Cielle se despertó sobresaltado, se sentó en la cama mirando a todos lados desesperado. Notó que estaba dentro de la habitación, aunque no recordaba en qué momento había llegado a ella. Lo último que recordaba era ir en el auto con Osiris, luego nada más. Miró por la ventana y notó el sol alto en el cielo, quizás era más del mediodía. Se levantó de la cama y abrió la puerta de la habitación, fue entonces que Micah regresaba a la suya y se encontró con el abogado. —Ya despertaste —se acercó el pelirrubio y le dio un abrazo —. ¿Cómo te encuentras? —Bien —respondió extrañado —. ¿Pasa algo? —No, nada —negó con rapidez —, te desmayaste. —¿En serio? ¿Recordé algo? —¿Qué? —Que si recordé algo, suelo desmayarme cuando eso pasa. —No —se apresuró en responder. —Tengo que ir al juzgado —comentó el abogado —. Debo llevar la solicitud de habeas corpus de Idan. —Yo te llevaré. Llegaron al juzgado, Cielle se presentó ante el juez con la solicitud escrita de habeas corpus y se la en
Idan besaba efusivamente los labios del abogado. Sus manos se habían perdido por debajo de su ropa mientras le daba leves caricias, que lo hacían suspirar sobre sus labios. Idan recostó delicadamente a Cielle sobre la cama y comenzó a abrir los botones de la camisa. Contempló después de mucho tiempo la piel ligeramente bronceada del expuesto abdomen del abogado. Llevó sus labios y besó lentamente por sobre su pecho, succionó su pezón y tiró suavemente de él con sus dientes, haciendo al contrario largar un placentero quejido. Miró por unos segundos el pequeño tatuaje sobre las costillas de Cielle, y lamió a lo largo aquella frase escrita con tinta. Regresó sobre sus labios para besarlo mientras abría con agilidad el botón de su pantalón, coló su mano dentro de la ropa interior del mismo para comenzar a dar suaves caricias sobre su intimidad. Cielle gimió por lo bajo y mordió su labio inferior. —Sé como te gusta esto —pronunció Idan observándolo —. Y no sabes lo mucho que eso me e
No sabía en qué momento había caído en la inconsciencia, pero cuando Cielle abrió los ojos se encontraban ambos sumidos en la profunda oscuridad de la habitación. Se removió tratando de incorporarse en la cama, entonces notó que Idan estaba abrazándolo con mucha fuerza. Sus brazos lo rodeaban manteniéndolo cerca y las piernas de ambos estaban entrelazadas. Se removió ligeramente, soltándose de aquel agarre sin querer despertar al castaño. Cuando lo logró se colocó su ropa interior y su camisa. Antes de salir de la habitación verificó la herida de Idan y suspiró aliviado, viendo que no había comenzado a sangrar. Tomó su teléfono del bolsillo de su pantalón notando que eran poco más de las cuatro de la mañana. Bajó las escaleras a la planta baja y caminó hasta la cocina encendiendo la luz. Abrió la nevera y sacó de ella un poco de agua para servirse y sentarse en uno de los bancos frente al mesón. Miraba fijamente el vaso, viendo el reflejo de la luz en el agua y mientras, pensaba
Iban en el auto de Osiris. Micah en el asiento del copiloto, Cielle e Idan detrás. Movía el abogado nerviosamente su pie contra el suelo, jugaba con sus manos sobre su regazo y era incapaz de mirar la cara a su acompañante. «¿Y si lo defraudo?»Aquella pregunta inundaba su mente, sin dejarlo pensar en nada más. Tenía miedo de no ser capaz, de defraudar la confianza que Idan tenía en él. Se veía tan calmado el criminal, como si no estuviera a una hora de ser juzgado, como si su vida no dependiera de ello. Idan sería condenado a muerte si eran probados todos sus delitos, solamente los asesinatos cargados a su cuenta por culpa del narcotráfico, serían suficientes para mandarlo a la silla eléctrica. Y si se probaba que era hijo de Leonardo Lombardi, uno de los líderes de la 'Ndrangheta, entonces estaban perdidos sin lugar a dudas. Quería llorar, sus ojos picaban. Lo detestaba tanto y sin embargo, en los últimos años era lo único que había hecho. Era débil, se sentía débil y actuaba com
