Lauren Santander.
Los días siguientes no pude ver a Nigel, él estaba muy ocupado con cosas relacionadas a su mejor amigo. Solamente podíamos vernos cuando salía de trabajar o si venía un rato a infernum y “me ayudaba” a mover unas cajas de botellas del depósito. No he querido volver a dormir con él hasta que no le contará a mis padres todo, aún seguían preguntando cosas y todavía no encuentro el momento correcto para hablar con ellos.
—Hoy estuviste increíble, como siempre. —dije a Nigel cuando terminó de cantar.
—Gracias, preciosa. —respondió guiñándome el ojo.
—He estado pensando en algo…
—Dime. —habló interrumpiéndome.
—Hablaré con Nadia para que ponga seguridad los días que cantes aquí. —comenté en tono serio.
Nigel Valverde.Después de la actuación en infernum, Lauren y yo nos fuimos caminando hasta mi casa. Cuando llegamos a la puerta comenzamos a besarnos apasionadamente. En el ascensor mis manos no soltaban el culo de Lauren, mientras ella besaba mi cuello; abrí la puerta de casa pensando que estaríamos solo pero había más personas que interrumpieron nuestro momento.Giselle comenzó a toser y Jasper a reírse, del susto nos separamos con rapidez.—¿Qué no iban a cenar fuera?. —pregunté incómodo y algo apenado.—Elle recién terminó de trabajar y se nos olvidó hacer la reservación a tiempo, así que decidimos quedarnos a preparar un sándwich, ¿Quieren?. —respondió Jasper sonriendo con picardía.—No. —respondí y me giré hacia Lauren. —Mejor vamos a mi cuarto mejor, ¿sí?. —hablé intentando escapar rápidamente de allí.Mientras nos dirigimos a mi habitación observé a Giselle, quién me lanzó una mirada de “Habla con ella ya o lo haré yo”, solo as
Nigel Valverde.Cuando llegamos a Los Ángeles, mis padres fueron a recogernos en el aeropuerto. Nos habían preparado una fiesta de bienvenida en la casa que todos pensaban que yo vivía, con varios amigos del mundo de la música, así que tuve que cambiarme para así evitar que alguien pudiera reconocerme. Cuando estábamos afuera Jasper y yo no éramos amigos, mis padres no eran mis padres ni siquiera Giselle era algo mío.—¡Hey guapo!, tiempo si verte. —escuché que una voz familiar hablaba detrás de mí.Al girarme me encontré con Natasha O’Brien sonriendo ampliamente.—Hola Sasha, ¿Qué haces aquí?. Digo pensaba que estabas en Nueva York. —hablé y nos dimos un abrazo. Su aroma seguía tan exquisito como siempre, llevaba el perfume que le había regalado.—Sí estaba, recib&iacu
Nigel Valverde.Después de la actuación en infernum, Lauren y yo nos fuimos caminando hasta mi casa. Cuando llegamos a la puerta comenzamos a besarnos apasionadamente. En el ascensor mis manos no soltaban el culo de Lauren, mientras ella besaba mi cuello; abrí la puerta de casa pensando que estaríamos solo pero había más personas que interrumpieron nuestro momento.Giselle comenzó a toser y Jasper a reírse, del susto nos separamos con rapidez.—¿Qué no iban a cenar fuera?. —pregunté incómodo y algo apenado.—Elle recién terminó de trabajar y se nos olvidó hacer la reservación a tiempo, así que decidimos quedarnos a preparar un sándwich, ¿Quieren?. —respondió Jasper sonriendo con picardía.—No. —respondí y me giré hacia Lauren. —Mejor vamos a mi cuar
