Capítulo noventa y tres
Mi piel agradece la suavidad de la cama en donde estoy. Mi madre debe estar durmiendo todavía dado a que son las cinco de la mañana, tengo que levantarme para llegar temprano al instituto.
Me levanto y quedo desorientada por un minuto.
Un momento.
¿No se supone que yo debería estar durmiendo en el piso?
Junto mis cejas, trato de recordar que paso el día de ayer y es como si mi pasado se borrará totalmente, como si mi conciencia me juega una mala pasada. El cuarto en donde estoy es negro, amplio y pulcro en lo que cabe.
Tal vez este en alguna habitación distinta a las que conozco.
Veo mi cuerpo cubierto por una camisa negra que tapa solo lo necesario, abro los ojos como platos y veo un boxer cubriendo mi parte baja.
Capítulo noventa y cuatroLauryn...LAURYN...NO GRITES QUE ES COMO SI ME CLAVARAN MIL AGUJAS, ¿QUÉ DESEAS?No le digas nada a Yoshua, ni hables con él, quiero hacer sufrir un poco a Wade. Quiero verlo celoso.Si es por mí está bien, ahora cállate.Como si nada agarro de la mano al estúpido y lo llevo hasta su auto, entro y tomo su mano—Mírame a los ojos —hace contacto con los míos y suspiro.Siento como una ola de calor sube por mi espalda y reposa en mis mejillas para luego hacer arder mis ojos. Su mano me aprieta y trata de salir del auto, pero mientras más se mueve más lo sujeto.—Suéltame —dice asustado y sonrío.Niego y le tapo la b
Capítulo noventa y cincoPov WadeTodavía no puedo creer que ella piense que es una humana.Y mucho menos que me echara de su casa.Aprieto el volante del auto, el estúpido sabor a sangre en mi boca es desagradable. No sé como ella reunio las fuerzas para tirarme lejos de su cuerpo si me pedía a gritos que la hiciera mía. Aún sin recordar lo que en realidad es tiene la suficientemente fuerza para mandarme lejos.Sonrío, esa es mi chica.Llego a la entrada de la mansión y nana me espera en la puerta. Tiene que haber algo muy importante como para que ella este ahí.Bajo del auto, paso adentro con ella y el camino a la sala se hace evidente, antes de llegar veo a mi padre con los puños apretados y lágrimas corriendo por su cara, pasa a m
Capítulo noventa y seisEl bar está hoy abarrotado. Me estaciono cerca y bajo del auto con seguridad, camino a la puerta trasera del local y toco tres veces antes de entrar. Escucho los mandatos de Aruna en todos lados y doy una señal para que entre al cuarto de gerencia.—¿Qué desea, Señor?Wade, no lo hagas.—Se mi entretenimiento —tomo asiento y me cruzo de brasos.Ella cierra la puerta y con extrema seducción empieza a desabrochar su camisa en frente de mí, sus manos recorren su cuerpo y yo solo miro la escena con cierto asco y repulsión. Mis ojos neutros viajan a mi amigo que ni siquiera se a tomado la molestia de despertar.Dirijo mi vista a su baile mientras termina de quitar su camisa y hago una mueca con mi cara, tiro la silla hacia atrás y doy un
Capítulo noventa y sietePov SaraTodo iba jodidamente perfecto y el viene a hablar.Por supuesto me tuve que hacer la desentendida e asustada y correr escaleras arriba y encerrarme en mi cuarto a escuchar como dice que le abra la puerta desde hace una hora.Me asiento en el piso al frente de la puerta y él deja de hablar para acomodarse igual que yo—Sé que me estás escuchando, te digo esto porqué lo necesito. Te quiero y me gustaría que vuelvas a mí, toda tú me pertence, absolutamente toda, desde tus pies hasta el último pelo de tu cabeza —lo escucho quitarse los zapatos y tirarlos lejos—y escúchame bien, no me rendiré —se levanta.Sonrío, el ricachón es insistente.Su aroma desaparece y observo por la ventana como arranca el aut
Capítulo noventa y ocho—Sara levántate, tienes que ir al instituto —mi madre me zarandea de un lado a otro y me tapo con la colcha.—No quiero ir—mi voz suena ronca y chillona.—¿La gran Sara está diciendo qué no quiere ir? Vaya, que novedad—me quejo y quito la colcha de mi cara.—¿Por qué mejor no me haces el desayuno? Quiero fresas —niega sonriendo.—Supe que Wade estuvo aquí, ¿estás bien? —soba mi cabeza y suspiro cansada mirando el azul de mi habitación.—Creo que lo lastimé por que le dije que le tenía miedo y pues, solo se fue —ella hace un espacio en mi cama.—¿Por qué no le dices la verdad? Mira que estás embarazada
Capítulo noventa y nueveSiento mi mundo desfallecer, todo se vuelve tan pesado y observo a Wade horrorizado mirando como caigo al suelo. Antes de sentir el impacto me dejo llevar por la oscuridad.Trato de abrir los ojos, pero no puedo, escucho la voz de nana gritando de un lado para otro y pasos distintos sonando por todos lados.—Tengo que abrirla para poder salvarla, su vida corre peligro, Alpha. El bebé está robando casi toda su energía por eso creció rápido estos últimos días —reconozco la voz del doctor.—HAGA LO QUE TENGA QUE HACER RÁPIDO, SI ELLA MUERE USTED TAMBIÉN—ameneza el ricachón.—¿Cómo está? —la voz de Henrry me saca de mi lucha interna y procedo a escuchar.—TODO ESTO ES TU MA
Capítulo cienSonríe grandemente y alzo una ceja, giro la mirada a Valentina y ella parece captar mi enojo casi impredecible.—Tranquila Sara, tengo mate. Además, él nunca me ha llamado la atención, siempre lo he visto como mi hermano, lejano, pero mi hermano—muerdo mis labios nerviosa y una ráfaga de calor pasa a mis mejillas.Siento otro flash en mi cara —La primera foto sonrojada como madre—Elizabeth hace todo un bullicio y niego en desaprobación.—Madre, deja de tomarme fotos que no soy fotogénica, y —siento la presencia de Henrry detrás de puerta y Wade da un pequeño gruñido de advertencia —lo siento, pero tengo que hablar con él —me levanto con Amir en mis brazos.Antes de abrir la puerta veo a Wade y abro una comunicació
Capítulo ciento unoCamino detrás de ella y subimos a una de sus gigantescas habitaciones, azota la puerta y los chicos que hay arriba de la cama caen al suelo inmediatamente, su voz llena el cuarto de carcajadas y niego sonriendo.Me jala del brazo y me presenta con cada uno de sus primos y por último su otra mitad, le doy la mano a cada uno y guardo mi distancia.—Bueno chicos, fuera de mi habitación ya que falta poco para la fiesta y ustedes ni siquiera se han arreglado —empuja a sus primos fuera.—Ya entendimos, ya—cada uno de ellos reprocha y ella rueda los ojos.—Entonces salgan—les da un último empujón y cierra la puerta de un portazo.Ella gira su cabeza a un lado y mira como su mate busca una oportunidad para entrar al baño.<