CAPITULO 45

Antonio y Adrian se miraban con ganas de matarse, de acabar el úno con el otro.

Mateo se coloca en medio, quizás el tiempo le ha hecho madurar más de lo que el mismo creia y prefiere intervenir antes que ellos discutan en una pelea que puede causarles daño.

— Los dos deben calmarse, Antonio y yo nos retiraremos, pero como líderes Alfa espero que podamos asistir al funeral de Hank, por respeto a su legado.

Adrián asiente con la cabeza, le da la mano a Mateo pero gira para no dársela a Antonio.

Antonio observa desde lejos las puertas de Aquella gran mansión, en esa casa está el amor de su vida con su hijo, pero con otro, los celos lo vuelven loco.

Al llegar a la manada es interceptado por los lobos ancianos, ellos necesitan saber si ha elegido a alguna loba esta noche, pues Ezequiel les ha animado al informarles que el lobo quedó prendado de la belleza de una loba.

—¿Quien es esa loba?— pregunta el anciano que presentó a su nieta, con la seguridad y certeza que su nieta fue