'Por favor, damas y caballeros, si desean pasar al salón de banquetes, continuaremos allí' anunció Amanda a las personas restantes en el salón de baile. 'Tenemos otro anuncio que hacer, y la tradicional entrega de regalos entre el Rey Alfa y su hija'. Amaris puso los ojos en blanco mientras Minerva entrelazaba su brazo con el de ella y la obligaba a pasar por la pequeña entrada que conducía al salón de banquetes. La familia real se sentó en la mesa principal mientras el banquete ya estaba en marcha. Un poco después, Amanda se puso de pie y solicitó la atención de todos. 'Me gustaría proponer un brindis antes de la entrega de regalos' dijo cortésmente mientras levantaba su copa, y el resto de la habitación se apresuraba a imitarla. 'Por un largo y feliz matrimonio entre Jess y Fernando, y una larga y saludable vida para sus cachorros. El matrimonio ayuda al fortalecimiento de nuestra especie, y nos une en una alianza, no solo diplomática, sino también de sangre... por favor, beban
Él sabía que tendría que lanzarse sobre Amaris antes de que ella hiciera algo terrible.Nunca se había movido tan rápido en toda su vida.La desesperación que sentía hizo que su corazón se acelerara incontrolablemente, mientras su lobo mordía y aullaba dentro de su cabeza, desesperado porque interviniera antes de que fuera demasiado tarde.Se lanzó hacia ella y, cuando la rodeó con sus brazos, el impacto de la colisión la apartó de su rumbo.Se deslizaron por el suelo del salón de banquetes y chocaron pesadamente contra una pared lateral. El cuerpo de Amaris se llevó la peor parte del impacto, y todo lo que había sucedido, todo lo que la había llevado a transformarse de esa manera, comenzó al instante a perder relevancia. En cuestión de segundos, Amaris había vuelto a la normalidad, y cuando abrió los ojos se encontró con el ceño fruncido del Alfa Nocturne.'¿Estás bien?' Preguntó él, sus brazos aún firmemente alrededor de ella.'Si, creo que sí. Aunque me duele terriblemente la cabe
'No lo haré. Soy su segunda pareja, y ella es mi Luna'.'¡No!' El rey Alfa rugió: '¡Lo prohíbo! ¡No consentiré el emparejamiento!'.De nuevo la sala estalló en protestas, solo que esta vez, mucho más fuertes. ¿Quién era el para negar el destino dado por la Diosa de la Luna? ¿Se creía por encima de su diosa? No tenía autoridad para tomar esa decisión.'Es demasiado tarde para eso, padre', dijo Amaris, cansada de las idas y venidas entre ambos. 'He aceptado el emparejamiento y estamos marcados y apareados. Es irónico que haya encontrado más amor y consuelo en los brazos de mi segunda pareja que en los de mi familia...'.'Amaris...' La expresión del rey Alfa era una mezcla de dolor, pena y culpa, todo junto.Por mucho que le desgarrara el corazón, el hecho de que él estuviera tan dispuesto a regalar las reliquias de su madre a una niña que había engendrado con su amante, fue la gota que colmó el vaso.'No descuidaré mis deberes como miembro de la familia real, pero ya no los considera
'Sí, aunque está agotada. No conseguí encontrarle mucho sentido... pero ella fue inflexible en que no presionó para imponerse, Dijo... que fue como si la forzaran a avanzar'. Dave frunció el ceño. Eso no sonaba bien... parecía que algo más estuviera pasando.Amaris bostezó con fuerza y le sonrió tímidamente.'Lo siento, no sé por qué estoy tan cansada',murmuró mientras luchaba por mantener los ojos abiertos y se estiraba lánguidamente. Las sensuales curvas de su cuerpo estirado en esas posturas tuvieron un efecto devastador en Dave.Sus ojos se oscurecieron y su p*ne se tensó dolorosamente en sus pantalones. Apretó la mandíbula y se volvió hacia el cuarto de baño.'Deja que te prepare un baño. Al menos así estarás totalmente relajada y espero que puedas dormir bien. Ha sido un día infernal para ti'.Amaris se rio.'Sabes, mi vida parecía ser muy simple antes de conocerte, Dave', gritó después de que él desapareciera.Le oyó resoplar a modo de respuesta mientras el sonido del agua co
