Mientras en la clínica, la Luna Suprema Isis aprieta a los cachorros contra su pecho, protegiéndolos instintivamente. Mat, aunque preocupado, se mantiene firme, dispuesto a proteger a su familia a toda costa invisible a su lado. Apoya una mano en la de su mitad y se inclina sobre ella y le dice.—Todo va a estar bien, mi Luna, Jacking tiene a todos los Androesfingues y Guinoesfingues allá afuera, más toda la manada. Somos fuertes juntos, mi Luna.—¿Lo crees, mi Lobo? Tengo miedo que le pase algo a Jacking sin ti.—Nada le pasará, y si siento que le va a suceder iré a ayudarlo, ahora mantén la calma para que los cachorros se tranquilicen, mira como se mueven. Colócalos en la cuna para poder tocarlos sin que me vean. Isis llama a la enfermera y le pide que coloque a los niños a su lado en la cama, sintiendo como Mat comienza a pasarles su mano, logrando que dejen de brillar asustados. Jacking, por su parte, siente un escalofrío recorrerle la espina dorsal. Sabe que debe actuar con rap
Con un último asentimiento, Helios se va con su manada, llevando a las mujeres y los cachorros a la cueva de los unicornios. A pesar de la amenaza que se avecina, Jacking se siente un poco más aliviado sabiendo que su manada estará a salvo. “Mat, mi lobo, vete con ellas para que los protejas.”“No Jacking, todo lo contrario, es aquí donde debo quedarme, no importa si me descubren. Acabaré con ellos de una vez por todas.”“Mat, no quiero que vuelvas a morir.”“Eso es inevitable, tengo la sospecha que está al cumplirse mi castigo.” “¿Lo crees?”“Sí, no sé explicarlo. Pero creo que Ra, quiere dejarme regresar.”“Ojalá mi lobo, está bien, quedate conmigo, pero o te separes de mi lado, ahora vamos.”Todos salen de la clínica, y en ese momento, Mat se hace visible. Al verlo, Isis se emociona y quiere bajar a abrazarlo, pero Yat no la deja. Mat se gira hacia ella por un instante, conectándose con ella a través del link mental.—Mi diosa madre Isis, soy vuestro hijo Horus —dice Mat. Su voz
La batalla se desata con una ferocidad desenfrenada. Los vampiros, aún sacudidos por el rugido aterrador, luchan con desesperación en medio del caos. El miedo los inunda, sus ojos brillan con terror mientras sus garras y colmillos buscan a tientas en la oscuridad. Entonces, la tierra bajo sus pies comienza a temblar. Es un temblor sutil al principio, pero rápidamente se intensifica hasta que la tierra se abre en una grieta profunda, liberando a Apofis del inframundo. La serpiente demoníaca emerge, su cuerpo oscuro y escamoso brillando a la luz de la luna. Anubis, el gran chacal, se lanza al cuello de Apofis con una ferocidad impresionante. Sus garras se cierran alrededor de la serpiente mientras Bennu y Amet luchan para regresarla al inframundo. En ese momento, Teka se eleva por encima de la batalla. Transformada en la Bruja Suprema, se convierte en una descomunal serpiente cobra. Su cuerpo se encoge y luego se expande, sus escamas brillan con un brillo sobrenatural mientras se la
Mat, ahora en el cuerpo del rey vampiro, lucha por mantener el control. El rey vampiro se resiste con todas sus fuerzas, pero Mat es más fuerte. Ha adquirido toda la sabiduría de los Alfas Supremos y, con ella, somete al vampiro.Explora las memorias del rey vampiro y encuentra la ubicación de un castillo oculto. Al llegar, es recibido por los pocos vampiros que quedaron después de la batalla.—Señor, ¿qué pasó? ¿Pudo beber del cachorro del Alfa Supremo?— pregunta uno de ellos, su rostro lleno de preocupación.—¡Todo fue un engaño de Seth! ¡Nos llevó allí para ser exterminados!— responde Mat, su voz llena de furia y desesperación.—¿En serio? ¿Qué hacemos ahora, señor?— pregunta otro vampiro, el miedo evidente en su voz.—Déjame descansar y luego veré qué hacemos. Por el momento, cuenta cuántos hemos quedado, y si regresa alguno,— ordena Mat, sintiendo el agotamiento apoderarse de él.Los vampiros asienten, pero no están convencidos, se quedan observando al rey vampiro. Mat, en su in
Mat observa cómo Elmira se aleja, mirando hacia atrás de vez en cuando. Sabe que tiene que hacer algo, pronto, pero primero debe esperar que caiga la noche, por lo que se mete en el sarcófago del rey vampiro pensando que es el mejor lugar. Cuando se despierta ya es noche cerrada. Se concentra y se conecta con Jacking, busca en las memorias del Alfa Supremo para aprender cómo ocultar su franja dorada y su olor. Sin embargo, siente a su humano, muy débil y se asusta. Se teletransporta para ver qué le pasa.Jacking convertido en humano está muy demacrado y envejecido. Mat lo observa incrédulo, parece que alguien los ha avanzado en el tiempo y a su humano se le reflejan los años por estar sin él. Mat se hace invisible y comienza a transmitirle energía vital, hasta que ve que Jacking se recupera un poco. Se conecta con él nuevamente, guiándolo al despacho y haciéndolo abrir los libros sagrados de los Alfas Supremos. Juntos, encuentran la manera de desaparecer su franja dorada y su olor.
