Amaris gimió sin poder evitarlo, estando completamente a su merced y disfrutando cada segundo.Aunque Maena no quisiera ceder a sus exigencias, Amaris las aceptaría con gusto cada noche de su vida.'¿Te gustaría, princesa?' Le murmuró al oído mientras sujetaba con firmeza su barbilla con los dedos. '¿Quieres que te llene de mi s*men?'Amaris estaba aturdida, apenas lograba pensar con claridad, pero sin darle más vueltas asintió con la cabeza y murmuró su respuesta.'Por Dios, sí…’Dave soltó una risita y la volteó con destreza hacia el otro lado, apretando la ingle contra sus gl*teos y dejando que su m*embro se deslizara lentamente por su entrepierna mientras él se movía en un vaivén tortuoso.La sensación de tener su m*embro tan cerca de la entrada era atormentador, por lo que sintió que la necesidad de tenerlo dentro de ella empezaba a invadirla mientras movía las caderas al ritmo de sus embestidas, gimiendo ante la sensación que provocaba en sus puntos sensibles y deteniéndose just
Amaris se estiró. La luz del sol entraba a raudales por la ventana del dormitorio y su relajante calidez se propagó por su rostro. El dolor resultante de los excesos de la noche anterior le produjo un gesto de dolor. Sonrió.'Buenos días, princesa'. La voz de Dave, a su lado, tenía el típico sonido de quien acaba de despertar. Se giró y la envolvió en sus brazos por el talle. La atrajo hacia él y la besó suavemente en la nuca.Ella rio cuando sus manos comenzaron a acariciarle la piel delicadamente, y se movió para agarrar sus manos, en un esfuerzo por detener lo que sabía que vendría a continuación.Él exhaló un suave gruñido, desilusionado, al tiempo que ella entrelazaba sus dedos con los de él, y la miró con una sonrisa.'¿Podemos solo… ya sabes… quedarnos así por un tiempo? Es agradable', musitó ella contenta mientras se acurrucaba de nuevo en su amplio pecho.Soltó una risita al sentir su mi*mbro endurecerse detrás de ella y pinchar con insistencia la carne suave de sus n*Igas.'
Apenas Ben dio la noticia, Dave y Amaris terminaron de desayunar y se dirigieron hacia donde los esperaban los ancianos de la Dark Moon.Dave y Amaris les hicieron un breve resumen de los acontecimientos que habían tenido lugar, y estaban ansiosos porque ellos les transmitieran los detalles de la misiva enviada desde Enclave, en la cual se solicitaba su presencia.Era evidente que los ancianos de Royal Enclave habían estado ocupados desde el arresto de Amanda y Jess, ya que habían adelantado el juicio para esta tarde.Después de una breve discusión sobre asuntos de menor importancia dentro de la manada, se suspendió la reunión para que Amaris y Dave pudieran ir a Enclave.Luego de informar a Minerva y a Ben sobre la apretada agenda, hicieron algunos preparativos de última hora en la empacadora con respecto al horario de esa jornada, y de ahí fueron para el auto.El viaje fue tenso, con Minerva sentada al lado de Ben y haciendo lo indecible para irritarlo con movimientos sutiles y come
Se adentraron en el lugar a media luz guiados por Amaris. Dave iba a su lado y Minerva iba atrás con Ben, caminando lo más cerca posible de él, para disgusto de este. Ella aprovechaba todas las oportunidades para rozarle el brazo con el suyo, y le dedicó una tímida sonrisa. Batía las pestañas de manera provocativa cada vez que él la miraba de reojo de un modo repulsivo.Aunque él permaneció en silencio, el adusto gesto de sus labios mostraba lo irritado que realmente estaba mientras tomaban asiento. Se vio atrapado entre Dave y Minerva, sin poder no quedar fuera del alcance de esta.Suspiró y se volvió para mirarla con mala cara, pero su enfado fue recibido por una amplia sonrisa. Se tragó el comentario que estaba ansioso por hacer y se giró para mirar hacia adelante. Sus hombros se tensaron ante la proximidad de Minerva, y ella acercó un poco más su asiento para que sus brazos tocaran los de él.Amaris se inclinó en su silla y le lanzó a Minerva una mirada de advertencia, pero esta n
