La mujer dijo que él era un fanático secreto, ella debería ser Luz Solar. Sin embargo, ¿Luz Solar realmente no era Dafne? ¿Acaso fue realmente una coincidencia?***Media hora antes.En la habitación número 668 del hotel El Ficus.Toc, toc, toc.Se escuchaba el sonido de alguien golpeando la puerta.—Soy yo, Dafne.Dafne se levantó y abrió la puerta, preguntando:—¿Dylan? ¿Qué pasa?—No has cenado, ¿no tienes hambre? Hay algunos restaurantes cerca. Investigué un poco y parecen tener comida deliciosa. ¿Qué te parece si vamos a comer algo juntos?—Está bien, en realidad tengo un poco de hambre ahora.—Perfecto, vamos entonces.Dafne se dio la vuelta, tomó su teléfono y su bolso, y salió del hotel junto con Dylan. Cuando llegó al restaurante y terminaron de hacer el pedido, de repente Dylan le dijo:—Hay algo que quizás deberías saber.—¿Qué es?—Este hotel es propiedad del Grupo de Vientos y lo he estado supervisando. Hace media hora, el encargado del departamento de tecnología me llamó
Dafne se giró y vio a la persona que se acercaba. Sus ojos se abrieron de par en par, quedando completamente sorprendida... Sin darle tiempo a reaccionar, la otra persona la abrazó fuertemente. El bolso que tenía en la mano cayó al suelo.—¡Dafne! ¡No has muerto! ¡Estás todavía viva de verdad! ¿Sabes cuánto te he echado de menos durante este último año? ¿Dónde has estado todo este tiempo? —preguntó Celia emocionada y sus ojos se pusieron rojos al instante.Dafne levantó la mano y lentamente la abrazó de vuelta, diciendo:—Celia… Hace tanto tiempo que no nos vemos…Celia la miró y preguntó:—Lo que adivinó Hans es la verdad y tú eres Luz Solar, ¿verdad?Dafne asintió con la cabeza y respondió honestamente:—Sí, no esperaba que, a pesar de todos mis intentos por esconderme, ustedes me descubrieran. Pero no importa, en realidad ya estoy dispuesta a ir a verlos estos días. Ahora que te he encontrado, sin saber por qué, siento como si me hubiera quitado un peso de encima. Por cierto, ¿qué h
Hans se apoyó en el coche como si hubiera perdido el alma, con una mirada triste en sus ojos. Había creído que esta vez la encontraría, pero, el resultado era solamente otra decepción. Luz Solar no era Dafne…Desanimado, Hans se recostó lentamente en el asiento del coche y cerró los ojos. En ese momento, su teléfono empezó a sonar. Siguió sonando durante un buen rato antes de que Hans pudiera calmarse lo suficiente como para contestar. Era el número fijo de la villa.Al contestar, escuchó la voz de Esperanza preguntándole:—Papá, ¿dónde has ido? ¿Por qué todavía no has vuelto a casa?Hans respondió:—Volveré ahora.—Entonces date prisa, papá. Hay truenos afuera y tengo un poco de miedo. Está lloviendo mucho. ¿Llevas un paraguas? ¿Si necesitas que vaya al patio a esperarte?—No es necesario, quédate obedientemente en tu habitación. Papá volveré pronto.—Está bien, papá. Entones, ten cuidado cuando conduces.—De acuerdo.Después de colgar el teléfono, Hans encendió el coche. Bajo la torr
Dafne pidió mucha comida para Esperanza. Y la niña comía mucha y su barriga estaba tan llena como una pelota. Le dijo:—Mamá, ¿quieres convertirme en un cerdito?Dafne tomó una servilleta y le limpió la boca grasosa, solo mirándola con ternura. No se habían visto en un año y Esperanza había crecido mucho. Los niños siempre crecían rápidamente. Sin embargo, su carita seguía teniendo un aspecto más infantil que otros niños de su edad.Esperanza también notó la mirada amorosa y persistente de su mamá, así que sacó una papita frita y se la acercó a la boca de Dafne. Ella abrió la boca y la comió.—Mamá, ¿dónde has estado todo este año? Papá y yo te hemos extrañado mucho —dijo Esperanza.Después de pensarlo un momento, Dafne respondió:—Hmm... Han pasado muchas cosas este año y ahora no sé cómo contártelo, pero nunca los dejé a propósito.Durante todo este año, ella estuvo en el país M recibiendo tratamiento para recuperarse. Hasta hace poco, terminó su tratamiento.En los días después de l
