Alexander, miró el periódico y la revistas a sus pies, y luego elevó la vista para ver a su esposa. Gianna lo miraba fijamente y su labio inferior temblaba. Intentó acercarse pero ella lo detuvo. —No, no, Alexander, no te acerques, mira lo que hay en el maldit° periódico.—De acuerdo, de acuerdo— dijo antes de inclinarse y levantar el periódico. Una enorme foto suya junto a Gianna, adornaba la primera plana, era una foto tomada la noche anterior; “EL IMPORTANTE CEO, ALEXANDER HARRISON SE HA CASADO""El importante empresario fue visto la noche de este jueves, saliendo de uno de los lugares más exclusivos de la ciudad, en compañía de una hermosa jóven rubia. ¿Quién es ella?, fue la pregunta que nos conmocionó a todos, ya que como hemos dicho, ¡Es rubia! y obviamente no se trata de la modelo que se ha teñido el cabello, no señores, no se sabe que ha ocurrido entre la modelo Estadounidense más top del momento y el sexy empresario, al preguntarle al CEO si se trataba de una nueva conquis
Eran exactamente las nueve en punto de la mañana, cuando Alexander cruzó las puertas de entrada a la sala de juntas, con Gianna junto a él y los dedos de sus manos entrelazados. —Buenos días, damas y caballeros. —Buenos días— respondieron todos al unísono. —Gracias por venir, señores y señoras, ella es Gianna Santos, mi esposa.— Gianna les regaló una dulce sonrisa. —Un placer conocerles a todos— los presentes asintieron y algunos tomaban apuntes en sus libretas. Alexander colocó una silla junto a la de él, a la cabecera de la mesa, luego ayudó a Gianna a tomar asiento. —Bien, agradezco que todos pudieran asistir a este llamado, en vista de los últimos acontecimientos y de que la prensa parece tener curiosidad insaciable sobre mi vida, y sobre todo que han estado especulando sobre lo ocurrido, le hemos invitado hoy para responder a sus preguntas y que todos puedan aclarar sus dudas, aun así les sugiero que sus preguntas se muevan dentro del límite del respeto y el profesionalism
Cuando Alexander y Gianna, se giraron se toparon con una imágen desagradable; Adara estaba allí y junto a ella un silencioso James, que miraba con preocupación a Alexander, tras recordar sus amenazas de la vez que los descubrió juntos. —Adara, qué alegría verte— exclamó Gianna con una enorme sonrisa. Lo menos que deseaba era verla, sin embargo, se encontraban en un evento importante, no dejaría de sonreír y tratarla con amabilidad. —No puedo decir lo mismo— le respondió con ira contenida, pero reconociendo la importancia del lugar en el que se encontraban, también se ocupó de mantener una enorme sonrisa en el rostro. — Alexander, no pensaba encontrarte aquí. —Lorenzo, es un buen amigo, ¿Por qué razón no vendría a apoyar su trabajo? — la miró enarcando una ceja. —Nunca has sido amante del cine— dijo tensa, pero con toda la intensión de recordarle que conocía perfectamente sus gustos, y no solo para él, sino para Gianna. —No, pero me resultó una buena oportunidad para apoyar a Lor
Las siguientes dos semanas transcurrieron igual de caóticas para Adara, el alcohol se volvió su refugio, su compañero de vida, su consejero de penas, bebía con desespero para acallar la voz de su conciencia que le gritaba que nada mejoraría, que todo iría de mal a peor, para acallar esa voz interna que le gritaba que jamás recuperaría a Alexander, lo había perdido para siempre. Intentó acercarse un par de veces más a Alexander pero su respuesta fue contundente;—Espero que estés cumpliendo tu promesa de alimentarte, Adara, pero no pienso reunirme contigo, no te daré una nueva oportunidad para arruinar mi matrimonio. —Pero, Alexander...—Por esos viejos tiempos, Adara, por esos momentos en los que fuimos felices, recobra la cordura, no arruines aún más la imágen que tengo de ti. Quiero guardarte cariño, por todo lo que hemos vivido juntos. —Tu, en la entrevista..—Fue una oportunidad de exponerte y no lo hice, no quise enlodar tu nombre porque no puedo hacerte eso, no es mi idea dañ
