«Extra: Astrid y Xavier» Cuando todos se reúnen en la celebración, Xavier y Astrid se toman de la mano, ambos sentados en un pequeño sofá perfecto para ellos. Desde allí ven a todos sus nietos bailar, reírse y disfrutar de la velada. Sus dos hijos ser felices con sus parejas y Astrid deja escapar
«Extra: Ivania y Zane» En una esquina Ivania y Zane miran cómo todos bailan, mientras ellos se dedican a acariciarse y darse amor a su manera. —Tengo hambre, ¿me traerías más pastel? —le pregunta ella batiendo sus pestañas y Zane asiente, pero antes de que se vaya, lo atrae a su cuerpo y lo regaña
«Extra: Lunara y Oscar» Tal vez de todos los presentes los que más se comportan son Lunara y Oscar, y es que tampoco pueden perder mucho la compostura ya que se supone que son quienes se quedarán en el trono, entonces… —¡Vamos, hijo! —le dice el Rey desde una esquina mientras baila todo acaramelad
«Extra: Nita y Blaine» Mientras todos bailan con ternura y romanticismo, Nita lo hace con el afán de motivar a Blaine para que se la lleve a la cabaña alejada en el bosque, sólo quiere estar sola con él para que le haga todas esas cosas que a ella le gustan, pero este parece hacerse el menso y la t
«Extra: Nora e Iván» En la terraza, a la luz de la luna y con una suave brisa, Nora e Iván están abrazados sintiendo cómo el amor que pasó por tantas etapas oscuras se vuelve cada vez más intenso y poderoso. Ella descansa su cabeza en el pecho de Iván, dejando que todo esa protección que emana de
«Extra: Fedora y Blaine» Aunque la fiesta es en su honor, Fedora sólo quiere irse a descansar, pero como Luna de la manada se le hace el desaire más horrible que le podría hacer a sus suegros y todos, incluido el Rey. Blas lo sabe, pero luego de preguntarle sólo una vez si quiere irse al cuarto, n
“Quédate atento, tengo un presentimiento y Felicia está de acuerdo conmigo, se siente rara.” Blas se queda despierto lo más que puede, pero en un punto el sueño lo vence hasta que una humedad extraña lo despierta y cuando nota que viene de Fedora, quien está sentada en la cama mordiendo la almohada
El sonido de la alarma en el teléfono de Cynthia lleva sonando unos minutos, pero la chica aún no es capaz de abrir los ojos. Tal vez es por esto por lo que, cuando la puerta se abre de golpe, no siente nada hasta que unos dedos fríos se aferran a su brazo con violencia y la sacan de la improvisada