Esperanza se quedó boquiabierta y exclamó:—Mamá, ¡eres realmente Luz Solar!Dafne asintió con una sonrisa, mientras Esperanza seguía asombrada. Al próximo segundo, la niña emocionada abrazó a Dafne con fuerza y gritó:—¡¡AHHH!! Mamá, ¡dame un autógrafo! ¡Tengo que contarles a mis compañeros de clase que vi a mi ídolo!Dafne quedó desconcertada:—¿Tus compañeros de clase también escuchan mis canciones?Esperanza asintió rápidamente:—Muchos de ellos han escuchado la canción “Esperanza”. ¡Incluso la han puesto en la radio de nuestra escuela! Mamá, cuando cantas esa canción, ¿piensas en mí?—Por supuesto, siempre pienso en ti.—¡Qué increíble!Las dos pasaron todo el día juntas y Dafne compró muchas cosas para Esperanza. Finalmente, las tres llegaron a la puerta de una tienda de bolsos lujoso. Celia preguntó con curiosidad:—Dafne, ¿quieres comprar un bolso?Dafne la miró y mostró una sonrisa:—Siempre has sido una apasionada de los bolsos, ¿verdad? Ve a elegir uno. Te lo pagaré yo.—¡Di
Hans se sentó allí atónito por un buen rato, sintiendo los fuertes latidos en el corazón. Esperanza agarró su brazo y lo sacudió:—Papá, ¿en qué estás pensando? No te pongas triste. Incluso si me voy con mamá, te visitaré con frecuencia.De repente, volvió en sí y miró fijamente a la pequeña para confirmar una vez más:—¿De verdad viste a mamá?Justo unos segundos antes, incluso pensó que estaba alucinando.Esperanza asintió seriamente:—Sí, vi a mamá y a mi madrina. Pasamos todo el día de compras, compramos un montón de cosas y comimos muchas comidas. Ah, papá, también nos tomamos fotos juntas. Sacó su celular que Hans le había comprado del bolsillo. Abrió la galería y le mostró las fotos:—Mira, nos tomamos un montón de fotos.En las fotos, ella y Esperanza estaban juntas, sonrientes y radiantes. La luz del sol entraba por la ventana, un brillo dorado les envolvía. Quizás debido a la enfermedad, Dafne estaba más delgada que antes, se veía frágil. Sintió de nuevo un dolor punzante e
Hans respondió en un tono sereno.Esperanza se preocupó y le dio algunos consejos:—Papá, si mamá te rechaza, no te enfades. Tienes que mimarla. A las chicas les gusta que las mimen. Si te enfadas, las chicas no querrán hablar contigo aún más.—De acuerdo, ¿cuándo te volviste una habladora? Ve a ducharte, rápido.Esperanza frunció el ceño y dijo como si fuera una adulta:—Papá, te estás impacientando de nuevo. ¿Cómo puedes quejarte de que hable demasiado?Hans se quedó un poco sin palabras…Con sus zapatillas con patitos amarillos, Esperanza subió las escaleras rápidamente. No era de extrañar que su papá no pudiera conquistar a mamá. Era un hombre tan recto…***En la sala de estar, Hans se sentó en el sofá con el móvil de Esperanza. Abrió el chat con “Luz Solar” y respondió:No quiero ir a la escuela: [Sí, he llegado a casa.]Cuando Dafne recibió el mensaje, no pensó mucho y le envió otro:Luz Solar: [Hoy jugaste todo el día, ¿estás cansada? Ve a dormir temprano. Te llevaré a jugar en
Hans abrió el mensaje de voz. Desde el auricular, la voz clara y fría de Dafne resonó:—Acabo de ver que, en la próxima semana se estrenará una película de animación que te gusta. Como estás de vacaciones de verano, iremos a verla juntos el próximo lunes. Buenas noches, cariño.Hans escuchó el mensaje de voz de cinco segundos una y otra vez, hasta que Esperanza terminó la ducha y corrió hacia él con su pijama de dibujos animados. La pequeña le dijo:—Papá, quiero ir a dormir. ¿Puedes devolverme el móvil ya?Hans le devolvió el teléfono sin mucha expresión y le ordenó:—Tu mamá se ha dormido. No le envíes más mensajes esta noche.Esperanza hizo un puchero y se quejó:—Pero aún no he hablado con ella. Quiero llamarla por teléfono. Papá, ¿estás celoso de mamá?—No. La condición de salud de tu mamá no está muy bien, por lo que no la molestes por la noche.—Vale… —respondió Esperanza con alegría —: Mañana la buscaré durante el día.Abrió WhatsApp buscando algo, pero se dio cuenta de que el