A pesar de que la bruja me pidió dejarla a sola con mi Luna, yo me negué, después de todo lo sucedido no confío en nadie.Elizabeth se sentó frente a la bruja mientras ella empezaba a recitar palabrerías, no puedo creer que haya llegado hasta este punto, siempre odie a las brujas.Al cabo de un rato chasqueo sus dedos, haciendo que Elizabeth pierda el conocimiento. -¿Qué ha hecho?, me puse de pie para tomar a mi Luna entre mis brazos.-Acabo de cortar la conexión con el vampiro, déjeme advertirle sobre una cosa, señor Marqués. -¡¿CÓMO TE ATREVES AL HACERLE ESTO A MI HIJA?!.-¡Espera tía!.-¡Quiero que se larguen!-Estamos en la casa de Alfred, él nos ha ayudado.-Nos iremos nosotros entonces, dijo la madre de Elizabeth.-Señor, interrumpió Zack.-Zack, escolta a la señora Alice Kyteler.-Hablaré con usted luego.-¿Supones que no me daría cuenta de nada?, ¿qué soy una tonta?, Elizabeth no necesita de su cochino dinero, me dijo la señora Amelia mientras acomoda a mi Luna.-Disculpe a
Punto de vista de ElizabethDesperté por la mañana con un gran sonrisa en mi rostro al recordar lo que había pasado con Alfred. Nunca imaginé que estar a su lado me llenara el alma, a pesar de la circunstancias, estoy muy feliz de conocerlo. Miro a mi alrededor, me envuelvo con una bata para ir a ducharme, siento una felicidad que no puedo expresar en palabras.Salí de la ducha y veo sobre mi mesita el ramo de rosas que trajo, sonrió por la alegría que me da sus detalles.Me coloque un vestido cómodo, me dirijo hacia la cocina con la esperanza de encontrar a Alfred, pero no estaba.Fui hacia la habitación de los niños, pero sus camas estaban vacías, ¿dónde se habrán metido dije? Escuchó risas, es mi madre junto a Abril y los niños, me acerque a ellos y me sume para desayunar.-Ya está todo listo, dijo mi madre. -¿Listo para qué?, pregunté mirando a Abril.-Para mudarnos, respondió ella.-¿A dónde?, no entiendo.-Sé que ese hombre las ha ayudado, pero no podemos seguir permitiendo es
No sabía a qué se debía el misterio, tenía muchos deseo de ir, pero en esta ocasión no lo hice. Quizás mi madre tenga razón, debo comenzar a organizar mi vida. No sé en qué momento él se volvió mi centro, no hago otra cosa que pensar en él. No me gusta sentirme tan poca cosa a su lado, todo lo que los rodean, son lobos o hombres muy poderosos. Mi madre me dijo que siempre estoy corriendo tras su dinero, aunque no lo veía de ese modo pareciera que sí, debo alejarme un poco para no sentirme tan miserable.Me he pasado todo el día pegada al teléfono, pero lo sonó jamás.¿Qué sucede Alfred?, me preguntaba, pensé por un momento.-En final no vino, comentó mi madre.-No, debe tener la agenda súper apretada, lleva días sin ir a la oficina.-Siempre será una buena excusa, comentó mi madre. No quiero hacerte sentir mal con esto Eli, pero debes tener la mente abierta, no quiero que te lastimen.-Lo sé mamá, pero estoy segura que si no ha venido, tiene sus razones.-Por supuesto.-¿Por qué no
Punto de vista de ElizabethQuedé espantada al escuchar aquella discusión, hablaban sobre cómo acabar con la vida de una persona como si fuera lo más común del mundo.Observo a Alfred dando directivas, lo veía y no quería creer, pero sus órdenes habían sido muy en serio y eso me pareció horrible. No pude resistirlo un rato más y decido retirarme. Una lágrima cae sobre mi mejilla, me siento aterrada, cómo es posible que sea tan insensible, desalmado. -¿Mi Luna, quiere que le prepare algo para comer?, preguntó Carmen, llamando mi atención, negué con la cabeza.Lo único que quería hacer era salir de aquí, con el corazón apretado, seco mis lágrimas y marchó hacía el auto.-¿A DÓNDE CREES QUE VAS?, escuchó decir es Alfred. Tomó aire para poder enfrentarlo.-¡Lo siento!, nunca debí venir, respondí en un tono seco.-ENTRA A LA CASA AHORA, ordenó. -Debo irme, Alfred, insistí.-NO ME HAGAS REPETIRLO, ELIZABETH, me dijo, apretó los ojos tratando de consolarme porque sé que no dejará que me v
