Cuando Joseph abrió medio ojo cerca de las cuatro de la tarde del día siguiente, le dolía todo, pero no tuvo tiempo de quejarse, porque Alfa ya estaba sentada frente a él, esta vez con una manopla se acero en cada mano.
-Bien, mi querido amigo, ayer me diste información incompleta sobre Darcy Pines.
-No sé nada más… - un golpe certero en la mandíbula lo hace gemir de dolor y la mira con odio -. Está en una fábrica abandonada.
-¿Por qué allí?
-Porque es uno de mis escondites, allí estaba reuniendo armamento para mis muchachos… - sí, era mejor cantar antes que lo obligara con otro golpe de aquellos. Esa condenada mujer pegaba realmente duro -. Le dije que nadie iba allí, excepto yo de vez en cuando.
-Perfecto, me vas a decir exactamente dónde, porque me temo que voy a tener que ir a arreglar tu desastre.
En cuanto Matías cumple con su tarea de abatir a la loca, se va de muy mala gana a ver al idi0ta tirado en el piso, porque entre los dos heridos es el que se supone debe ayudar, aunque con gusto lo dejaría morirse. Pero al llegar a su lado, lo ve quejarse y tratar de incorporarse.-No te muevas, imbécil – le dice con toda la amabilidad de no dispararle él también, Dan se revisa la entrada de la bala y Matías ve el chaleco blindado, que lo hace sonreír con ironía -. No podía tener tanta suerte, ¿verdad?-Ya te dije, niño… - le dice con un gesto de dolor -, esa mujer es mía, ni el mismo diablo me la va a quitar – Matías le extiende la mano para ayudarlo a pararse y Dan la acepta -.-Entonces me tocará ser peor que el diablo – aunque la amenaza de Matías le da lo mismo a Dan, por ahora siguen con esa tregua momentáne
Gracias a uno de los chicos que consiguieron meterse con los Espadas Cruzadas, pudo entrar sin mayores problemas al círculo más cercano de quién se ha quedado a la cabeza luego de que desapareciera Joseph. Trata de pasar desapercibida, para que no sospechen de ella. Aunque cambió su imagen de manera radical, no se puedo fiar de que alguno no la reconozca. Se tiñó el cabello de castaño oscuro, usa lentes de contacto grises, usa un maquillaje especial, que oscurece su piel y la ropa no es la que solía usar antes. Aquí no hay libertad, la gente que trabaja para ellos, debe quedarse en la base, solo salen para hacer las ventas o para pelear territorios. Dado que, supuestamente, Kiria, el seudónimo con el que entró, no es muy buena para hablar, la han dejado como soldado. Su trabajo es cuidar territorios, proteger a los vendedores y también cubrir en los intercambios. Si alguna vez tuvo una pesadilla, nunca fue peor que esto, pero todo sea p
Decir que Erick era un traidor, que estaba escondiendo la droga en lugar de entregarla y que por eso se había enfrentado a él, fue sencillo.Lo que no fue sencillo para Alfa, fue lidiar con el dolor de saber que estuvo ayudando a un infeliz desgraciado que la manipuló todo este tiempo.Nada de lo que ella esperaba está sucediendo y esa sensación de descontrol la mantiene alerta, con crisis de ansiedad que se calman con aquellos chocolates que Dan se las arregla para enviarle y con un plan trazado para liquidar ese asunto de una vez.El problema es que para hacerlo, debe viajar a Los Ángeles, reconocer el terreno y saber qué puede hacer para desaparecer de la faz de la tierra a Coussins.Podría haberlo hecho ya, pero su salud cada vez la limita más.La última semana ha estado con mucho sueño, con náuseas y vómitos. Ahora mismo, está sentad
