Al día siguiente, la mejor amiga de Dafne, Celia Cruz, llegó apresuradamente al hospital para visitar a Esperanza, quien estaba enferma. Llevaba consigo una gran bolsa llena de snacks y juguetes. Al ver a Esperanza, exclamó:—¡Ay Dios mío! Espi, ¿por qué has adelgazado tanto?—¡Madrina! —saludó Esperanza.Desde que Esperanza nació, Celia la reconoció como su ahijada.—Ven, ven, dame un besito, mi cariña. ¡Ay, qué pobrecita! ¡Tus manitas ya están hinchadas por el suero! —siguió exclamando Celia, mientras pellizcaba una y otra vez las mejillas de Esperanza.La pobre solo podía soportar esa pasión como fuego y finalmente gritó:—Madrina, madrina, ¡me duele la cara!—Ay, ¡lo siento, lo siento! Mira, te traje muchos snacks y juguetes, ¿te gustan?Dafne se quedó un poco sin palabras y se quejó:—Has comprado demasiado, ¿no es así? ¿Quieres que se convierta en una niña mimada?Pero Celia tenía una opinión diferente, por lo que la contradijo:—Los niños deben ser mimados, Espi, estás de acuer
Hans le dijo:—Dafne, no quiero que nadie más te toque. No puedo soportarlo.Era una persona con un fuerte deseo obsesivo. Llevaría el amor al extremo y también llevaría el odio al extremo.—Celia, me preocupa mucho que me arrebate a Esperanza y la use para vengarse de mí…Celia se sorprendió:—Según su carácter, realmente podría hacer algo así…Mientras hablaba, sonó su teléfono. Era una llamada de su oficina, una agencia de noticias. La recibió:—¿Hola? ¿Editor?—¿Dónde demonios te metiste? ¡El rumor sobre Hans ahora está en el primer lugar de las tendencias! ¡Nuestra exclusiva del mes fue robada otra vez por la competencia! —exclamó el editor.Después de colgar el teléfono, Celia abrió el Twitter de inmediato y vio que el hashtag más popular en las tendencias era:“Hans Rivera e Isabella Pizarro están comprometidos”—¡Joder! ¡Qué es esto! —maldijo Celia en voz muy alta.Dafne pensó que algo malo había ocurrido en la oficina y preguntó:—¿Qué ocurrió?Celia le entregó el móvil y dijo
—Encuentra a un cirujano cardíaco de renombre lo más pronto posible para realizar la operación de mi padre.Efectivamente, era Hans, quien estaba hablando por teléfono con su asistente especial. De repente, una niña adorable se le acercó y lo miró con grandes y brillantes ojos.Pronto, el guardaespaldas también se aproximó, preparado para llevarse a la traviesa desconocida. Esperanza agarró inmediatamente los pantalones de Hans y le dijo:—Tío, no soy una persona mala. ¡No dejes que me atrapen!Hans se sorprendió un poco. Viendo que era solo una niña pequeña sin malas intenciones, hizo una señal al guardaespaldas para que se retirara.—¿En qué puedo ayudarte? —preguntó Hans.La niña levantó su adorable carita y respondió:—Nada. Pero, tío, ¡eres muy guapo! ¿Puedo charlar contigo?Parecía que esta niña tenía un carácter muy abierto. A pesar de haber visto el rostro serio de Hans, no sentía miedo alguno. Hans nunca había conversado con niños, así que no sabía qué decir, solo preguntó:—¿
Por supuesto, Hans no creía lo que había dicho. Preguntó fingiendo sorpresa:—¿De verdad tienes una memoria tan buena?—Sí, ¡mi mamá dice que la heredé de mi papá! ¡Mi papá es un genio! —respondió Esperanza orgullosamente.Hans se sorprendió un poco:—¿Tu papá también tiene una memoria muy buena?—Sí. ¿Por qué me preguntas eso? —preguntó la niña con curiosidad.En realidad, no era una pregunta importante para Hans. Después de todo, el niño podría estar alardeando porque solo había muy pocos genios verdaderos en el mundo.Pero, por alguna razón, le interesaba ponerla a prueba y le dio rápidamente su número, luego le preguntó:—¿Ya lo recuerdas?La niña asintió seriamente:—¡Sí! Tío, ¡espérame que te presente a una chica guapísima!Hans no planeaba tomarlo en serio. Miró a su reloj y se dio cuenta de que ya era tarde. ¡Había perdido veinte minutos de su tiempo con una niña desconocida! Se levantó y acarició el cabello de Esperanza, luego se despidió:—Me tengo que ir, tú también debes re
Si todo iba sobre ruedas, pronto podría ganar el dinero necesario para la cirugía de Esperanza.—Mamá, tengo mucho miedo al dolor… ¿La cirugía será muy dolorosa? —preguntó Esperanza preocupada.Dafne la abrazó y la reconfortó después de darle un beso en la frente:—No te preocupes, estaré contigo.Después de que Esperanza se quedó dormida, Dafne notó una revista en la mesa cerca de la cama. Era la revista "Time" con Hans en la portada. Dafne acarició suavemente los ojos y las cejas de la foto en la revista. Ahora, ese hombre se había convertido en una exitosa élite de los negocios que había alcanzado la cima del mundo.Esta noche, Celia le envió unas fotos de Isabella Pizarro y también su información. Con el material, sabía que era una cantante nueva pero popular recientemente en el mundo del espectáculo. Lo más importante era que ella era la hija de la familia Pizarro. Aunque esa familia no tenía tanto poder como Hans, aún era una familia adinerada en la alta sociedad de la capital.
