Si Keylen no ha dejado de pensar en Dan por esos tres años sin verse, pues él menos.
Pero en lugar de abandonarse al dolor y de llorarla cada día, solo la llora una vez a la semana, cuando se permite hacerlo para no acumular penas en el alma.
En cambio, se ha dedicado a seguir los pasos de cada uno de los enemigos de su amada, los tiene identificados, con cargos, salarios, viviendas, secuaces, redes de apoyo… tiene todo.
Solo espera el mejor momento para atacar, porque la red de protección que tienen es inmensa, hasta prominentes senadores están involucrados con ellos, así que de tumbar a Coussins, que resultó ser el Peter Barrick que traicionó al padre de Keylen, significa un terremoto no solo en la policía, sino que también en el estado mismo.
-¿Pensando en ella otra vez? – le dice Gerard -.
-Por supuesto, ella es la que me mueve aún, tú sabes
Dan llega a la casa familiar con todo el alboroto que su madre puede hacer por eso. Mary corre hacia él para abrazarlo y él se deja querer por las otras dos hermana que ya están allí. Tanto ella como Alice lucen radiantes, ambas están embarazadas y Dan siente que al menos, a través de ellas, puede vivir un poquito de lo que se perdió. -¿Cómo está el hermano más fabuloso del planeta? – le dice Alice, apretándole las mejillas -. -Bien, tratando de salvar al mundo de a poco. -Por cierto – se acerca Doris -, te felicito. Vi en el New York Times la hazaña que hiciste con ese desgraciado. -Yo solo ejecuté lo que mi amiga y colega necesitaba, pero fue ella quien reunió todas las pruebas, los testigos, brindó protección a todas las víctimas y ahora están ayudándolas a reinsertarse, a reencontrarse con sus familias. -¿Lo está haciendo sola? -No, está trabajando con un programa del alcalde – caminan hasta la sala y se sientan los cuatro
Esa mañana, Dan decide que quiere aire fresco, necesita caminar por el parque y recordar viejos tiempos, cuando se escapaba de la escuela o simplemente no iba, para irse a sentir un poco de libertad. Tiene en la mente aquella época, cuando se sube a su auto y conduce directo al Lincoln Park, sin decir nada a nadie. Se mete por donde le gustaba ocultarse de joven, se imagina allí, jugando a las escondidas con su hijo, cuando escucha un niño regañar. -¡No, es mía! ¡Le voy a decir a mi mami! Se apresura a seguir las voces, hasta que llega a la otra salida de aquellos árboles, donde un delincuente le acaba de robar la mochila a un niño de unos cuatro años, que corre hacia alguien y grita. -¡Mi mochila, mami! – no puede ver a la mujer, pero el delincuente corre en dirección a ellos y él hace lo que debe, pero el grito de la mujer le llama la atención -. -¡Abrázame! – grita ella y él reconocería esa voz aun estando sordo -.
