detiene. A esas alturas de la plática Don Pancho ya me estaba cayendo mal, obviamente era un señor del siglo pasado y eso me hacía entender más a Jen. La presión de su familia era por demás inmensa y no había manera de calmarla. Además Jen era muy joven y hoy en día las mujeres tienen hijos hasta después de los 30 ¿Qué prisa tenía este señor? Traté de entenderlo y de no decirle nada que fuera a empeorar las cosas. –Hagamos algo Don Pancho, ¿Cuánto tiempo cree usted poder darme para definir bien las cosas con Jen? – Le pregunté tomando en cuenta su opinión y por supuesto, su nec
Jacob GarcíaMiami–Jacob, tenemos que hablar muy seriamente, hijo.Me encontraba arreglando mi maleta, me iría al departamento de Christoph por unos días ya que él estaría en un torneo en Australia y me quedaría a cuidárselo. Mi padre estaba muy molesto por eso, pero para mí era importante ya que estaría cerca de Jen y hoy necesitaba el espacio para la cena que tendríamos.–Dime, papá. ––Veo que ya no tienes mucho interés en la franquicia que abriremos en el sur del país, te he notado bastante disperso de tus responsabilidades.Mi padre Mijaíl Smirnoff, era un magnate de la rama de la salud, con una variedad de clínicas de especialidades. Y como yo me habia decidido por el cuidado de los animales, estábamos negociando unos terrenos precisamente en el sur del país, para montar una de las clínicas más prestigiosas a nivel mundial, pero estaba centrado en otras cosas, lo admitía, Jen era mi prioridad en estos momentos.–No es eso padre, en cuanto regrese Christoph de su torneo me pongo
Jacob GarcíaMiamiElla estaba concentrada en desvestirse también. Cuando se dio cuenta yo ya estaba completamente desnudo. Abrió los ojos como plato.– ¡Ay no, Jacob, eso no va a entrar! – Gritó asustada.Me acosté a su lado y empecé a acariciarla, sentía como se relajaba poco a poco.–Tranquila Jen, solo relájate, no pienses en eso. Yo me encargaré en que te olvides hasta de tu nombre.–Jacob, me va a doler.–Solo al principio.–Uy sí que alivio.Me coloqué entre sus piernas y ella empezó a mover las caderas, eso me estaba matando, así que nos empezamos a besar, notaba su humedad tocando mi miembro. Lo tomé en mi mano y lo rocé en su clítoris, gimió.– ¿Lista?–Sí.Su humedad comenzó a empaparme, lo puse en el centro empuje un poco, hubo un poco de resistencia pero ella su movió habia adelante y me fui haciendo espacio en su sexo.– ¡AH!–Tranquila preciosa, ya estoy adentro, me voy a empezar a mover muy despacio, pero si te sientes mal me dices.–Ok – Tenía los ojos cerrados.–Abre
Jen SaldañaMiamiAl día siguiente después de lo que pasó con Jacob, no podía ver ni a la cara a mis padres. De seguro mi mamá se daría cuenta ya que era una muy buena observadora y claro no me lo podía decir enfrente de mi papá. Esperé en mi recámara hasta que los escuché salir de la casa y después me arreglé rápido para irme a la clínica, allá tendría que pedir de desayunar.Tomé la bicicleta y me fui rumbo a la clínica. Llegando allá, me encontré con que Dulce ya había abierto y ya estaba incluso recibiendo al primer perrito para baño de ese día. Pero era aún temprano, me sorprendía mi prima, era la que llegaba siempre tarde, a no ser que le llamaron para que atendiera al perrito o pasara por él.–Hola Jen, tus ojos destilan sexo – Me saludó mi prima – Dime ¿Lo hiciste con el cuero de Jacob?Me preguntó en cuanto entré a la clínica, no tenía idea de cómo me veía.–Buenos días prima ¿Cómo estás?–Yo bien, pero tú, estás radiante. Quiero detalles, estamos solas. Emiliano me llamó dic
