Todavía siento dolor en el suelo, y me doy cuenta que la voz que escucho está en mi cabeza. Por un momento, pensé que estaba loca, pero luego recordé a mi mamá diciéndome que cuando pasara por la transformación, tu loba te hablaría en un enlace mental. “¿Cómo me estás hablando? Todavía no tengo dieciocho años", le pregunté a mi loba.

Ella tarareó de emoción. Como si hubiera estado esperando para decírmelo. "Estás emparejada, pero cuando él se fue, tus dolores comenzaron por su ausencia", ella me dijo. Me senté en el suelo sorprendida, pero antes de que pudiera hacer más preguntas, mis papas corrieron a mi lado.

"¡Paisley!", ambos gritaron con preocupación mientras se arrodillaban a mi lado. Mi madre me rodeó con sus brazos y mi padre estaba a punto de levantarme cuando el abrumador aroma a pino y ropa limpia consumió todos mis sentidos.

Miré a mi papá. "Espera", le dije, levantando mi mano para evitar que continuara. Cerré los ojos y respiré profundamente para seguir el olor. Cuando