Una vez mis labios se adhirieron a los de Zade, todo mi ser anhelaba por él. Nunca había sentido esto en mi vida, ni siquiera con Asher.

Se me escapó un gemido y Zade me abrazó, haciéndome sentir su hombría, y suavemente mordí su labio inferior. Cuando nos separamos, gemí nuevamente. Nos miramos a los ojos como si pudiéramos ver nuestras almas.

“Pais, creo que debemos parar. No quiero hacer algo de lo que te arrepientas”, suspiró Zade.

Levanté la mano para acariciar su mejilla. "Dime que no sientes nuestra atracción y me alejaré", declaré. Zade me miró fijamente, pero evitó la pregunta. "Así es, quiero esto", susurré.

Zade me levantó rápidamente, sin dudarlo, y envolví mis piernas alrededor de su torso mientras nos besábamos. Me llevó al sofá y me acostó despacio.

Zade se quitó la camisa, tirándola a un lado, y mis ojos fueron directamente a su torso, recorriendo cada músculo y tatuaje sobre su cuerpo bellamente esculpido. Extendí la mano, trazando los pliegues de su abdomen,