Lynda SkaroskyMe miré al espejo, dándome los últimos toques de maquillaje en mi rostro, no podía evitar sentirme nerviosa, por más intentos de controlarme, era imposible hacerlo; me habría gustado no estar en ese momento allí, mas no tuve ninguna otra alternativa, sino aceptar el pedido de mi tío Salvatore, príncipe regente de Balaica, quien tomó la decisión de presentarme al pueblo, y reconocerme como la única hija y heredera de la princesa Margareth, quien renunció al trono tras enamorarse de Jonás, mi padre, el hombre que más daño me ha hecho en la vida.Era increíble como mi vida había cambiado en los últimos años, primero pasé por un largo proceso de sanación de las terribles heridas provocadas por el espantoso accidente que casi me cuesta la vida. Duré meses en coma, siendo atendida por mi tío Leo y un grupo de personal médico especializado, que fueron traídos de diversas partes del mundo para tratarme especialmente.De mi accidente, solo sabía lo que me habían contado, porque
Lynda SkaroskyLas palabras de mi tío hicieron eco en mi interior, causándome un poco de malestar, no podía entender cómo aún podían existir esas leyes tan injustas.—Tío, me pregunto ¿Cómo eres príncipe regente, si aún no estás casado? —interrogué aunque sospechaba ya su respuesta, me hice la que desconocía el tema, aunque por su forma de mirarme sabe que estoy fingiendo desconocimiento, sin embargo, me mantuve firme para no darme por aludida.—Porque —tuvo la decencia de sentirse un poco avergonzado—. Soy hombre y esa ley aplica solamente para las mujeres, si nosotros somos solteros no tenemos ese inconveniente, en cambio, la mujer debe casarse antes o en un lapso de seis meses luego de tomar posesión, su esposo debe pertenecer a la nobleza, si no lo hace en ese lapso, debe nombrarse un regente hasta que la condición que impide su ascenso al trono, deje de existir.Mientras lo escuchaba, no podía dejar de mover la cabeza con incredulidad.—¿Qué han hecho tú o mi abuelo para cambiar
Christian Goldman La emoción en mi pecho era indescriptible, el corazón me latía como si quisiera salirse, la respiración se me aceleró, debí pellizcarme varias veces en las palmas de las manos, clavando mis uñas para comprobar que nada era un sueño, y aún haciendo eso la duda se mantenía en mi interior, porque tenía tanto tiempo de no saber que era la felicidad que me parecía increíble ahora que veía a Lynda, mi esposa.—Abby, di que no estoy equivocado, ¿Verdad que se trata de mi esposa? —vi el rostro de mi hermana bañado en lágrimas mientras asentía de forma seguida.—Es ella hermano, es nuestra Lynda y ¡Está viva! —exclamó feliz, los dos nos abrazamos, ambos sentíamos que la vida nos estaba dando un hermoso regalo, después de todo, ella era hermana de Abby por parte de padre y siempre estuvieron muy unidad.—Tengo que ir a verla, debo hablar con ella, pedirle perdón, retomar la vida Abby, tengo que volver a vivir para recuperar su amor —. Estaba tan feliz que por ni un solo momen
Christian Goldman Después de exactamente tres horas nos estábamos bajando del avión, mi hermana, mi sobrino y yo, mientras esperábamos el equipaje, el pequeño Cris se sostuvo de nosotros, levantando sus piecitos, cualquiera que no nos conociera, podía pensar que éramos una familia, la cabeza de mi sobrino estaba cubierta con un gorro por lo cual no eran visibles el color de sus cabellos.—Papi, po favo levántame —me dijo. Ante sus palabras mi hermana y yo nos miramos sorprendidos, porque con anterioridad no me había dicho así. No lo refuté, lo levanté y él me explicó en un susurro.—Yo te dile así hasta que tenga mi papá ¿Puedo? —pronuncio mi sobrino, quién a pesar de tener un poco menos de tres años hablaba muy claro, solo le constaba pronunciar las r.—Está bien, no hay problema, puedes llamarme como desees —respondí mientras besaba su frente de manera cariñosa.Seguimos caminando, el niño tomó a mi hermana del brazo y empezó a darle besos, mientras se mantenía cargado por mí. Los