Alfa se pasa los dedos de la mano libre con molestia por la frente. Lo último que esperaba es que Matías llegara allí y justo con la ridícula de su compañera.-¡Bajen las armas! – insiste el oficial Méndez y el hombre que apunta a Alfa le hace caso, pero Alfa no -. Señorita, baje el…-¿Señorita? ¿En serio me vas a decir así? – le dice ella mirándolo a los ojos, Matías le hace un gesto a su compañera para que aprese al hombre, mientras él se acerca a Alfa -. No se lo pueden llevar, ese hombre es mío, está marcado.-No, esta vez no haré lo que tú quieras – le toma una mano y la esposa, dejándola con la boca abierta -. Estás arrestada.-¿Bajo qué cargos? ¿Por ir tras un narco soplón que puede j0der una investigación contra lo último de las Es
Durante el trayecto hasta su departamento, Alfa le cuenta a Díaz todo lo que sucedió aquel día. Los labios del hombre se convierten en una línea fina y su expresión es absolutamente de querer matar a alguien. Y por supuesto sabemos a quién. -No puedo creer que ese idi0ta de Méndez se haya pasado por donde no le da la luz del sol todo tu esfuerzo para derrotar a esa gente – golpea el volante con rabia -. ¡Y todo por celos! -Lo peor de todo no es eso en este momento, porque afortunadamente me dediqué a asegurar toda la información con el fiscal, le enviaba reportes diarios… -¡¿Qué puede ser peor que eso?! -Díaz, puede ser que esté embarazada. El hombre frena de repente y Alfa agradece que no viniera un auto detrás de ellos, alcanza a poner su brazo en el tablero antes de terminar golpeándose allí. -Dime que es una broma – le dice el hombre, asustado -. -No pongas esa cara, por favor, tengo miedo… ¡Por prime
Antes de que pueda reaccionar, ya el infierno se comienza a desatar. Los cristales de su habitación revientan por los proyectiles que comienzan a entrar, se lanza al suelo y se arrastra para sacar una de las armas. Toma sus zapatos, se los coloca como puede y corre hacia la puerta escondida tras uno de los closets en el cuarto de lavado. Allí se coloca un chaleco antibalas, un pantalón de combate, una chaqueta y toma varias armas. -Ahora no es solo mi pescuezo el que tengo que proteger… - dice con la voz ronca por la decisión -. Cierra los ojos, respira dos veces y cuando vuelve a abrirlos, es esa mujer fuerte, a la que todos le tienen miedo y que no se cae con nada. Se ata el cabello en una cola alta, ajusta sus armas y ahora el que se le cruce, se arrepentirá. Sale de su escondite con la clara determinación de acabar con sus enemigos, porque ella es Alfa, la policía encubierta que dejó todo atrás para conseguir
Esas tres palabras, encerradas en una pregunta lo hicieron terminar de espantar toda la borrachera que se quiso meter a punta de vodka, corre a la cocina para preparase un café extra cargado, mientras trata de hablar con su amigo.-Su-supongo que sí, se fue hace casi una hora de aquí…-¡¿Y la dejaste irse?! – el regaño de Gerard lo hace saltar justo cuando saca una taza, que va a dar al piso -.-Sí… llegó aquí con el cuento de que está embarazada y que es mío, después de encontrarla con Matías medio desnuda…-Dan, tú no eres más bruto porque no te levantas más temprano – casi puede verlo con los dedos apretando el puente de la nariz -. Te espero aquí, tienes quince minutos para llegar o yo mismo te saco de tu estupidez.-Oye, espera… hay algo que no me estás diciendo. Yo n
Decir que los días después de eso se volvieron más tranquilos, sería mentira.Coussins no dejó de buscar a Alfa.Matías no dejó de buscar a Dawson.Dan no dejó de buscar a Keylen.El primero quería una explicación de por qué no se había subido al avión que no le costó nada pedir.El segundo, quería pedirle perdón y ver en qué podía ayudarla. Luego de todos los regaños que su hermana le dio, estaba más que arrepentido y quería protegerla, ya como una amiga, si no se podía como su mujer,Pero el tercero…A Gerard le tocó ver a su amigo como zombi, deambulando por la oficina, porque prefería estar allí esperando por noticias de su mujer, antes que estar solo en el departamento esperando lo mismo.No había un solo par de ojos que no