Mackenzie. Boston, 2024, Apartamento de lujo de Mackenzie O 'Sullivan, al mismo tiempo. - “Todo bien, ya lo han rescatado, puedes respirar tranquila.”- me dijo Daniele tras recibir una llamada en su teléfono, literalmente, sentí que el alma me regresaba al cuerpo, y enseguida unas ansias me inundaron, quería estar a su lado, necesitaba ver si se encontraba bien. - “Venga, vamos al hospital, tengo que saber cómo está.”- le dije, tenía la suposición de que, tras salvarlo, lo habían enviado a un centro médico para hacer una inspección médica, por se había herido, o tenía algún problema. - “¿Hospital? ¿Qué hospital?”- me dijo la bombera mirándome con extrañeza. - “¿No lo han llevado a un hospital? Pero ¿qué clase de bomberos sois ustedes? ¿Y si ha inalado humo, o algo?”- le dije enfada, había asumido que en este terreno yo sabía más que Danielle, aunque ella llevaba muchos años de experiencia como bombera. Estos pensamientos me suelen pasar mucho, desde que era pequeña, un rasgo p
Mackenzie. Boston, 2024, Apartamento de lujo de Mackenzie O 'Sullivan, al mismo tiempo. Una vez en el garaje, saltaron todas las alarmas, cuando el personal de seguridad me vio dirigirme al garaje individual y con puerta privada, donde yo guardo a mi gran tesoro, “mi niña mimada”. Solo faltaba que en cualquier momento apareciera un equipo antiterrorista de la CIA, y me apuntara con un arma para que me alejara de la moto. A mis escoltas parecía que les iba a dar un ataque de apoplejía, mientras corrían de un lado para otro, intentado hacerme entrar en razón, mientras yo ni los miraba, ni les hablaba. - “Ahora comprendo porque ese hombre está loco por ti, sois completamente igual de cabezotas. Ni me imagino como serán vuestros hijos, totalmente insufribles.”- ese cometario fue lo único que me hizo que me aleteara el corazón, para finalmente mirar a Daniele, mientras me colocaba la cazadora de cuero, y me la cerraba antes de subirme a la moto. Y de pronto la vi cerrarse su chaq
Mackenzie. Boston, 2024, central de Millennium Pharmaceuticals, Inc, en ese momento. - “Tienes dos opciones, o me ayudas a comunicarme con él, o hago que me detengan intentando entrar en ese maldito edifico, tengo que hablar con él ahora, ya, ni un segundo más, si piensas que no soy capaz, es que no me conoces.”- le dije a Daniela cuando le pedí que me dijera con quien podía hablar, para que me comunicaran con el Vader, un ser con pocos segundos de vida, cuando lo pillara, ella se negó. El maldito Brandon Hernández, era el ser al que increíblemente, e incompresiblemente, para mí mente de CEO, mi corazón había decidido que era el único hombre que amaba, y amaría, en términos económicos, y por cosas como esta, es normal que tenga razón cuando digo que definitivamente, la mente es mejor que el corazón, y más cuando, al menos el mío, mi corazón, tiene un problema de lógica grave, y hace muy malos negocios. Si no, ¿Me podéis explicar que hago yo por fuera de un edificio en llamas, am
Brandon. Boston, 2024, central de Millennium Pharmaceuticals, Inc, en ese momento. - “Cubre ese pasillo, e intenten cerrar las ventanas, el aire está haciendo, que se alimente el fuego.”- le dije a dos de mis hombres, - “Por dios, Morgan sujeta bien esa manguera, y dirígela a la base del fuego, ¡joder, es algo básico!”- le dije al novato, ya me estaban dando ganas de estrangularlo. Pronto vendría nuestro relevo, pero yo deseaba acabar con todo esto cuanto antes, ya se habían apagado el incendio en varias zonas, sólo quedaba las dos plantas superiores. Hace poco habia enviado al equipo dos, el de Turner, a descansar, tomado yo su relevo, sabía que ellos habían perdido mucho tiempo tratando de salvarme, y habían dejado desprotegida su zona de extensión, justo por eso, había asumido yo, esa parte. Ya me habían avisado el jefe de coordinación que hacía una hora que me habia pasado del tiempo de descanso, sobre todo, después de lo que me había pasado, y que en breve me mandaría un e