'¿Culpables? ¿Entonces ya decidiste nuestro destino, mi amor?'. Amanda gritó y descargó su rabia contra los barrotes y el vidrio de la jaula.Leopold la miró con dureza. 'No me parece que alguna vez haya sido tu amor, de veras que no. Si creo que, según todas las pruebas obtenidas y el testimonio de varias de las partes involucradas, yo solo fui un medio para llegar a un fin'. Habló con frialdad mientras se levantaba de su asiento y bajaba del estrado para dirigirse al área donde estaban las jaulas de Amanda y Jess.Con los ojos entrecerrados, Amanda lo vio acercarse y sonrió con satisfacción cuando él se paró casi nariz con ella, separados solo por el vidrio y las barras de hierro.'¿Qué sabías tú sobre mis aspiraciones o mis logros, Leopold? ¿Eh? En el momento en que decidiste que me querías, ¿me llevaste rápido para tu palacio con la promesa de ser felices y comer perdices?'. Río con frialdad. '¿Alguna vez te detuviste a pensar en las cosas que yo quería?'Leopold entornó los ojos
Amanda abrió mucho los ojos, aterrorizada, por un brevísimo segundo. Entonces se quedó inmóvil. Se puso rígida durante unos momentos mientras palidecía y los ojos se le ponían vidriosos. Cuando recuperó la compostura, sus labios mostraron esa contorsión de desprecio que todos conocían bien en ella, y escupió en el vidrio que tenía delante.'Canalla insufrible. Todo este tiempo tuviste habilidades de las que nunca me hablaste y, ¿te atreves a usarlas conmigo? ¿En qué se diferencia eso del uso de la hechicería?'.Leopold no respondió. La miró fijamente con una expresión de ensimismamiento.'¿Fuiste responsable de debilitar y finalmente romper el vínculo con mi exesposa?'. Leopold preguntó tranquilamente, sin rastro de emoción en su voz.En todo caso, ahora parecía haberse entregado por completo al proceso de descubrir la verdad, por fea que está fuera. Era obvio que Amanda estaba haciendo todo lo posible por contrarrestar las fuerzas que la obligaban a responder, pero cuanto más tiempo
Amanda parecía haber llegado al punto en que ya no le molestaba luchar contra lo inevitable. Se inclinó hacia atrás en el suelo, de manera relajada, levantó la barbilla con arrogancia y se rio entre dientes.'Con tanto que revelar, ¿por dónde empiezo?'. Río calladamente.'El aquelarre. ¿Cuáles son tus planes y a quién sirves?', dijo Leopold con frialdad, y el rostro se le enturbió mientras miraba a la mujer que una vez llamara esposa.Ella le devolvió la sonrisa y suspiró con dramatismo.'El Excidium Coven rinde cuentas al señor demonio Eromaug, cuyo poder no tiene parangón con nada que yo haya visto. Lo único que queremos es volver a levantarnos y hacer crecer nuestro personal a medida que regresamos al lugar que nos corresponde como gobernantes de este reino'. La vehemencia con la que habló dejó clara su apasionada devoción por su amo.Minerva resopló y se dejó caer en la silla, descreída. '¿Ese p*ndejo de m*erda se las ingenio para conseguir un punto de apoyo aquí?', susurro con i
El silencio que impregnó la sala después de que los sabios se marcharan para tomar su decisión solo fue interrumpido por la figura abatida y sollozante de Jess, que permanecía acurrucada en su prisión.La rodilla de Minerva se sacudía incesantemente arriba y abajo, un claro indicador de la irritación y la rabia que aún sentía por el comentario de Amanda sobre su madre, así como de los violentos destellos ocasionales de sus ojos, de ese rojo luminiscente tan hermoso como mortífero que significaba su apetito por la violencia.Ben la miró con recelo antes de volverse hacia Dave, quien seguía concentrado en el rostro de Amaris, que miraba fijamente el lugar en el que las dos mujeres se encontraban ante ella con una expresión ilegible.'Padre, quiero que le preguntes algo a Jess', dijo Amaris de repente y él se volvió para enfrentarse a ella con la mirada perdida.Abrió la boca para responder, pero ella se apresuró a hacer su petición.'Quiero que le preguntes si realmente está embarazada