Capítulo 145
En las montañas, el anochecer llega más rápido que en la ciudad. Cuando Dafne llegó la cima de la montaña, ya era casi de noche, alrededor de las siete de la tarde. El cielo se oscurecía gradualmente.

Dafne se arrodilló frente al Buda con las manos juntas en señal de devoción y rezó con fervor por sus deseos.

Deseaba que Esperanza pudiera crecer en paz y felicidad.

Anhelaba que Hans dejara atrás los resentimientos y rencores del pasado, y que comenzara una nueva vida.

Su tercer deseo era que su madre pudiera disfrutar de una vejez saludable y tranquila.

Solo pidió tres deseos.

Estaban relacionados con Esperanza, Hans y Elba, pero ninguno de ellos estaba relacionado con ella misma...

Permaneció arrodillada allí, rezando durante mucho tiempo. Un monje vestido con una túnica se acercó a ella y le dijo:

—Señorita, veo que has estado aquí rezando durante mucho tiempo. Debes tener algo en tu corazón que te preocupa. Ya que nos encontramos aquí hoy, ¿qué te parece tener una lotería de destin
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