Después de tomar una ducha en la que James la lleno de caricias, salieron, se vistieron y se dispusieron a salir del departamento...—¡Rayos!— exclamó, Adara. —¿Qué sucede, cariño?—Se supone que debo llamar para confirmar que vamos en camino, y me he dejado el celular en casa. ¿Me prestas en tuyo?—Por supuesto— sonriendo sacó el suyo del bolsillo de su traje y se lo pasó. —Toma— le dió las llaves de su auto acompañado de una hermosa sonrisa— Ve bajando, no quiero que sospeches a dónde te llevo, debe ser una sorpresa. —¿Me llevarás fuera de la ciudad?— preguntó feliz. —No preguntes tanto, solo disfrútalo— le rodeó el cuello y plantó un sonoro beso en sus labios. —No sé qué tramas Adara Black, pero me gusta— le dió una fuerte nalgada que la hizo sobresaltarse y gemir. —Quieta esas manos, que me calientas de nuevo— le mordió el labio inferior. James, sonrió negándo. —Te espero abajo, haz esa llamada y llévame a dónde tú quieras, guapa.— y dicho aquello se marchó. En cuanto se al
Un llamado a la puerta lo sacó de su concentración, despegó la vista de la pantalla de su laptop, y se frotó los ojos. —Adelante...— entró su secretaria con un muy mal semblante, estaba pálida, sus ojos enormes y su rostro reflejaba susto y preocupación. —¿Ava, estás bien?— demandó saber, con el ceño fruncido la miró lleno de preocupación. —¿Qué sucede?— se puso de pie, asustado ante su semblante caminó hasta quedar frente a la mujer. —¿Ava?—Señor...¿ No lo ha visto?— preguntó con voz temblorosa. —¿Qué cosa?, he estado revisando la documentación y ... dime qué ocurre. — La señorita Adara... ella...—¿Qué?—Tuvo un accidente... en las afueras de la ciudad— su respiración se cortó momentáneamente, sus ojos se abrieron. —¿Qué dices?....¿Qué?—Lo han pasado por... las noticias... al parecer iba con su representante, dicen que... han perdido el control del vehículo. —¿Están bien?— preguntó angustiado— ¿cómo está ella?—Señor, dicen que... no hay sobrevivientes, lo Siento —Alexander a
En cuánto atravesó el umbral de su penthouse, Gianna corrió a él y lo abrazó con fuerza, Alexander se refugio en sus brazos permitiéndose al fin sentir el consuelo que necesitaba, ella lo dirigió a la habitación, en silencio lo había despojado de la ropa, y llevado al cuarto de baño, en donde tomaron una ducha juntos. Él se colocó el pantalón del pijama, y ella un conjunto de pijama de seda, ambos se acostaron sobre la cama. Él estaba en silencio y ella quería respetar eso, no forzarlo a hablar, sino esperar a que él estuviese preparado.Parecía deshecho y lo entendía, realmente lo entendía porque él la había amado, habia pasado con ella lindos momentos, la había querido tanto como para pensar en matrimonio y una vida a su lado... entendía todo lo que debía estar sufriendo. —Fue un accidente horrible — como un niño asustado se abrazó a ella. —Pude ver algunas imágenes— los ojos de Gianna se llenaron de dolor — lo siento tanto, Alex. —Y yo, no la quería en mi vida, pero no quería qu
Alex y Gia, llegaron al Penthouse, sumidos en una tristeza infinita. Fueron directos a la habitación en donde tomaron una ducha compartida y por más que Gianna batalló, no lograron comer más allá de dos o tres cucharadas de alimento. —Marina, me entregó una carta...—¿Una carta?— Gia parecía confundida. —Adara la escribió para mí.—Eso no tiene sentido, cariño, porque las personas no saben que tendrán un accidente. —Es por eso que creo que no lo fue...— Gia abrió los ojos enormes y le miró horrorizada. —Estás diciéndome que... Alex...—No la he leído completa... está en mi traje— dijo en un susurro. —La traeré para ti— bajó rápidamente de la cama, hurgó en los bolsillos del traje dónde encontró un sobre abierto con el nombre de su esposo, se lo llevó y volvió a la cama. Alexander lo tomó sintiendo un vacío en su estómago.—¿Quieres que te deje a solas?—No— respondió rápidamente— te necesito a mi lado. Gia, cariño, lamento todo esto, está tristeza que se ha apoderado de mi, lament