Amaris asintió mientras él la levantaba de golpe y se ponía al lado de la bañera, descendiendo ambos hasta la tina.Ella luchó por girarse hacia él mientras la obligaba a quedarse quieta, con la espalda apretada contra su pecho, mientras su p*ne se agitaba en su entrepierna.Él le recorrió el cuerpo con las manos y se fijó en sus p*zones, apretándolos y pellizcándolos mientras ella gemía con fuerza deliciosamente y arqueando el cuerpo contra bajo sus caricias, retorciéndose el suyo.Le besó el cuello mientras cada vez que ella se retorcía se hundía más y su p*ne entraba en ella lentamente.'Di las palabras, Amaris, y te llenaré completamente'.'Oh... Alfa... yo... m*erda...'Dave bajó una mano por su cuerpo y empezó a rodear su palpitante nódulo mientras ella se agitaba salvajemente contra sus caricias.'Dilo, princesa...'Mientras gemía y lloriqueaba contra él, estremeciéndose por los deliciosos escalofríos que le producía en todo el cuerpo, de repente se echó hacia atrás y le agarró
Dave insistió en llevar a Amaris al trabajo y, al mirar su perfil mientras él se concentraba en la carretera, su corazón pareció dar un pequeño salto.Aún no había encontrado el momento adecuado para discutir con él la oferta de Minerva y, tal y como iban las cosas, probablemente sería mejor abordar el tema cuanto antes.Ambos podían llevar ropa de cuello alto hasta que la gente empezara a sospechar.'Dave... puede que haya encontrado una opción a considerar respecto a la falta de marca de apareamiento'. Amaris comenzó vacilante.'Has tenido más suerte que Ben y yo por lo menos. Donde quiera que mirábamos, no encontrábamos nada'. Frunció el ceño y continuó: 'Supongo que no hay realmente una buena razón para fingir una marca de apareamiento', dijo con una mueca.Amaris se rio a pesar de su nerviosismo.'Bueno, no estamos del todo seguros de que te guste la opción...''¿Quiénes?'. Dave interrumpió rápidamente, 'Esto no puede ir más lejos, Amaris. Si alguien se entera...''Relájate, Da
Ella atrajo bastantes miradas, más que de costumbre, pero se encogió de hombros. No podía hacer mucho más que esperar que se calmara el furor.Había dicho la verdad y quedaba por ver cómo la afrontaría su padre.Cuando la puerta del despacho se cerró tras ella y se encogió de hombros para quitarse la chaqueta, vio un paquete perfectamente envuelto sobre su mesa, como si fuera un regalo.No había ninguna tarjeta ni nada adjunto a las cajas, así que no tenía ni idea de dónde habían aparecido.Se sentó lentamente y se quedó mirándolas durante un buen rato antes de que la burla de Maena fuera excesiva, por lo que se inclinó hacia delante con un suspiro y abrió la primera caja.Jadeó cuando la luz se reflejó brillantemente en las hermosas piedras incrustadas entre los diseños y, de repente, sintió que se le llenaban los ojos de lágrimas.Las cajas contenían las joyas que le habían entregado a su hermanastra la noche anterior, así como las piezas que había llevado su madre cuando era reina
Ella detestaba esa actitud. Por muy acogedora que fuera la gente con los híbridos en general, deseaba que el término se aboliera. Tal designación provocaba que las demás personas cuestionaran sus orígenes y, al hacerlo, los juzgaban por su ascendencia y no como individuos.Dave asintió despacio.'Lo sé. Lo siento. He tratado de cambiar la vida de las personas dentro de mi manada y, sinceramente, nunca he tenido motivos para cuestionar la vida de los que no viven en ella'.'Bueno, Minerva es Minerva y nosotros queremos lo mejor para ella, de corazón. Es irónico que su madre muriera protegiéndola de los cazadores. No es que tenga importancia, pero por si te interesa saberlo, su madre era bruja y su padre el demonio'.Dave tomó asiento en la silla frente a ella.'¿Fue su madre quien lo incitó a la acción?', preguntó con curiosidad.Amaris resopló.'Por Dios, no. Su madre era curandera. No todas las brujas se pavonean desnudas y provocan el caos, ¿sabes?'. Amaris rio con disimulo.'Perdón