-¿Cómo entra…? – pero la pregunta se queda a medio camino cuando Dan le muestra las herramientas que ella usaba para lo mismo -. ¿Eres el pvto Bond acaso?-¡Mami, no diga goseria!-Lo siento, mi amor, pero tu papá me… enoja.-Lespila, mami, así – el niño inspira profundo y Dan lo deja en el sofá, para verlo con más detalle -.-Sí, mi amor, lo haré – “luego de matar a tu padre”, se dice sintiendo ese aire cargado de una aura entre peligro, protección… y mucho deseo -. No me dijiste que vendrías a esta hora, traerán el almuerzo, pero solo pedí para mí y Daniel.-No te preocupes, pasé por la recepción y pedí para los tres – se sienta al lado de su hijo y este se recuesta para mirar la televisión, apoyando su cabecita en la pierna de Dan -. Es muy cariñ
Keylen se ríe por las palabras de Dan, ella se acerca para golpearlo, pero él la detiene y cierra la puerta de la habitación.-No queremos despertar a nuestro hijo.-¡No es tu hijo!-Te demoraste cuatro horas en gritármelo – le dice él manteniendo la guardia, pero sin moverse -. Puede que tengas razón, pero Daniel es una copia exacta mía.-¡Me dejaste sola cuando te necesité!-Sí y no sabes cuánto me arrepentí – baja los brazos y se para mirando al piso -. Unas horas después de cometer la mayor estupidez de mi vida, supe lo que te hicieron.Pero no puede seguir, porque Keylen le lanza una patada, que consigue detener poniendo su brazo izquierdo de barrera, le sostiene la pierna y le sonríe con pena, pero eso no la va a conmover, no ahora.-Si esta es tu manera de sacarte la rabia, hazlo – baja el brazo, cierra los o
Cuando Daniel se despertó de su siesta, lo primero que hizo fue preguntar por su padre y, aunque no le gustó mucho que se fuera sin despedir, Keylen le dijo que lo verían de nuevo muy pronto.Por ahora, sabía que si quería regresar a Nueva York, estaría protegida. Pero volver no era una opción solo para terminar aquello que había empezado, sino que también lo era por curiosidad.Ella se había vuelto una fiel creyente de ver para creer, aunque había visto la manera en que Dan cambió, no se creía mucho eso de que se convirtiera en un defensor de la sociedad libre de escoria, eso mismo que ella es de una manera particular.Por eso, le avisa a Raven que regresa ese mismo día a Aurora, porque le surgió un contratiempo.Llama a Díaz para decirle que, al regresar, analizará su estadía en Fall City, pero sin darle mayores detalles. Y llama
En el momento que Dan entra a la habitación y se encuentra a Keylen durmiendo, no se puede imaginar mejor escena para iniciar la batalla que se libraría aquella noche.Sin hacer ruido, deja sus cosas a un lado, saca una toalla de la maleta, porque jamás le ha gustado utilizar las de los hoteles, y se mete a la ducha. Mientras el agua le cae por el cuerpo, se imagina la manera menos sangrienta para hablar con ella, pero incluso dormida se ve que va dispuesta a la guerra.Cuando sale de la ducha, se coloca la toalla en la cintura, sale a la habitación agitando su cabello para quitarle el exceso de agua y Keylen se despierta asustada, pero cuando sus ojos se posan en él, el miedo se convierte en deseo. Eso nunca se le ha escapado de la vista.-Hola, amor – le dice con la voz ronca, por ese deseo acumulado -.Pero no es suficiente.Así que para provocarla un poco más, se quita la toalla, se la colo
Tras despertar sola durante tanto tiempo, abrir los ojos con ese calor pegado a su espalda, solo la hace sonreír. Se queda quieta, porque no quiere romper esa burbuja que por la noche crearon, porque cuando se rompa, seguro no se verán por mucho tiempo más.Dan lleva despierto mucho más que ella y sabe que ella ya no duerme, tenerla así, para él, entre sus brazos y tranquila, es lo que más deseó por esos tres años y ahora no quiere que termine.Pero hay algo que no se puede controlar… así que cuando su amigo se pone duro, listo para la acción, ella sonríe y se remueve un poco, pegando más sus nalgas a esa erección que humedece esa zona se su cuerpo que también extrañaba ser invadida.Sin decir nada, las manos de Dan comienzan a recorrer la silueta de Keylen, al llevar a sus caderas, baja hasta su centro y con una pierna la obliga a
Lo primero que hizo Keylen al llegar a Fall City fue hablar con el señor Rivers, para explicarle que se iría de regreso a Nueva York. El hombre no pudo contener su cara de sorpresa, porque nunca supo de dónde venía la muchacha, pero le deseó toda la suerte del mundo y colocó enseguida un anuncio buscando personal.Cuando Díaz llegó a la casa por la tarde, se la encontró con Daniel en su sillita para comer, mientras ella le daba la comida y revisaba las cámaras, buscando en las grabaciones de los días anteriores algo inusual, además de aquel hombre que se paseó los primero tres días que ella no estuvo.-Hay un corte de imagen, anteayer – le dice ella, dándole un abrazo -. Así que es posible que la casa esté pinchada.-Pero… yo no me di cuenta, no es posible.-Es muy sutil, si lo pasas a velocidad extra ráp