Narrador. Mykonos, 2024, Yate de la familia O ´Sullivan cerca de la playa Psarou Eran las doce de la noche cuando Sean O ‘Sullivan volvía a revisar, a escondidas de su mujer, la grabación que había recibido de uno de sus hombres de confianza, que había infiltrado entre el personal de escoltas nuevos de su hija. Lo que había pasado en el hotel lo había puesto sobre aviso, y aunque sabía que estaba faltando al trato que había hecho con su adorada CEO, no podía evitar sentirse inquieto, pero para lo que no estaba preparado y nunca lo estaría, era para lo que el genio que su hija, heredado por su madre, le llevara a hacer, que como ahora, le hacía cometer algunas estupideces. Comprendía más que nadie, a la presión para la que estaba siendo sometida, sobre todo por culpa de su hermano, y de sus sobrinos, pero al menos esperaba que su hermano, recordara que ella era sangre de su sangre, que era su sobrina, y que lejos de la estúpidas zancadillas que siempre le ponía a su hija, cosa q
Mackenzie Boston, 2024, Despacho de la CEO, en la Torre O ´Sullivan. - “Este el cuarto móvil que tienes nuevo, en tres años, CEO, deberías replantearte, para compensar las pérdidas, comprar acciones de Apple.”- me dijo Carlos cuando me entregó mi nuevo iPhone. - “¿Quién te ha dicho que no las tengo compradas?, desde que perdí el primer móvil, y por cierto son muy rentables.”- le dije sin mirarle, mientras seguía revisando el último informe de la bolsa, en la pantalla de iMac. - “Bueno se puede decir que más que perderlo, se lo arrojaste a la cara a ese estúpido del CEO de industrias LMT, Homer Gordon, por haberte intentado propasarse y besarte sin tu permiso.”- corrigió, como siempre, mi exacto y correcto asistente. - “Bueno yo no tengo culpa que el estúpido tenga la cara tan dura, y que terminará estallando el móvil al golpearlo.”- le dije aún sin mirarlo. - “No, si no la tenía dura, le rompiste la nariz y parte del maxilar, el móvil termino estallando en caer rebotado
Mackenzie. Boston, 2024, calle Charles, cerca del edifico del apartamento de Brandon. Pronto estuve en la calle de la dirección que me había dado Carlos. Aparque mi novia, junto a un BMW, que destacaba en toda la calle. - “Le aconsejo que mejor la ponga en el interior de ese patio, allí pueden darle un golpe.”- oí la voz de una señora mayor que me habla desde la acera. Levanté la vista, y vi como una señora de unos setenta u ochenta años, que venía caminando por la acera, cargada con bolsas de la comprar que casi no podía llevar, sin pensarlo, me bajé la moto, y quitándome el casco, me dirigí hacía a la anciana, para cogerle pesadas bolsas de la mano. -“Vaya pero si eres una dama, y por lo visto muy atractiva.”- me dijo la señora haciéndome sonreír, mientras le dejaba apoyarse en mí, para llevar las bolsas donde ella las llevaba.-“ Me alegro de que en estos tiempos hayan cambiado las cosas, si yo tuviera tu edad, me hubiera encantado conducir esas preciosidad, mi esposo nun
Brandon. Boston, 2024, calle Charles, edificio del apartamento de Brandon. Casi no podía creerlo cuando miré por la ventana de mi apartamento, para ver como la Lunática se bajaba de una moto que era definitivamente, el doble de grande que ella, dudaba que sus pies tocaran el suelo, cuando estaba subida en ella. No suelo ser de los que cuchichea por las ventanas a sus vecinos, la verdad es que prensaba que quién hacía ruido ene patío del edificio era la señora Carrigan. Normalmente me levanto más temprano los viernes, cuando estoy en casa, ya que es el día en el que la señora Carrigan va al mercado sobre las doce del mediodía, justo cuando reponen la mercancía en el mercado. No me gusta que venga cargada con las bolsas, pero hoy me despisté, tras limpiar la casa, y salir a correr esta mañana, antes de desayunar, pensé que, como era mi día libre, mientras esperaba que la señora Carrigan saliera a comprar, jugaría un poco con el único capricho que me he hecho en dos años,