Durante la conversación, Hans ni siquiera levantó la mirada para verla.En su rostro destacada, su indiferencia era tan fría como un estanque congelado en el invierno, nada podría causar ni una ola en la superficie.Darío, quien había venido junto con Hans, salió para romper el silencio incómodo, diciendo:—Dejemos de lado los pasados desagradables. Ya que nosotros todos estamos aquí por el destino, Dafne, ¿qué te parece cantar por nosotros?César chasqueó un poco los dedos y hizo echo:—He oído que la señorita Veras fue la chica más hermosa del Departamento de Locución de la Universidad de la Capital, famosa también por su voz clara y dulce. Si tu canto puede agradecer al señor Rivera y hace que firme el contrato conmigo, puedo considerar que nuestras cuentas en el pasado todas saldadas.César era también una persona directo, por lo que Dafne les preguntó directamente:—¿Qué canción les apetece escuchar?César lanzó la pregunta a Hans:—Hoy el señor Rivera es la parte A de mi contrato
En el Salón VIP del hotel, Hans se había ido y Darío también se había marchado para alcanzarlo. Ahora, solo quedaban César y Dafne.Dafne había percibido un ambiente peligroso, por lo que también estaba a punto de escapar con su violín. Se despidió:—Señor Ortiz, me tengo que ir.Sin embargo, cuando se acercó a la puerta, César hizo una señal a los dos guardaespaldas con la barbilla, luego los dos hombres corpulentos la detuvieron.César se rio con arrogancia e indiferencia y dijo:—Señorita, ¿no escuchaste que Hans te me entregó?Dafne apretó la mano que sostenía el violín. Mantuvo la calma y respondió:—Señor, no bromee. Dado que solo soy la exnovia de Hans, él no tiene derecho a entregarme a nadie.—Dafne, no juegues con fuego o te quemarás — amenazó César con una voz perezosa, pero cargada de tensión.Dafne tragó saliva y se volvió hacia el hombre. Preguntó:—¿Y qué quieres?—Me engañaste para que cancelara el matrimonio hace seis años. Puedo dejar esa cuenta a un lado esta noche.
En realidad, no tenía la confianza en que Hans no la devolviera a las manos de César.Acababa de golpear la cabeza de César con el cenicero y no podía ni imaginar qué le pasaría si él la atrapaba de nuevo... César era conocido por ser vengativo…Su vestido quedó hecho jirones, dejando al descubierto parte de su hombro y clavícula blancos y hermosos. Se acercó al regazo de Hans, rodeando su cuello con brazos ardientes y besándolo con pasión y esfuerzo.Hans agarró su muñeca, intentando a apartarla. Pero escuchó la voz débil y temblorosa de la chica:—Hans, no me dejes…Una lágrima cayó sobre los labios de Hans, y pudo saborear su salinidad. Después de presenciar el sufrimiento de Dafne, creía que debería sentir satisfacción y alegría por la venganza. Sin embargo, la salinidad de la lágrima se convirtió en amargura en su corazón…¡Dong, dong, dong!Alguien estaba golpeando la ventana. Darío frunció el ceño y respondió fríamente:—¿Te atreves a molestar al señor Rivera?—Señor, lo siento