Jen SaldañaMiami–Está bien Jen pero si el viernes se van a comprometer, yo les organizaré algo en mi casa, ya sabes que mi papá no se negará, con poca gente antes de que empieces a enojarte. Serán mis padres, los tuyos y mi primo Ethan y Luz Mary, también Emiliano si quiere ir.La organizadora experta de mi prima siempre salía a flote, le encantaba hacer de todo una fiesta, pero estaba bien que fuéramos solos nosotros y no decirle a todos los chismosos de nuestros demás familiares, porque de seguro solo vendrían a criticar. Y a suponer todo lo que pasaba por sus cabezas, ya saben el clásico, se tiene que casar porque lo más seguro es ya esté embarazada. Y por eso nos apurábamos.–Claro que iré, llevo rato escuchándolas. Viejas chismosas – Nos dijo Emiliano – Ya te puedes ir Jen, afuera está tu galán.Nos sorprende Emiliano y lo que dice está fuera de toda proporción, Jacob me iba a llamar o a mandar un mensaje. Cosa que no habia hecho. Miré mi celular y no tenía nada de ninguna de l
Jen SaldañaMiamiCaminamos a otro mostrador y allí nos enseñó, miles de anillos de compromiso, siendo uno el que me había encantado era un diamante cuadrado hermoso y rosa mi color favorito y al parecer Jacob pensaba lo mismo.– ¿Nos podría prestar ese del centro?, por favor. El rosa – Pidió Jacob.–Claro que sí. – Le respondió la señorita.La chica nos lo entregó y después de haberme probado muchos anillos, pareciera que ese anillo hermoso estaba esperando por mí. Jacob me lo puso y me quedó a la medida de mi dedo y me emocioné demasiado, algo que no debía de pasar sabiendo que nada de eso era real. Pero mis sentimientos sí.–Se le ve hermoso señorita – Me dijo Mildred hipócritamente – Espero que se lo lleven, es un diseño único y también uno de los más caros de la colección.–Jen mi amor, si no te gusta siempre podemos ir a otro lugar. Quiero que estés feliz con el anillo que tú escojas.–Gracias Jacob, pero me ha encantado. Es el anillo perfecto para mí.–Ya está, nos lo llevamos
Jacob García MiamiDespués de que Jen entrara a la clínica, esperaba que Dulce saliera lo antes posible, debía entregarle el dinero para que organizara por todo lo alto la fiesta del compromiso entre Jen y yo. Vi que salió Dulce de la clínica caminando muy a su manera, se me quedó viendo muy divertida. Sí esto estaba resultando hacia otra dirección.–Hola dulce, buenas tardes, ¿Cómo estás? – Saludé.Nos saludamos con un beso en la mejilla, Dulce miraba muy atenta el auto, sé que llamaba mucho la atención, pero eran de los más comunes en Miami, esos y las motos de lujo.–Hola, Jacob, bien ¿y tú qué tal? – Dijo Dulce.–Muy bien también, me dijo Jen que vas a organizar una fiesta a nuestro nombre.Si fuera por mi nos íbamos solo los dos a celebrarlo después de que habláramos con sus padres, pero como ya lo habia dicho, cada quien tiene sus costumbres, seguiríamos lo que dictaban sus leyes, no me opondría a nada que me dijeran, ya estaba metido en esto y no me quería echar para atrás.–S
Jen SaldañaMiamiEl viernes llegó con una velocidad impresionante. No podía creer que estaba a punto de hacer esto. Yo estaba temerosa de ese día por todo lo que implicaba, la mayor actuación de mi vida en cuanto a la farsa de lo de Jacob hoy cobraría un nuevo significado ante mis familiares más importantes.Ese día estaríamos en la clínica sólo medio día y sólo Emiliano y yo, ya que Dulce como organizadora oficial de la fiesta andaba ocupada con los preparativos, me habia dicho desde el día que fuimos Jacob y yo a comprar el anillo de compromiso, pues el permiso lo tomaría desde el jueves en la tarde, para ir a comprar la decoración para la noche ideal de Jacob y mía.–Jen, ¿En serio estás segura de querer seguir con esto? – Me preguntaba Emiliano – Yo no te veo muy decidida.Él me conocía a la perfección, por lo tanto sabia en que situación me encontraba y hasta podía jurar que conocía mis pensamientos al pie de la letra. Hasta sabía que estaba esperando que desistiera de intento d