*—Ryan:—¡Estas siendo un imbécil! —exclamó Stephen golpeando la mesa de aquel restaurante donde estaban tomando el almuerzo.Ryan, quien aún no había tocado su almuerzo, miró a Stephen sorprendido por su exclamación, pues la misma había llamado la atención de los comensales de aquel lugar.Se había ido hace tres días de Boston para asistir a un Congreso de Economía en Los Ángeles y había actuado como un idiota, porque se había ido sin decirle nada a Aimee, como el idiota que era y Stephen, recientemente se había enterado de ello por vía de Regina y ahora le estaba reclamando por ello.—¿No tienes nada que decir? —cuestionó Stephen inclinándose hacia delante—. Por déjame decirte, que yo si te voy a decir unas cuantas cosas —espetó y golpeó la mesa con su palma abierta, viéndose muy enfadado con él, pero se merecía su reacción. En verdad estaba siendo un imbécil.—Stephen…—¡Eres un idiota! —le insultó nuevamente—. Aimee debería dejarte luego de esto —destacó—. O sea, ¿qué mierda te pa
*—Aimee:Había estado tan energética esa mañana, pensando que hablaría con Ryan, pero saber que el mismo la engañó y que se fue a un viaje de negocios sin avisarle, la dejó sin ganas y más triste que nunca.Sentía que este era el final y ya que el mismo no había dado señales de vida, Aimee lo pensaba con más ímpetu. Era obvio que la presión de sus padres estaba haciendo mella en Ryan y que el mismo no quería decirle lo que sucedía, pero esto era demasiado. Estaba actuando como un imbécil y Aimee no podía seguir esperándolo más.Una parte de ella le decía que le diera tiempo, ese tiempo que él pedía, pero la otra le pedía que lo dejara, que no lo necesitaba para vivir y que estaría mejor sin él. Sin embargo, no quería hacerle caso a esta última faceta suya, quería darle su oportunidad de explicarse, pero habían pasado tres días desde que se fue y Aimee comenzaba a cansarse de ello.Soltó un pesado suspiro y Abby, quien estaba frente a ella, maldijo en voz alta.—Deberías dejarlo —incit
*—Ryan:Estaba tan asustado.No paraba de dar vueltas en la sala de emergencias del hospital en el que Aimee había sido admitida.Cuando llegaron a Boston, ni bien salieron del aeropuerto tomaron un taxi que los llevó hacia el hospital lo más rápido posible. Mientras iban de camino hacia este, Ryan no dejaba de pensar en lo peor. Su hermana no les había comentado los detalles y solo había dicho que Aimee había entrado en labor de parto antes de lo previsto, por lo cual, Ryan no tenía idea sobre qué había pasado.Y para el colmo, cuando llegaron al hospital, nadie quería decirle que estaba sucediendo.¿Qué tal mal estaba Aimee? ¿Por qué no le decían que pasaba con ella y sus bebes? El vuelo había tardado 3 horas y no era posible que la cesaría se tardara lo mismo. Estaba desesperado y no sabía que esperar de esta situación.Era su culpa, no dejaba de culparse de esto que estaba pasando. ¿Por qué había dejado a Aimee sola? Debió de estar con ella a su lado, se lo había prometido, pero n
*—Aimee:Se sentía como si estuviera en el aire y cuando abrió los ojos, lo primero que se topo fue con un techo blanco. Su mente estaba llena de bruma y cuando pudo enfocar sus sentidos con el fin de poder identificar su entorno, escuchó el tic de una gota cayendo.Poco a poco, ladeo la cabeza hacia donde escuchaba en suave sonido. Podía ver un suero a su lado y una vía que bajaba hasta su brazo. Identifico su entorno. Oh, claro, ya entendía porque estaba en el hospital y porque estaba siendo medicada.Se relamió los labios que sentía un poco secos y giró la cabeza hacia el otro lado para ver a una figura masculina a un lado de su cama. Era Ryan sentado en una silla y parecía estar durmiendo.Aimee sintió sus ojos llenándose de lágrimas al verlo.No obstante, recordó lo que había pasado antes y porque estaba allí en el hospital. Rápidamente se cubrió el vientre y gimió de dolor, puesto que se había movido muy rápido y se había lastimado. Sentía un cosquilleo en la parte baja del vien