Christian GoldmanMe bajé y observé al oficial, lo recorrí de pies a cabeza y me quedé viendo su placa. —Oficial Marconi, no entiendo cuáles son sus razones para bajarme del auto, no soy el conductor, cargaba mi cinturón de seguridad ¿Me puede decir que lo induce a querer hacerme pasar por este mal momento?Por varios segundos el agente policial se concentró en su libreta, sin prestar atención a mis palabras, me estaba ignorando por completo, sé cuál era su intención y mis amigos y hermana al parecer también lo supieron porque se bajaron a un lado mío, e incluso Isaac, tomó su celular y empezó a grabar lo sucedido.Realmente no sé el tiempo exacto en que tuvimos allí, solo sé que mi amigo empezó a compartir en las redes sociales lo que estaba sucediendo y la gente se fue aglomerando alrededor de nosotros, momento que aproveché para volverle a preguntar.—¿Me dirá las razones por las cuales soy objeto de detención por su parte? Tiene una de dos alternativas, ¿Me dice que normas infrin
Lynda SkaroskyEsperé pacientemente que el hombre dirigiera su atención a mí, cuando levantó su cabeza, como la noche estaba demasiado oscura, no pude visualizar su rostro, sin embargo, su voz parecía desgarrada como si estuviera sintiendo un profundo dolor.—¿Ayúdarme? Nadie puede ayudarme… mi castigo, será que tendré que cargar por siempre con el peso de mi conciencia —pronunció con voz quebrada.—¿Qué es eso tan malo que hizo en su vida, cuyo peso lo atormenta? —interrogué con voz fañosa, porque tenía la garganta irritada.—Le hice daño sin querer a la mujer que amaba, la lastimé, la herí profundamente y no hay nada que pueda hacer para evitarle ese sufrimiento, quizás por eso ahora nada pueda remediar la mía.Me quedé por un momento en silencio, procesando sus palabras, a la par de que múltiples preguntas se agolpaban en mi mente, me pareció poco conveniente hacerlas, pese a ello, no sé por qué me causaba tanta inquietud percibir el desespero en su voz, por eso traté de calmar su
Lynda SkaroskyLas palabras de mi tío causaron demasiadas emociones en mí, sin embargo, no tenía idea de las razones, solo creó en mí una gran expectativa, como si sospechara que lo que iba a decirme era de gran importancia para mí, no obstante, mi tío Leonard no se animaba a confesarme la verdad, al parecer las amenazas de mi tío Salvatore habían tenido efecto en él.—Tío, por favor, dime ¿Qué pasó el día de mi accidente? ¿Qué ocurrió luego= —volví a preguntar con ansiedad, deseando en mi interior, que se decidiera a contarme la verdad de una vez por todas.—El caso es que… —comenzó a decir, sin embargo, fue interrumpido por la aparición de mi abuelo, quien al parecer tenía varios minutos escuchando la conversación entre nosotros.—Te ordenó mantener la boca cerrada Leonard, si hablas se considerará alta traición a la corona y tendrás que sufrir las consecuencias —. Ante sus palabras, mi tío inclinó ligeramente el cuerpo, con una expresión de dolor.—Yo no quiero seguir perteneciendo
Christian GoldmanDesde que dejé la playa no pude evitar percibir ese sentimiento de abandono en mi interior, era como si con cada paso dejaba algo detrás de mí; la brisa de la noche sopló con fuerza, haciendo que el frío se me colara en lo más profundo de mi ser, lo sentí en mis tuétanos, miré al cielo y la luna que estuvo cubierta hasta hace solo unos momentos, apareció brillando en todo su esplendor, observé las estrellas, vi una fugaz y pedí un deseo.—Poder ser feliz con Lynda —pronuncié en voz alta.Quizás era un iluso, o pensaba que no había ninguna falta que el verdadero amor no pudiera perdonar, mas tenía la sensación de que podía estar con ella, lograr mi felicidad y sobre todo hacerla feliz porque Lynda se lo merecía, porque desde pequeña vivió rodeada de la tragedia y maldad y yo en vez de ser luz en su vida, terminé convirtiéndome en oscuridad, por eso quería llegar a ella, explicarle y pedirle que me dejara demostrarle mi amor.Últimamente, estoy un poco contradictorio,