En aquel momento parecía que todo transcurría en cámara lenta. El auto pasó a una velocidad demasiado rápida como para que Cielle pudiera siquiera notarlo a tiempo. El grito de Idan resonó y el abogado lo miró por unos instantes, por breves segundos sus ojos conectaron, entonces se escuchó el sonido del impacto. El cuerpo del abogado chocó contra el parabrisas y rodó por encima del auto para caer en la calle. Todos los que presenciaron ese instante se quedaron atónitos. Micah, siendo el que más cerca se encontraba, junto al auto, fue capaz de escuchar el sonido de los huesos rompiéndose al caer al suelo y ahogó un grito para cubrirse la boca con las manos, horrorizado. El auto se dio a la fuga, las personas que transitaban por la calle corrieron todas en esa dirección, poco después se vio el área rodeada de una gran muchedumbre, varias personas llamando a la policía y a una ambulancia. Los pies de Idan no se movían, parecían estar pegados sobre el concreto de la acera, tampoco res
Las primeras veinticuatro horas serían cruciales para Cielle, estaba inconsciente pero luchaba por su vida como todo un guerrero. Micah y Osiris se habían quedado con él, sin embargo cuando Selene llegó al hospital les dijo que los reemplazaría, para que fueran a casa a descansar y comer. La abogada se había enterado por las noticias del accidente de su amigo, así que había ido sin perder tiempo al hospital. La joven lloraba mientas Micah le explicaba lo que había sucedido. —¿A dónde crees que vaya Idan? —preguntó Micah a Osiris mientras este conducía a su casa. —No lo sé pero me preocupa, está totalmente desesperado y así no se piensa bien. —Espero que no se meta en líos, acaba de ganar el juicio y ha sido un milagro. —Que va —negó el asesino —, yo no creo en los milagros. Algo pasó esta mañana en el tribunal, los testigos cambiaron su declaración y las pruebas desparecieron. —¿Los habrá sobornado?—No lo sé....Idan caminaba con rapidez adentrándose en aquel alejado y solitar
El médico les permitió darle una visita rápida a Cielle, pues tendría que someterse a un gran número de exámenes luego de despertar. Micah y Osiris entraron en la habitación, no sin antes avisarle a Selene que finalmente había despertado. —¿Cómo te sientes? —preguntó Micah con una sonrisa de labios. —Sovsem zaputalsya. (Completamente confundido) —respondió haciendo una mueca de dolor. —Está hablando ruso. —Micah abrió los ojos sorprendido. —Oh no, se restableció de fábrica —comentó Osiris negando —. Quizás si volvemos a golpearlo en la cabeza recuerde como hablar nuestro idioma. —Dime que estás bromeando —pidió Micah, pero al ver a Osiris buscado en la habitación algún objeto contundente lo reprendió —. ¡No puedo creer que lo digas en serio! —¿Por qué no? —se encogió de hombros. —Debemos decirle al doctor. —Cállense de una vez —pidió Cielle y ambos voltearon rápido a verlo —. No olvidé como hablar, pero mi cabeza me está matando y ustedes estorban. —¿Nos recuerdas?
Los días transcurrieron fugaces, después de innumerables terapias Cielle había recuperado la movilidad de las piernas y sus citas con el psiquiatra había dado frutos, la cuestión era... ¿Qué tipo de frutos? Durante aquel período de semanas no permitió que nadie más lo visitara, siendo así que Idan se veía en la obligación de mantenerse alejado, cosa que aceptó sin muchas quejas. Él quería darle tiempo suficiente a Cielle para sanar todo el dolor que debía estar experimentando en aquellos momentos, sin embargo, no podía negar que se preocupaba bastante luego de las primeras palabras que escuchó salir de los labios de Cielle después de que este despertara. Quizás estaba paranoico pero cuando vio aquella mirada y la manera en la que se expresó, sintió que lidiaba con una persona totalmente diferente y eso le causó un terrible temor. Dado a que Idan pagaba los gastos del hospital, le fue avisado con antelación el día en que sería dado de alta el abogado, así que no dudó en ir a buscarl