*—Ryan:Había pasado una semana desde que Aimee había dado a luz.El día a día era pasarlo a su lado hasta que terminaran las horas de visita, porque para su desgracia, no podía quedarse junto a ella en las noches, sin embargo, estar durante el día con ella, visitando los bebes y hablando de estos, era suficiente para Ryan. No dejaba de esperar el día hasta que Aimee se mejorara y que también pudieran llevarse a los bebes, y en relación a esto último, la doctora estaba evaluando cuando podrían llevárselos de casa.Ryan estaba eufórico por darles la bienvenida a todos a su nuevo hogar. Había adquirido una nueva casa para ellos, pues no quería que Aimee continuara viviendo con Abby en aquel apartamento y quería que tuvieran su espacio. Con ayuda de Abby, Regina y Stephen, habían mudado todos los artículos que habían comprado para los bebes junto con los muebles de Aimee a la misma. No sabía cómo se tomaría este nuevo cambio Aimee, pero esperaba que bien, pues había puesto mucho empeño e
*—Aimee:Era el día que al fin volverían a casa con sus bebes.Aimee había sido dada de alta unos días después de hablar con la madre de Ryan y podía decir que se sentía mucho mejor, podía caminar y ya no era llevaba en silla de ruedes, además de eso, estaba feliz de estar libre de esa habitación de hospital y de que sus pequeños ya pudieran estar libres de aquellas incubadoras.Echó una mirada hacia Ryan, quien tenía al pequeño Roy cubierto en una manta en sus brazos. Este se mecía lentamente y susurraba palabras suaves a este. Aimee sonrió al verlo y bajo la mirada hacia su otro pequeño, Robert, quien yacía en sus brazos.Podía decir que estaba preparada para lo que les deparaba ahora, pero la verdad es que mentía. No tenía ni la mejor idea, pero haría todo lo posible por mantener su familia unida y por darle un buen hogar a sus pequeños, y claro, a su esposo, quien había estado a su lado desde lo sucedido.Su amado había estado metido día tras días en su habitación, muy pendiente d
*—Ryan:Ha pasado un año desde que fueron bendecidos con Liam y Robert y la vida de casado con Aimee ha sido maravillosa.Cada día se levanta con nuevos ánimos, a veces suceden cosas fuera de lo normal, pero sabe que esta es la vida en sí, que es para aprender y Whoa, sí que estaba aprendiendo muchísimo sobre la felicidad y claro, sobre cómo evitar los desastres con los pañales de sus pequeños.Una risita salió de su pecho mientras veía a Aimee sofocada tratando de limpiar un pequeño desastre hecho por Robert. Aimee era experta en limpiar los desastres de Robert, mientras que Ryan tenía ya su doctorado con Roy.Sus bebes tenían aficiones con cada uno de ellos, como, por ejemplo, Robert odiaba que Ryan lo limpiara y se habían dado cuenta de que cada vez que Ryan decidía hacerlo, este lloraba, sin embargo, a este le fascinaba que fuera Ryan quien le diera la leche. No obstante, a Roy le encantaba estar con él, pero de cierta forma odiaba que le diera le leche y le gustaba que lo limpiar
*—Aimee:—Lo que tú necesitas es una alocada noche con tu marido, Aimee —murmuró Abby para luego tomar un largo sorbo de una humeante taza de café.Aimee se quedó pensativa.¿Una alocada noche de pasión?Una carcajada salió de ella.Oh, sí, la necesitaba, eso y mucho más, necesitaba que Ryan la tomara fuertemente y que la dejara temblorosa, quizás algo adolorida, tanto que con cada paso que diera, recordara lo que el mismo le había hecho.Se cubrió la cara con las manos, avergonzada por sus pensamientos, pero estaba famélica. Había pasado días desde el último intento de intimidad que Ryan y ella habían tenido. Aimee estaba que, si la tocaban, la mano de la persona podía quemarse de tan excitada que estaba últimamente. Estaba hambrienta de Ryan, de sus toques, de sus besos y de sentirlo dentro empujando dentro de ella, pero intimar se había tornado difícil desde que se habían convertido en padres.¿Cuándo había sido la última vez que habían intimado?Aimee ladeó la cabeza, calculando f