Jen Saldaña

Miami

Dulce y Boggi, se sorprendieron cuando entré a la clínica, ya sin mi amado Jake y ambos se preguntaban con las miradas entre ellos, lo que pudo haber pasado.

–Jen cuñada, perdón, si por mi culpa has peleado con Jake, déjame llamarle para que regrese a que arreglen las cosas, ustedes dos – Lamentaba Boggi – Esto, no es problema de Jacob, es mío.

Estaba haciendo conjeturas que no eran, pero mejor decirle lo que en realidad estaba pasando en casa de sus padres, tal vez fuera ayudar a Jake con lo que pasaba allá.

–Boggi, no pasa nada, no es por eso que Jake se ha ido, es por otra cosa. Al parecer en tu casa hubo un problema y…– No pude terminar la oración.

–No digas más cuñada, no quiero saber nada de Mijaíl, por mí, la tierra puede comérselo ya mismo.

Bueno, ya no me correspondía a mí, hacerlo entrar en razón, me parecía que estaba totalmente en negación y del solo escuchar que mencionaran a su padre se cerraba a todo.

–Entiendo Boggi, ya no diré nada. Pero ahora, me pr