Valverde.Abrí mis ojos y tenía a Lauren desnuda sobre mí pecho con una de sus piernas entre las mías, los rayos del sol entrando por la ventana y dando en su espalda. Esto sin duda era una definición de la palabra felicidad. La había extrañado tanto que me parecía un sueño el tenerla así conmigo ahora. Acaricié su espalda. Era extremadamente suave y tenía algunos lunares en los que me podría perder contándolos.Noté como Lauren despertaba porque sentí una sonrisa dibujándose en su rostro. Se incorporó un poco y me miró a los ojos, a lo que solo pude sonreír, ella me besó.—Te quiero. —fue lo único que salió de mis labios entre besos.—Yo también te quiero. —contestó uniendo su frente con la mía.Estuvimos toda la mañana así, besándonos, solo paramos para ir a la ducha y luego volvimos a hacer el amor.Unas horas más tarde, ambos teníamos demasiado hambre por lo que nos obligó a salir de la cama, pedimos pizza ya que no teníamos ganas
Nigel Valverde.—Sin dudas esta es mi canción favorita del nuevo disco. —dice Jasper.—¿Por qué?. —pregunté curioso, aunque ya intuía la respuesta.—La letra y el ritmo es puro fuego, sinceramente me hace pensar en las veces que he tenido a Giselle desnuda para mí. —lo miré sin poder creer lo que decía.—¡Jasper!, no hables así de ella, es como mi hermana pequeña. —lo regañé molesto pero él comenzó a reír.—¡Pero si tú preguntaste hermano!. —contestó en medio de la risa.—Bien, por otro lado ya tengo suficientes canciones para el disco, tal vez meta dos más y ya tendría todo listo. —murmuré revisando la lista de canciones.—Exacto, ¿y la de Natasha?. —preguntó mirándome fijamente.
Nigel Valverde.El sábado desperté con Lauren y Giselle saltando en mi cama cantando feliz cumpleaños junto a Jasper quién tenía un pastel en la mano. Prepararon un desayuno delicioso, luego me hicieron soplar las velas y pedir un deseo. Tener a estas tres personas conmigo, celebrando mi cumpleaños me hacia la persona más feliz del universo. Lauren había quedado a dormir la noche anterior, así que despertarme y encontrarla en mi casa era el mejor de mis regalos.—Feliz cumpleaños bellezo. —susurró en mi oído mientras me abrazaba, cuando finalmente pudimos quedar solos. —tengo algo para ti, pero te la daré esta noche después de cenar, aunque, ¿hay algo en concreto que quieras?. —preguntó mirándome fijamente.—Mmmm. —pensé un momento. —ya lo tengo, a ti, quiero que seas mi regalo.—Ver&
Nigel Valverde.Nos despertamos por unos golpes en la puerta. Lauren había contratado que nos trajeran el desayuno a la habitación porque ya intuía que la noche sería larga y agotadora. Se levantó, se puso una bata que había colgado y abrió la puerta.—Espero que tengas mucha hambre. —dijo mientras cerraba la puerta.—La verdad es que estoy muy hambriento. —aseguré con una sonrisa.—Necesitas recobrar fuerzas amor, ayer gastaste mucha energía y aún nos quedan muchas cosas por hacer hoy. —afirmó cogiendo un vaso para servirse el jugo de naranja.—Espero que el plan sea quedarnos en esta habitación y no salir hasta que nos saquen con una grúa. —hablé en tono juguetón.—Cariño, no necesito nada más que no seas tú, y ya con lo de anoche me siento satisfecha. —mur
Lauren Santander.Las lágrimas caían como cascadas de mis ojos y no tenía muy claro a dónde iba. Empecé a caminar sin rumbo fijo. Por mi cabeza pasaban imágenes de Nigel, sus besos, sus caricias, sus te quiero.<<¿Quién es realmente Nigel Valverde? ¿De quién me he enamorado.?>> —me preguntaba una y otra vez, nunca obtuve una respuesta.No puedo confiar en una persona que no ha sido del todo sincero conmigo. Si la relación que tuvo con Natasha O’Brien había terminado hace tiempo, ¿por qué se habían vuelto a ver? ¿Por qué Nigel no me había contado nada? ¿Por qué no confía en mí?, tantas preguntas y ninguna sin respuestas.El pecho me dolía y el aire empezaba a faltarme debido a las lágrimas y el caminar rápido. Al cabo de unas horas, me senté en un banco exhausta. Me dolía todo el cuerpo y no sabía dónde estaba, había estado dándole vueltas a todos los detalles de mi relación con Nigel y no me había dado cuenta ni donde estaba yendo ni que ya es