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Cap. 3. Bendito verano.

Narra Olivia.

Miro la noche estrellada mientras escucho como cuentan una historia en hawaiano, puedo sentir la emoción y el suspenso pero no entendiendo lo que dice porque no entendiendo el idioma del todo, todos están sentado frente a la fogata escuchando al chico hablar, tomo de mi lata de cerveza mirando la llama, Kai está sentado a un lado de la morena y sí que es bonita, es de su propia nacionalidad y ambiente.

Puedo notar que todos se conocen entre todo y siento que no encajo aquí, no entiendo el idioma, todos se conocen y estoy sola, me levanto sintiendo frio a pesar de tener la camisa de Jared quien se alejó de mí sin motivo alguno, tomo mis converses y me alejo de ahí, quien podría darse cuenta de que falto. Ahora puedo decir que haber venido aquí si se siente como castigo.

Estoy alejada de mis amigos, de mi cultura y mi ambiente a pesar de que es el mismo cielo y el mismo mar, sigo caminando hasta que por fin logro llegar a la casa, me siento en la arena mirando el mar, sin música ni fuego, solo el sonido del viento y las olas, la tranquilidad de la soledad que empiezo a sentir en este instante tan eterno.

— Pensé que te habían secuestrado — chillo mirando hacia atrás, no me di cuenta cuando llegó Kai, parece agitado, como si hubiera corrido — Tienes que avisar cuando te vayas de algún lado — empieza a regañarme.

— La casa está cerca, no tengo porque hacerlo, es más no quería arruinar tu velada — aclaro levantándome de la arena.

— Claro que si debes, soy responsable de ti mientras mis padres no están — se defiende — Encima,  no importa si estoy con alguien o no, tienes que avisarme, ¿O se te olvidó lo de esta mañana? — pregunta y hago memoria — Pues no se te olvide, tienes que decir todo, Mahina — no podría.

No podría decirle que volví a sentir esos sentimientos cuando era niña cuando lo vi con aquella chica cuyo nombre no sé pero parece mucho más joven que yo. No podría siquiera decirle eso.

— Claro… — camino a la casa me volteo y lo miro aun parado ahí — Regresa, me iré a dormir, aun no me acostumbro a este horario — no dice nada y entro a la casa, subo al otro piso y entro al cuarto, no me acerco a la ventana, la luz está apagada y simplemente me quedo sentada en la cama.

Creo que acabo de hacer un momento incomodo entre los dos, en serio, ¿Amigos? Por favor, está más que obvio que me sigue gustando después estos 12 largos años, si soy estúpida pensando que solo era algo de la infancia, es que es clarísimo, es mi primer amor y eso no se olvida aunque pasen años.

— Ay Olivia, eres una completa loca, idiota que no se da cuenta de nada — tomo la almohada y chillo con todo mi ser sin aguantarme nada. Me dejo caer y suspiro mirando el techo, tendré que verlo mañana y al día después y al otro días después de ese y hasta que se acabe el vendido verano.

Martes, 10, julio, 2018.

Termino de escribir una parte de una frase en mi laptop cuando la puerta principal se abre, Kanoa y Nalu con maletas ambos me miran sorprendido de verme ahí.

— ¡Aloha, Olivia! — grita con alegría Nalu acercándose a mí haciendo que ponga de lado mi laptop en el sofá en donde estoy sentada porque estar en la habitación me aburro.

— Vaya que sorpresa, regresaron — escucho después de que Nalu me abraza, se separa de mí y a abraza a su hijo.

— Ay mi adorable hombrecito — lo apapacha y me río un poco, al parecer era solamente yo la que se sentía que habíamos quedado incomodo cuando él solo me trato normal al día después de la fogata. — ¿Cómo pasaron este fin de semana? — me pregunta a mí soltando a Kai mientras Kanoa subía las escaleras.

Miro a Kai quien me hace señas raras con las manos y los ojos.

— Bien — digo nada más y el moreno suspira, Nalu me sonríe.

