Los ojos de Adara brillaron llenos de esperanza, cinco minutos...cinco minutos que esperaban sirvieran para recuperar el amor de Alexander, sabía que ahora estaba casado, sin embargo, también sabía que o podía amar a su esposa, seguramente Alexander se había casado con la finalidad de castigarla, una dura manera de sancionar su engaño, colocándo su anillo en el dedo de otra y dandole a esa, el lugar que le correspondía a ella en su vida. —Gracias— le dijo con una debil sonrisa— ¿A dónde vamos?— preguntó. —A ningún lado, pero tampoco podemos quedarnos aquí a la vista de todos los curiosos, asi que sube al auto, aprovecha tus cinco minutos, di lo que tengas que decir y...—tensó la mandíbula— luego, desaparece de mi vida, Adara Black.—lo vió tensar la mandíbula, y por primera vez en todo aquel tiempo que llevaba conociendolo, Alexander no se preocupó po la caballerosidad y por abrirle la puerta, giró sobre sus talones y fue al auto entrando en él. Aquello le dolió, comprendió cuán prof
Queridos lectores, antes de darle lectura a este capítulo, quiero informarles que el mismo contiene escenas de autolesión, que aunque no apoyo en lo absoluto, forman parte de la trama.Dicho eso, se recomienda discrección. *******************************************************Adara, estaba en la cama, con James sobre ella, emitiendo largos gemidos de satisfacción, mientras se hundía una y otra vez en sus profundidades, disfrutando del cuerpo que con chantajes conseguía."Que termine pronto, por favor, que termine pronto"Se repetía una y otra vez, sin poder lograr desconectarse de la realidad, con James dentro de ella, sus manos oprimiendo su cuerpo a su antojo y su boca besándo donde se le antojase. —Estás muy tensa hoy—le dijo entre gemidos y Adara lo miró fijamente a los ojos.— no es tan divertido si solo te quedas allí como si no existieses.—Tienes lo que quieres, ¿No?— James, detuvo sus embestidas y la miró fijamente para luego fruncir el ceño.—Por lo general eres poco part
Un nuevo día en el que Gianna pensó que estaría sumida en la agonía de la añoranza, sin embargo, Alana y Aidan, las habían invitado a pasar un día de playa en Cork, y más allá de un día de playa, era un paseo en yate, la idea emocionó a Regina, aunque no le haya hecho mucha gracia a Gia, decidió aceptar por la niña, ya había estado en Cork con Alex, y visitar nuevamente la ciudad no haría más que lograr que lo extrañara aún más. Aún así, vió tata emoción en los ojos de Regina, que fue incapaz de quitarle la ilusion, así que nuevamente los cuatro se habían embarcado a la ciudad de Cork, para su paseo en Yate, aprovechó el día para nadar, y disfrutar un poco, Aidan resultaba una persona agradable, aunque Gia, se sentía extraña ante su presencia, la hacia reir mucho, le contaba historias increibles, pero jamás dejaba de mirarla con deseo, y era esa mirada lo único que le incomodaba de él.—No puedo dejar de ver tu precioso cuerpo en traje de baño— le había dicho, logrando con aquello que
Después de tomar juntos el almuerzo, Regina había querido ir a su habitación para tomar una ducha, Gianna agradeció enormemente haberse colocado ropa cómoda, porque en cuánto Alexander atravesó el umbral de la casa y dijo; —¡ESTOY DE REGRESO!—la emoción la había golpeado con fuerza, su corazón dió un vuelco y latió ansioso, a ella poco le importó lo que pudiesen pensar los presentes. Se puso de pie y corrió en dirección a su esposo, Alex abrió los brazos para recibirla, con la felicidad desplazándose rápidamente por todo su ser... Allí estaba Gianna, su Gianna, aquellos días separados habían sido un completa tortura. Ella se arrojó a sus brazos y Alex, la tomó de los muslos para elevarla, Gianna le rodeó las caderas con ambas piernas, el cuello con ambos brazos, y mientras le dió un par de vueltas, Gia se inclinó besando ansiosa la boca de su esposo... Los presentes sonrieron, aquel efusivo recibimiento no hacia más que reafirmarle a todos lo mucho que se amaban, los ojos de Aurnia s
