'Se refiere a que yo cambié del todo, Amaris', dijo Dave en voz baja cuando ella se dio la vuelta para mirarlo con una expresión de sorpresa.Entonces Dave miró a Ben y esbozó una sonrisa de nostalgia.'¿Qué edad tenía, 12? ¿13, quizás?' Preguntó con el ceño fruncido mientras Ben asentía con la cabeza.'Sí, más o menos a esa edad. Aún recuerdo el alboroto que causó tu transformación tan prematura… era insólito. En ese entonces ya eras grande, me pregunto cuánto habrás cambiado. Sé que fuiste a correr con Amaris, pero…''Esa noche no salimos a correr, Ben. Cuando no pudiste encontrarnos, estábamos con Minerva y su padre'. Dijo Dave con franqueza.No quería más mentiras ni secretos entre ellos y ser sincero sobre todos los pequeños detalles que había pasado por alto le parecía un buen comienzo.Toda manada fuerte tiene un equipo cohesionado que la dirige desde arriba.Él tenía a su luna y confiaba en ella plenamente y ahora que la maldición se había acabado y su lobo por fin podía senti
Tanto los sabios como algunos de los alfa más viejos del reino eran de costumbres muy arraigadas. En los últimos dos siglos habían ascendido al trono muy pocas hembras alfa, e incluso cuando lo habían hecho, su pareja asumía un papel más activo, mientras que ellas se centraban en la crianza de sus hijos. La jerarquía dominada por los hombres había hecho que Amaris se sintiera muy frustrada a lo largo de los años, ya que la misoginia en algunas manadas seguía estando muy presente y apenas se habían producido avances en el sistema de clases o en la igualdad social. Por eso Dave la había impresionado tanto desde el principio. Aquí se valoraba y respetaba a los omegas por su aportación al bienestar de la manada y se les ofrecían los mismos beneficios que a los demás miembros. Por desgracia, a la mayoría de los omegas se les negaba la asistencia sanitaria, la educación y la posibilidad de desarrollar su propia carrera profesional. Sin embargo, aquí no era inaudito que los omegas tuvier
'No respondas, princesa. Supe que estabas atada y ni siquiera pude aprovecharme de eso…' Murmuró con voz ronca en su oído. '¿Sabes lo difícil que es intentar que nadie te retenga en contra de tu voluntad y al mismo tiempo sentir el deseo de tenerte encadenada en una habitación sin ropa y a mi disposición para que yo juegue contigo?' Cuando su voz ronca le murmuró al oído, Amaris se estremeció. Tal vez no debió excitarse, pero la idea de estar completamente indefensa y vulnerable en manos de ese hombre la entusiasmaba mucho más de lo que jamás pensó. 'Algo me dice que eso te gustaría mucho… ¿Princesa?' Le preguntó Dave mientras le acariciaba una vez más el p*zón antes de pellizcárselo con fuerza. '¡Ah, sí, m*ldición!' Gritó Amaris inconscientemente, lo cual hizo que Dave le respondiera con una risa ronca. 'Entonces déjame ver qué podemos hacer con eso'. Murmuró mientras se alejaba de ella y caminaba hacia su armario, tomando algo de la parte de atrás de la puerta y volver a su lad
Amaris gimió sin poder evitarlo, estando completamente a su merced y disfrutando cada segundo.Aunque Maena no quisiera ceder a sus exigencias, Amaris las aceptaría con gusto cada noche de su vida.'¿Te gustaría, princesa?' Le murmuró al oído mientras sujetaba con firmeza su barbilla con los dedos. '¿Quieres que te llene de mi s*men?'Amaris estaba aturdida, apenas lograba pensar con claridad, pero sin darle más vueltas asintió con la cabeza y murmuró su respuesta.'Por Dios, sí…’Dave soltó una risita y la volteó con destreza hacia el otro lado, apretando la ingle contra sus gl*teos y dejando que su m*embro se deslizara lentamente por su entrepierna mientras él se movía en un vaivén tortuoso.La sensación de tener su m*embro tan cerca de la entrada era atormentador, por lo que sintió que la necesidad de tenerlo dentro de ella empezaba a invadirla mientras movía las caderas al ritmo de sus embestidas, gimiendo ante la sensación que provocaba en sus puntos sensibles y deteniéndose just
Amaris se estiró. La luz del sol entraba a raudales por la ventana del dormitorio y su relajante calidez se propagó por su rostro. El dolor resultante de los excesos de la noche anterior le produjo un gesto de dolor. Sonrió.'Buenos días, princesa'. La voz de Dave, a su lado, tenía el típico sonido de quien acaba de despertar. Se giró y la envolvió en sus brazos por el talle. La atrajo hacia él y la besó suavemente en la nuca.Ella rio cuando sus manos comenzaron a acariciarle la piel delicadamente, y se movió para agarrar sus manos, en un esfuerzo por detener lo que sabía que vendría a continuación.Él exhaló un suave gruñido, desilusionado, al tiempo que ella entrelazaba sus dedos con los de él, y la miró con una sonrisa.'¿Podemos solo… ya sabes… quedarnos así por un tiempo? Es agradable', musitó ella contenta mientras se acurrucaba de nuevo en su amplio pecho.Soltó una risita al sentir su mi*mbro endurecerse detrás de ella y pinchar con insistencia la carne suave de sus n*Igas.'
