Cuando llegue a la mesa donde estaba mi esposo y sus socios, Mark enseguida se levantó de su silla para abrir mi silla y que me sentara en ella, viendo venir a Melissa hacia nosotros con su sonrisa sarcástica, Mark se sentó poniendo sus dedos en mi barbilla para que lo mirara acercando sus labios a los míos unos segundos y aunque no quería ver la sonrisa de satisfacción de esa mujer, me quedé por un momento pensando en algunas de sus palabras preguntandome si sería cierto que yo fuera solamente un juguete para Mark y hubiera vuelto a tener relaciones con ella.

Temía que a Mark la novedad se le hubiese pasado, ya que a mi solo me quedaba con mi esposo, recibirlo por la noche, ocuparme de nuestra hija y dejar que me hiciera el amor cuando y como él quería, me sentía humillada y frustrada, al entender lo inutil que eran mis esfuerzos por querer conquistar ami esposo. Cuando terminó la cena, Mark se despidió de todos sus socios marchandonos los dos del hotel hacia la calle donde el aparc