— Que bueno que la hayas pasado bien, ¿Qué tal si te cambias y vamos a mi tienda? — me pregunta y asiento levantándome del sofá tomando mi laptop para irme a cambiar de ropa ya que estaba en pijama. Al subir al segundo piso entro a mi habitación, busco un short y una camiseta, escucho la puerta cerrarse y veo que Kai ha entrado, frunzo el ceño cuando se acerca tan rápido a mí.

— ¿Qué haces? — pregunto nerviosa por su cercanía.

— Solo no le digas nada a mis padres, ni que estaba o estoy en actuación, ni que salimos o salí, ni de que casi te ahogas en el mar y te mueres — parpadeo a lo que me dice — Prométemelo — asiento, pone su meñique frente a mis ojos — Promételo — suspiro y levanto el meñique y lo entrelazo con el de él.

— Te lo prometo, ahora vete que me tengo que cambiar — asiente y se va dejándome sola en la habitación, suspiro y le echo seguro a la puerta, me cambio rápido, me pongo unos tenis y salgo del cuarto, al bajar veo a Nalu ponerse unos lentes de sol, me mira y me hace seña de que nos vayamos.

La sigo saliendo de la casa, nos montamos en un coche sin techo y condujo, siento el aire salado y veo el mar, no podría cansarme de ver el mar y el cielo por más que pasen los años, llegamos a la tienda y me bajo viendo que es una tienda de ropa.

— Hoy en día hay muchos turistas, hay que aprovechar los negocios — asiento a lo que dice, entramos y veo a la misma chica que vi esa tarde con Kai — Te presento a Nani Hu, Nani, ella es Olivia, hija de una amiga — la morena me sonríe saludándome con tanta amabilidad que da cierto miedo a mi parecer.

— Aloha, Olivia — me saluda, tiene una linda voz.

— Bueno, pónganse al día, Nani, Olivia se quedara hasta los primeros de septiembre, así que trabajara aquí mientras tanto — la morena asiente y Nalu se va dejándonos a solas, miro la tienda y Nani me mira de arriba abajo analizándome por completo.

— ¿De dónde eres? — pregunta con curiosidad.

— De España, mi madre es española y mi padre es hawaiano — asiente camina a mi alrededor.

— ¿Edad?

— 22, casi 23 — asiente, la miro — ¿Y tú? — pregunto comenzándome a sentir incomoda por su manera de mirarme.

— Recién 19 — asiento — ¿Qué tienes con Kai? — pregunta lo que estaba esperando, suspiro y la miro a la cara, puede que sea un tanto más alta que yo pero eso no me intimidad para nada.

— Somos amigos de la infancia, ¿Algo más? — pregunto, yo llegue primero que ella, así que ella no me puede acusar de nada por el estilo.

— No — se aleja y se sienta en la caja registradora, alguien entra por el sonido de campana que tiene la puerta y me acerco.

— Hola, ¿En qué puedo ayudarlo? — parpadeo cuando veo que es Jared, el chico de la playa, al que humille delante de Kai.

— Vaya, no sabía que trabajas aquí — sonrío como si nada — Cierto, no se te olvide entregarme la camisa que te preste — dice moviéndose por la tienda en busca de algo. Empiezo a hacer memoria de donde fue a parar esa camisa — Ten, llámame — me da un papel con su número y se va dejándome confundida.

— Veo que le interesas — miro a Nani con una sonrisa que no puedo descifrar pero lo dejo pasar sin decir nada, siento que por alguna rara razón, Nani me odia sin razón alguna, puede ser que le guste Kai y por eso actúa de esa manera tan odiosa conmigo.

Se pasó la tarde, llegaba algunos que otro cliente, tanto habituales del pueblo como turistas, recibí un mensaje de mi madre pero no contesto porque estaba atendiendo y a causa de eso cuando salgo a las 7 de la tienda recibo una llamada de ella.

— ¿Por qué no me respondes? — pregunta enojada, miro el cielo oscurecerse por completo y respiro profundo.

— Estaba trabajando, por eso — respondo — Hablemos después, voy camino a la casa de los Kiyosaki, madre  — cuelgo sin esperar respuesta de ella, solo me siento cansada de estar junto a Nani que no me dejaba de mirar en toda la tarde, al parecer es cansador trabajar con alguien que manda energía negativo a montón.

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