Apenas Ben dio la noticia, Dave y Amaris terminaron de desayunar y se dirigieron hacia donde los esperaban los ancianos de la Dark Moon.Dave y Amaris les hicieron un breve resumen de los acontecimientos que habían tenido lugar, y estaban ansiosos porque ellos les transmitieran los detalles de la misiva enviada desde Enclave, en la cual se solicitaba su presencia.Era evidente que los ancianos de Royal Enclave habían estado ocupados desde el arresto de Amanda y Jess, ya que habían adelantado el juicio para esta tarde.Después de una breve discusión sobre asuntos de menor importancia dentro de la manada, se suspendió la reunión para que Amaris y Dave pudieran ir a Enclave.Luego de informar a Minerva y a Ben sobre la apretada agenda, hicieron algunos preparativos de última hora en la empacadora con respecto al horario de esa jornada, y de ahí fueron para el auto.El viaje fue tenso, con Minerva sentada al lado de Ben y haciendo lo indecible para irritarlo con movimientos sutiles y come
Se adentraron en el lugar a media luz guiados por Amaris. Dave iba a su lado y Minerva iba atrás con Ben, caminando lo más cerca posible de él, para disgusto de este. Ella aprovechaba todas las oportunidades para rozarle el brazo con el suyo, y le dedicó una tímida sonrisa. Batía las pestañas de manera provocativa cada vez que él la miraba de reojo de un modo repulsivo.Aunque él permaneció en silencio, el adusto gesto de sus labios mostraba lo irritado que realmente estaba mientras tomaban asiento. Se vio atrapado entre Dave y Minerva, sin poder no quedar fuera del alcance de esta.Suspiró y se volvió para mirarla con mala cara, pero su enfado fue recibido por una amplia sonrisa. Se tragó el comentario que estaba ansioso por hacer y se giró para mirar hacia adelante. Sus hombros se tensaron ante la proximidad de Minerva, y ella acercó un poco más su asiento para que sus brazos tocaran los de él.Amaris se inclinó en su silla y le lanzó a Minerva una mirada de advertencia, pero esta n
'¿Culpables? ¿Entonces ya decidiste nuestro destino, mi amor?'. Amanda gritó y descargó su rabia contra los barrotes y el vidrio de la jaula.Leopold la miró con dureza. 'No me parece que alguna vez haya sido tu amor, de veras que no. Si creo que, según todas las pruebas obtenidas y el testimonio de varias de las partes involucradas, yo solo fui un medio para llegar a un fin'. Habló con frialdad mientras se levantaba de su asiento y bajaba del estrado para dirigirse al área donde estaban las jaulas de Amanda y Jess.Con los ojos entrecerrados, Amanda lo vio acercarse y sonrió con satisfacción cuando él se paró casi nariz con ella, separados solo por el vidrio y las barras de hierro.'¿Qué sabías tú sobre mis aspiraciones o mis logros, Leopold? ¿Eh? En el momento en que decidiste que me querías, ¿me llevaste rápido para tu palacio con la promesa de ser felices y comer perdices?'. Río con frialdad. '¿Alguna vez te detuviste a pensar en las cosas que yo quería?'Leopold entornó los ojos