La vida en la manada transcurre con una tranquilidad engañosa. Los cachorros, ahora jóvenes en la flor de la vida, asisten a la escuela y se mezclan con los de otras manadas. Pero entre ellos, Horus se destaca. A pesar de ser la reencarnación de un dios, su potencial permanece en gran medida sin realizarse. Su padre lobo, el vínculo crucial para liberar su verdadera fuerza, sigue siendo una presencia distante en su vida.Esto no ha pasado desapercibido para los demás. Como hijo del Alfa Supremo, Horus es un objetivo constante. Es retado, provocado y atacado por los lobos de las otras manadas que ven en él tanto una amenaza como una oportunidad. Con cada reto, cada ataque, se espera que Horus demuestre su valía, que muestre la fuerza de un dios que se dice lleva dentro.Pero a pesar de las dificultades, Horus se mantiene firme. Sabe que su camino es más difícil que el de la mayoría, pero también sabe que tiene un destino que cumplir. Con cada desafío, con cada prueba, se esfuerza por a
Horus corrió hacia su padre, encontrándolo sentado en la colina de la luna, su mirada perdida en la lejanía con una expresión de tristeza y nostalgia.—Papá, ya comí. Estoy listo —dijo Horus, intentando inyectar algo de energía en su voz. Jacking le sonrió débilmente. Había escuchado la conversación que sostuvieron su Luna y su hijo y le complacía que Horus estuviera dispuesto a hacerlo, pero debía hacer que él confiara en él como lo que era, su padre. Por lo que rodandose de donde estaba, le pidió con una sonrisa.—Hijo, siéntate aquí a mi lado un poco. —Horus al momento lo hizo, le encantaba sentarse en lo alto de la colina de la Luna con su padre. —¿Confías en tu padre, Horus?—¡Por supuesto que sí, papá! ¡Confío en ti ciegamente! —exclamó Horus sin dudar. Jacking asintió complacido al escuchar la respuesta sincera de su hijo mayor. Luego le pasó un brazo por los hombros en lo que le pedía.—Entonces no me ocultes lo que te está pasando en la escuela. Soy tu padre Horus, es conm
Jacking asintió con aprobación. Miraba a su hijo convertido en todo su esplendor en el dios Horus con todos sus atributos y su corazón latía emocionado.—Acepta su lealtad, hijo. —Siguió dirigiendo a su hijo que se veía que no sabía que debía hacer. Horus parecía incierto. —¿Cómo, mi Alfa?—Solo di que los aceptas y protegerás siempre. Horus respiró hondo, y luego anunció con una voz que resonó con el eco de la antigua divinidad: —Yo, Horus, acepto su lealtad y juro protegerlos siempre.Al instante, todos los ojos marcados en las frentes de los Androesfinges y Guinoesfinges desaparecieron. La transformación fue tan súbita que Horus no pudo evitar sorprenderse.—¿Qué pasó, papá? Digo, mi Alfa —preguntó Horus , volviendo a su forma humana. Jacking sonrió y con paciencia le explicó. —Hijo, yo les había puesto el ojo de Horus para controlarlas, porque Anubis, por petición de Thot, les había puesto un conjuro que yo no podía romper. Pero el verdadero Horus sí, y lo has hecho.Las cria