Nigel Valverde.
Nos despertamos temprano para desayunar antes de irnos y prepararme un poco, debíamos evitar llamar la atención por qué iríamos al centro de Asunción y es una zona bastante concurrida. Giselle pidió un taxi y cuando llegó tuve que salir corriendo para que nadie me viera.
Llegamos a la radio y habían muchísimas personas afuera y algunos dentro de la radio, que también será parte del programa televisivo con el mismo nombre de la radio.
¿Cómo es que la gente supo que estaría aquí? ni yo lo sabia.
La entrevista resultó muy divertida, habían preguntado de los premios que había ganado, del gran tema que compusimos Jasper y yo en ruso e inglés, si pronto lanzaría otro disco y sí actualmente estaba viviendo en Asunción. Todas las preguntas ya la había practicado con Giselle y
Lauren Santander.El día se me pasó como un caracol, súper lento. Fui a la Generala para ayudar un poco y ver si el día podía avanzar un poco más pero fue en vano.A las seis de la tarde fui a casa para alistarme. Estuve parada casi una hora frente al armario decidiendo que ponerme, al final opté por una falda verde, una blusa holgada roja y unas vans negras.A las ocho ya estaba parada frente a la puerta de la casa de Nigel, dudando si debería tocar o no; al final me armé de valor y presioné el timbre. Me quedé admirando el lugar, era hermoso y uno de los hoteles más lujosos de la ciudad no entendía como podía permitirse vivir en un lugar así. Desde no luego no lo paga con lo que le damos en INFERNUM.Unos minutos después la puerta se abrió dejándome ver a un sonriente y sexy Nigel.—Hola belleza— saludó— entra que no muerdo.—Gracias— respondí y le di un beso en la mejilla.—¿Quieres tomar agua, vino, refresco?—
Lauren Santander.De un momento al otro comenzamos a besarnos, con fuerza y determinación. Parecemos tan hambrientos... Hambrientos por probarnos el uno al otro. Nuestras lenguas comenzaron una batalla y al parecer ninguno de los dos estaba dispuesto a perder.En un rápido movimiento estaba a horcajadas sobre Nigel, sus grandes manos agarraron mis piernas, y empezaron a deslizarse por mis muslos hasta llegar a mi culo. Se me escapó un ligero gemido el cual provocó un gruñido de su parte.Me deseaba y yo lo deseaba. Era algo que ambos queríamos.Sin esperar más me separé de sus deliciosos labios para así poder quitarle su remera. Intenté hacer lo mismo con mi blusa, pero él me detiene abruptamente.Lo miré confundida— ¿Se estará arrepintiendo.?— pensé.—¿Estás segura belleza?— preguntó.—Lo estoy, estoy segura Nigel— respondí.Tira de mi cuello y empieza a besarme con mucha más fuerza. Después él mismo se en
Nigel Valverde.Entramos a la cabaña; había una enorme sala de estar, la cual estaba conectada a una cocina igual de grande, un comedor mediano. Había una escalera que llevaba en la parte de arriba que contaba con una habitación hermosa, vestidor y un baño lleno de velas y pétalos de rosas.—Belleza, ¿quieres dar un paseo?—¡Sí! —grito dando pequeños saltos causando en mi una sonrisa.Verla así de feliz me da mil años de vida.El tiempo que estuvimos paseando fue maravilloso, Lauren estaba encantada con todo lo que veía, no dejamos de besarnos en ningún momento tampoco nos hemos soltado de la mamo.Un poco antes del mediodía regresamos a la cabaña para ducharnos y comer algo.—Gracias por hacer esto por mí —dice con una sonrisa hermosa en sus l