Mackenzie. Boston, 2024, central de Millennium Pharmaceuticals, Inc, en ese momento. - “¿Qué acuerdo? Creo que ese trato se rompió en el momento que te hice mía, preciosa Afrodita.”- me dijo cubriéndome con su cuerpo y su enorme uniforme que me hacía enterrarme casi por completo en él, mientras el lanzaba una miraba de advertencia a sus compañeros, para que continuaran con sus labores. Ni si quiera me di cuenta de que estaba siendo arrastrada a un lateral, a una zona privada, como una especie de punto ciego de todos, que estaba delimitados por dos camiones que se habían colocado en forma de “L”. - “Bueno como no me gusta ocultar nada quiero dejar claro algo que depende de tu reacción, este trato, o no trato, seguirá, o cada uno se irá por su lado, sin ninguna reclamación por la otra parte.”- le dije intentado parecer segura, cosa que hasta yo misma me daba cuenta de que no era así. Mi voz estaba sustancialmente baja, como temiendo decir algo que lo fastidiara todo, además me c
Narrador. Boston, 2024, Comisaria central de la policía, despacho del Teniente a cargo de la investigación, en ese momento. - “Esto es todo lo que hemos descubierto, fiscal.”- dijo Carlos junto a su equipo de investigación, que entregó toda la información que habían recogido. Ser uno de los mejores asistentes que cualquier CEO le encantarían tener, Carlo tiene otras cualidades, principalmente tiene un secreto que sólo conoce Mackenzie y su padre, un secreto por lo que muchos grandes empresarios matarían, Carlos García, antes de acabar sus estudios universitarios, había trabajado para la CIA, como super hacker, no había ordenador en que el asistente no pudiera meterse. Cuando por fin fue captado por el CEO del Grupo O ´Sullivan, en su último año de estudios, este lo preparado no sólo como asistente de gerencia, sino como que asesor legal, y también como fuente de información para la futura CEO del grupo, su hija Mackenzie, el padre de la heredera, siempre había sospechado que s
Mackenzie. Boston, 2024, Apartamento de lujo de Mackenzie O 'Sullivan, en ese momento. - “Por mucho que intentes explicármelo, Carlos no veo la conexión de que pretendamos casarnos, o fingir hacer una fiesta de compromiso, con atrapar a ese maldito cabrón del señor X.”- le dije a mi asistente mientras él me hablaba a través del mano libre, de mi móvil. En un principio tenía mi teléfono en la mano, mientras él hablaba conmigo y me explicaba todo lo que se había descubierto a través del esbirro que habíamos atrapado en la sala de control del edificio del último incendió, el tal señor Milton, pero ante la ira que me provocaba conocer todos los datos, las razones para atentar contra el hombre que amo, y la propuesta inicial de Carlos, para atrapar al cerdo asesino del señor X. Tuve que poner el manos libres porque mis manos no aguataban ya los temblores, además necesitan tomar algo fuerte, o cometería una locura, como subirme a mi niña bonita, y presentarme en la casa de cada uno d
Mackenzie. Boston, 2024, Suite Presidencial del The Liberty, a Marriott Luxury Collection Hotel, en ese momento. -” Repítemelo, ¿Cómo me he metido en esto, Marisa?”- le dije mientras miraba mi imagen en el espejo. Aun no podía creer que estuviera, en esos momentos, en una de la suite presidencial del hotel más caro de Boston, más aún vestida con ese vestido de novia diseñada por la diseñadora italiana Giambattista Valli, una de las diseñadoras más famosas que había en vestido de novias, a menos de una hora de casarme con el Vader Bombero. Tenía la sensación de que todo iba muy rápido, sentía como si en cualquier momento, me despertaría, para descubrir que todo esto era una maldita broma extraña. Todo comenzó al día siguiente que apresamos al esbirro del idiota señor X, cuando casi de madrugada, mientras Brandon y yo dormíamos, después de un delicioso castigo que nos llevó muchas horas esa noche, mientras estábamos desnudos en su cama, tanto mi madre, como mi suegra, junto a un esc