A pesar de haber llegado ese mismo día, después de una rapida conversación, Regina le aseguró a Alexander que quería ir a pasar esa noche con los Mc' Gowan, ya que los abuelos y la tía habían ido a verle la tarde anterior.—Pero solo será esta noche, amor mío— le dijo a la niña— mañana después del medio día iré a buscarte y los tres pasaremos un par de semanas en Moher.—Claro que si papito— Regina sonrió— ya pronto debo volver a clases y quiero apovechar con ustedes lo que queda de vacaciones, me encanta Moher— la niña sonrió feliz— los acantilados son lo mejor. —De acuerdo cariño, entonces marchemonos a ver a los Mc'Gowan— sonrió, pero Gianna pudo ver que estaba tenso— te esperaremos abajo.—Alex...— él le dedicó toda su atención acompañada de una sonrisa— si quieres, puedo esperarte aquí.—Por supuesto que no, Gia— la atrajo hacia él y la abrazó de la cintura— eres mi esposa, no debes quedarte, aprovecharé esta oportunidad, hablaré con Kelsey, esto debe terminar hoy, tiene que res
El galeno se había marchado, dejándolos nuevamente a solas, Adara estaba muy pálida aunque el doctor le había colocado una transfusión sanguínea, así como medicamentos para su pronta recuperación, a pesar de estar muy pálida seguía consiente, James la miró fijamente, estaba muy enojado. —¿Por que hiciste eso, Adara?, Muchacha tonta. —Debías dejarme morir— dijo débilmente— ¿Es que no entiendes que no tengo deseos de vivir, James?, no puedo vivir sin Alex y no quiero seguir acostándome contigo— le dijo con voz débil— Quiero morirme— sollozó. —No digas estupideces, estás en la cúspide de tu carrera, en lo mejor, te tomarás el medicamento que te indicó Roger, eso ayudará a que no te sientas triste, la tristeza se irá y podrás regresar al trabajo, Adara, viene el desfile, la semana de la moda en Cannes y muchas cosas más, no puedes poner nuestro futuro en riesgo. ¡No puedes volver a intentar hacer esto, Adara!— ella lo miró en silencio— ¡No puedes! —No lo haré— dijo débil— no lo haré Ja
Alexander y Gianna, habían hecho sus maletas, se despidieron de la familia, todos les desearon un feliz viaje, Alana le shizo prometer que se verían pronto. Aidan, los había abrazado a ambos diciéndole lo feliz que estaba de haber conocido a Gianna, y haber visto nuevamente a su escurridizo primo. Lorcan, también les deseo buen viaje, mientras Nora los envolvió con sus brazos de forma maternal, asegurándole a Gianna que quedaría encantada de Moher y esperando volver a verlos. Se embarcaron a casa de los Mc'Gowan, para poder pasar por Regina, antes de seguir su recorrido. Al llegar Gianna le dijo que preferia esperar fuera, a fin de cuenta solo debía recoger a la niña.—¿Estás segura?— Alex frunció el ceño. —Por supuesto, querido— le regaló una enorme sonrisa— te esperaré aquí— ambos salieron del auto, Alex le dió un cálido beso antes de dirigirse a la casa, Gianna se recargó en el auto a la espera de ambos para poder continuar su camino en dirección a Moher...No pasó sino un par d
Gianna, sonreía mientras disfrutaba del ambiente cálido y familiar al viajar junto a Regina y Alex. Sus pensamientos viajaban a que tenía aquello con lo que muchas veces soñó siendo una niña; tenía una hija de la cual cuidar y un amoroso esposo que velaba por ella, si bien era cierto que Alex no la amaba, al menos pensaba que el amor en su corazón alcanzaba para ambos, quizás con el tiempo, Alexander también pudiese llegar a amarla. Sus años de infancia habían sido muy duros, seguramente como cualquier niño que se criara en un orfanato, la escases de alimento, muchas veces de abrigo, las muy limitadas salidas y la falta de un afecto tan desmedido como deberían ser el amor de padres, si bien era cierto que las monjas del orfanato le daban sus dosis de cariño, no era menos cierto que, al ser tantos niños a su cargo, era imposible para unas pocas mujeres, atenderlos afectivamente a todos. Cuándo miró a Regina por primera vez, pudo comprender el dolor y la frustración en su mirada, si, a