Lauren Santander.Sentí unas caricias por mi espalda y abrí los ojos. Ya era de noche y no tenía muy claro si estaba soñando o no. Un suspiro hizo que volviera a la realidad. Nigel se encontraba debajo de mí completamente desnudo, acariciaba mi espalda también desnuda. Sólo podía sonreír y detener el tiempo.—Hola. —susurró con dulzura. —¿Cómo estás?. —preguntó mirándome a los ojos.—Feliz. —respondí con simpleza. —Aunque con un poco de frío, ya está anocheciendo y olvidamos prender la chimenea. —hablé mientras me arropaba con las sábanas.—Tienes razón. —afirmó. —Te propongo algo. Mientras te das una ducha de agua caliente yo encender la chimenea así cuando salgas toda la habitación estará calentita.—Uhm, me parece bien pero solo aceptaré si te bañas conmigo. —respondí mirándolo seductoramente.—Gatita traviesa. —río y asintió con la cabeza para luego morder mi labio inferior.Luego de eso, me dirigí al baño, prendí las velas que ya se enc
Lauren Santander.Los días siguientes no pude ver a Nigel, él estaba muy ocupado con cosas relacionadas a su mejor amigo. Solamente podíamos vernos cuando salía de trabajar o si venía un rato a infernum y “me ayudaba” a mover unas cajas de botellas del depósito. No he querido volver a dormir con él hasta que no le contará a mis padres todo, aún seguían preguntando cosas y todavía no encuentro el momento correcto para hablar con ellos.—Hoy estuviste increíble, como siempre. —dije a Nigel cuando terminó de cantar.—Gracias, preciosa. —respondió guiñándome el ojo.—He estado pensando en algo…—Dime. —habló interrumpiéndome.—Hablaré con Nadia para que ponga seguridad los días que cantes aquí. —comenté en tono serio.
Nigel Valverde.Después de la actuación en infernum, Lauren y yo nos fuimos caminando hasta mi casa. Cuando llegamos a la puerta comenzamos a besarnos apasionadamente. En el ascensor mis manos no soltaban el culo de Lauren, mientras ella besaba mi cuello; abrí la puerta de casa pensando que estaríamos solo pero había más personas que interrumpieron nuestro momento.Giselle comenzó a toser y Jasper a reírse, del susto nos separamos con rapidez.—¿Qué no iban a cenar fuera?. —pregunté incómodo y algo apenado.—Elle recién terminó de trabajar y se nos olvidó hacer la reservación a tiempo, así que decidimos quedarnos a preparar un sándwich, ¿Quieren?. —respondió Jasper sonriendo con picardía.—No. —respondí y me giré hacia Lauren. —Mejor vamos a mi cuarto mejor, ¿sí?. —hablé intentando escapar rápidamente de allí.Mientras nos dirigimos a mi habitación observé a Giselle, quién me lanzó una mirada de “Habla con ella ya o lo haré yo”, solo as
Nigel Valverde.Cuando llegamos a Los Ángeles, mis padres fueron a recogernos en el aeropuerto. Nos habían preparado una fiesta de bienvenida en la casa que todos pensaban que yo vivía, con varios amigos del mundo de la música, así que tuve que cambiarme para así evitar que alguien pudiera reconocerme. Cuando estábamos afuera Jasper y yo no éramos amigos, mis padres no eran mis padres ni siquiera Giselle era algo mío.—¡Hey guapo!, tiempo si verte. —escuché que una voz familiar hablaba detrás de mí.Al girarme me encontré con Natasha O’Brien sonriendo ampliamente.—Hola Sasha, ¿Qué haces aquí?. Digo pensaba que estabas en Nueva York. —hablé y nos dimos un abrazo. Su aroma seguía tan exquisito como siempre, llevaba el perfume que le había regalado.—Sí estaba, recib&iacu
Nigel Valverde.Después de la actuación en infernum, Lauren y yo nos fuimos caminando hasta mi casa. Cuando llegamos a la puerta comenzamos a besarnos apasionadamente. En el ascensor mis manos no soltaban el culo de Lauren, mientras ella besaba mi cuello; abrí la puerta de casa pensando que estaríamos solo pero había más personas que interrumpieron nuestro momento.Giselle comenzó a toser y Jasper a reírse, del susto nos separamos con rapidez.—¿Qué no iban a cenar fuera?. —pregunté incómodo y algo apenado.—Elle recién terminó de trabajar y se nos olvidó hacer la reservación a tiempo, así que decidimos quedarnos a preparar un sándwich, ¿Quieren?. —respondió Jasper sonriendo con picardía.—No. —respondí y me giré hacia Lauren. —Mejor vamos a mi cuar