Mackenzie. Boston, 2024, calle Charles, edificio del apartamento de Brandon. - “¡Maldito cerdo, musculitos de mierda! ¡Bájame ya, Vader Bombero, o te vas a enterar! Psicópata ciclado de mierda…”- los gritos, amenazas e insultos a medida que nos acercábamos al apartamento del Vader, iban subiendo de intensidad por mi aparte, mientras el me ignoraba, ni se inmutaba. Mis gritos hicieron que algunas puertas de algunos apartamentos se abrieran, y que salieran sus inquilinos para ver qué ocurría, al ver al Vader bombero cargándome en su hombro, mientras yo lo amenazaba de muerte, solo sonreían, y lo saludaban como si nada hubiera pasado nada. - “Buenos días, Jefe Hernández, ¿Ya acabaste tus setenta y dos?”- le dijo uno de los inquilinos con una sonrisa de complicidad, cuando nos encontramos en el pasillo, al llegar al piso donde estaba el apartamento del Vader Bombero. - “Ayer, Murphy ¿Nos vemos, esta noche en el bar de Cromwell?”- le dijo el Vader Bombero co
Brandon. Boston, 2024, Apartamento de Brandon. Solo prendía esquivar el golpe, y tratar de razonar con ella, y eso a pesar de que ese maldito olor que desprendía, a pesar de esa ropa que llevaba, la camiseta de asillas negra indecente, y los vaqueros ilegalmente estrechos, que ninguna ayudaba. La primera vez que la inmovilicé me cuidé, y mucho, de no apoyar mi cuerpo en el suyo, y no por dañarla, esa mujer era lo bastante fuerte como para soportar mi peso, el problema era que el tacto de ese cuerpo, con el mío podían provocar en mí, eran un problema muy grande, que no podía asumir, y menos en mi estado. Pero la explosividad de esta maldita Lunática no ayuda a que mi mente se calme y reaccione con tranquilidad, sin antes no acabar, al menos, con algunos moratones, o alguna lesión de moderada consideración. Justo por eso cuando unas malditas desafortunadas palabras por mi parte, ante la sorpresa que me produjo, el cambio tan extraño que había sufrido esta b
Mackenzie. Boston, 2024, Apartamento de Brandon. - “¿Qué se supone que estás haciendo, maldita estúpida Mackenzie?”- Recuerdo haberme dicho eso en algún momento, en que me perdí en las sensaciones que esos labios me provocaban, pero desde luego no tenían la fuerza suficiente, para hacer que el razonamiento lógico regresará a mí. Si tuviera que calificar la forma de besar de ese hombre, como hago con todo en mi lógica económica, en esa escala de valores a la siempre recurro para justificar mis actos, decididamente la forma de besar del Vader bombero, para mi nulo conocimiento, estaba en lo más alto de la pirámide, acompañado por los grandes expertos de todos los campos en han puesto a la humanidad, donde le corresponde. Esos labios podrían ser perfectamente utilizados como un arma de anulación de los sentidos, para conseguir aniquilar la voluntad de una mujer para resistirse, entre ellas yo. Lo peor de todo no era, que sintiera que no pudiera controlarme, lo p
Brandon. Boston, 2024, Apartamento de Brandon. - “Es muy atractiva tu novia, y tiene muy buen gusto”- me dijo la señora Carrigan desde que la lunática entró en mi dormitorio para hablar por teléfono. - “Déjelo ya, señora Carrigan, sabe perfectamente que no es mi novia, más bien es un puto dolor de cabeza, de esos que cuesta quitarte.”- le dije mientras la miraba. - “Pues es una lástima, esa pelirroja me recuerda mucho a mí, cuando era joven, y te voy avisando, si es la mitad de decidida que yo, sea lo que sea que haya entre ustedes, estas en serios problemas.”- me dijo la señora Carrigan. - “No si yo puedo evitarlo, maldita Lunática pelirroja, entrometida, y desesperante.”- pensé mientras veía como Estuco se dirigía a la puerta del dormitorio, y con sus patitas, trataba de que esta se abriera, al ver que no podía, simplemente se sentó, y me miró como esperando que yo le abriera la puerta, para ir detrás de esa loca del pelo rojo. - “Ni lo sueñes, traidor.”