-¡Yo soy quien toma las decisiones Elizabeth!.-Te equivocas, Alfred, tu puedes ser el rey aquí. Pero no puedes obligarme a que me quede, y yo elijo irme. -¡No permitiré que te vayas!.-Solo tiene dos opciones, o me dejas que me vaya o me matas. No estaré aquí en contra de mi voluntad. Le dije poniéndome firme, porque no pienso someterme.Un hermosa sonrisa se dibujo en su rostro, aún así no lo entiendo.-Eres tan hermosa Elizabeth.-¿Has escuchado lo que te dije?, le pregunté con el ceño fruncido, porque siento que se esta burlando de mí.-Escuche cada palabra. -¿Y que es lo que te hace gracia?-No hay un ser en la tierra que me haya hablado como tú y que aún conserve su cabeza, yo lo mire confundida.-Eso es por qué eres la Luna de esta manada.-Me iré Alfred, jamás podré ser lo que esperas.-¿Estas segura que es lo que quieres?, me preguntó, ¿acaso me dejará ir?, yo asentí.Hizo una pausa, camino por la habitación con las manos en los bolsillos y se quedó observando desde la venta
Pov ElizabethComenzamos a empacar nuestras cosas, mi tía y mi madre se han encargado de conseguir una casa en el centro de Irlanda, estamos a una hora de aquí y eso es bueno.Me había acostumbrado a tener a los hombres de Alfred custodiando mi puerta y no verlos se me hace muy extraño.Espero que alejarme pueda ayudar a calmar a este frágil corazón que agoniza desde que decidí dejarlo. Lamento no haber tomado esta decisión hace tiempo, quizás no me hubiese dolido tanto. Sabia desde un inicio que esta relación no podría ser posible, ni siquiera es humano como podría considerarlo.Subimos las cajas al camión de mudanza junto al chófer, Abril aún espera a Andrés, intentó distraerla para que deje de pensar en él, porque estoy segura que no sobrevivió.¡Maldita seas Alfred!, me enoja el simple echo de recordar sus palabras, no puedo creer que sea tan cruel.-Lo llame cientos de veces, y me da el contestador. Seguro que su jefe no lo deja venir, comentó ella.-Es muy probable.-Pero cuando
NarradorHabían pasado tres día que no sabía nada de Elizabeth, luchaba con su lobo para no salir corriendo detrás de ella, borro todo tipo de contacto, para no caer en tentación. Su parte racional le decía que era lo correcto, de esa manera la mantendría a salvo. Había muchas cosas que no podía contarle porque sabría que sería muy difícil para ella.En la penumbra de su habitación, sin nadie que pudiera atestiguar, el enorme lobo negro lloró. Sufría en silencio por quererla, eso era algo que no podia negar. Sé había enamorado de una humana, de su luna, pero estar con ella era difícil.Los humanos eran seres muy primitivos, como unos niños. La reacción de Elizabeth, quién sería la reina de la manada era poco racional, y él necesitaba que su compañera fuera fuerte, pero con ella todo era diferente. Elizabeth era como una delicada flor, y él era un hombre lobo, jamás podría ser la pareja que ambos esperan. Habia echo un gran esfuerzo para que ella lo aceptará, pero al fin y al cabo no l
NarradorElizabeth sabía que el día de hoy sería el atentado contra el presidente, eso la ponía muy nerviosa. Llamo a Greace para solicitar su ayuda, con el único fin de que no llegue a cumplir su misión. La loba estaba sorprendida por la llamada de ella, aún así, para mantenerla alejada de Alfred, accedió a ayudarla. Después de todo, era para poder ver hablar con la vampiresa, un hecho que no sería nada sencillo.Rapsody se encontraba en gran palacio donde Alfred acababa de mudarse, no podía arriesgarse a traerla, y sacar a la vampiresa era imposible. Le explicó el asunto a Elizabeth, la única opción era que ella viniera en persona, aunque Alfred lo descubriría.Le dijo que encontraría una solución y luego la llamaba. Elizabeth estaba desesperada, por qué nada había salido como esperaba y Greace se dirigiría hacia dónde esta el presidente.-Voy para allá, dijo sin pensar, eso molestó a Greace, busco cientos de excusas pero Elizabeth no desistió de su idea.-De acuerdo, dijo con can