— Es un hombre que conocí hace unos días. — Suspiró Mia. — ¿Y Lydia? — Preguntó al no verla, era raro, usualmente cuando llegaba ella estaba en el sofá.— Hoy se portó muy bien y se quedó dormida después de cenar, pero dime un poco más acerca de ese hombre, ¿Cómo se conocieron y por qué te trajo hoy hasta aquí? — Preguntó Isabel intrigada, antes de fruncir el ceño al darse cuenta que cuando la chaqueta en el cuerpo de Mia se abrió un poco la ropa de ella parecía estar rota y ella realmente no parecía sentirse bien. — ¿Qué te paso? — Cuestionó preocupada y ansiosa.— Volví a encontrarme con Bruno, él quiso abusar de mí. — Respondió Mia con un nudo en la garganta, sintiendo mucha incomodidad en su corazón al pensar en este hecho.No quería imaginar lo que hubiese sucedido si Dante no la salvaba.— ¿Qué? ¿Cómo pasó? Ese maldito imbécil como pudo atreverse a hacerte algo así. — Se quejó Isabel furiosa, él había sido realmente despreciable al comprometerse con Mandy cuando ellos apenas ter
El hombre tuvo que admitir que lo había enviado Dante Walsh, y también admitió que la noche anterior había pasado aquí toda la noche vigilando por si un tipo llamado Bruno venía a causar problemas.Mia se quedó callada, pensando en todo lo que había pasado ayer...«¿Pero cómo ha podido hacer eso? De hecho, debería darle las gracias, salvó a mi hija y me salvó a mí. Él sabe de mi pasada relación con Bruno. También sabía que no tenía reservas con él, que le ocultaba algo porque ni siquiera le conocía hasta ese punto. ¿Cómo pudo hacer algo tan fuera de lugar e invadir mi privacidad? No debería tener ninguna razón para seguirme.» La mente de Mia estaba llena de preguntas sin respuestas.— Señor, ¿le pidió que informara de mi paradero desde hace unos días? — Cuestionó Mia apretando los dientes, con su cuerpo tenso.El hombre solo miro a Mia y se encogió de hombros sin decir nada.— ¿Qué ha pasado Mia, ¿dónde está Mandy Miller? — Isabel oyó el coche de policía y salió también.— A Mandy se
Tenía curiosidad de escuchar si la voz de ella también se parecía a la de su hijo. Lydia solo le dedicó una sonrisa, pero se negó a decir su nombre y solo se quedó quieta sentada a su lado.Dante no quiso presionarla más, así que él también permaneció en silencio, aún sin poder creer lo mucho que ella y Liam se parecían. Lydia después de pocos minutos recostó su pequeña cabeza del brazo de Dante y él se sorprendió, pero no hizo nada por apartarse, simplemente se quedó muy quieto con temor de hacer algo que pudiera incomodarla. Isabel que volvió con el café casi deja caer la bandeja de la sorpresa al encontrar a Lydia tan cerca de Dante. Ella casi no se acercaba a nadie, a excepción de Mia, de hecho a Lydia ni siquiera le gustaba estar demasiado cerca de ella misma y Tania que la conocían por mucho más tiempo y cuidaban de ella, por eso al ver que ella no tenía ningún problema en estar así con Dante y de hecho parecía que estaba contenta, le impresionaba tanto. Además al verlos así
Al entrar en la sala, Mia ya puso una sonrisa falsa.Sin embargo, el comportamiento de su hija la dejó boquiabierta por la sorpresa. Su hija que pocas veces sonríe, le estaba sonriendo a Dante.Le parecía casi irreal ver a su hija acercándose a Dante e intentando que él le diera el caramelo.— Este Sr. Realmente tiene una habilidad especial para hacer sonreír a nuestra princesa de hielo. —Susurró Isabel junto a Mia.Esto la desconcertó, el comportamiento de su hija con Dante era demasiado raro, a ella no le gustaba el contacto físico con casi ninguna persona, no tomaría la iniciativa de tomar la mano de nadie a excepción de la de ella.¿Por qué lo estaba haciendo con él?Mia siguió observando su interacción, sus mismas sonrisas, hoyuelos y mismas expresiones, y por un momento pensó que parecían padre e hija, pero en el segundo siguiente, rápidamente suprimió este pensamiento.¿Pero cómo podría ser el hombre de aquella noche de hace seis años? ¿Cómo es esto posible?《Mia Miller, estás
— Señorita Mia, no me molesta llevarla a mi casa, creo que ella podría divertirse mucho con mi hijo Liam, así que si usted no tiene ningún problema podría llevármela. — Espetó Dante sonriéndole de manera tranquilizadora para que ella no se preocupara demasiado.Mía lo miró sin saber que decir, no se sentía cómoda dejando a su hija ir sola con él porque no lo conocía bien, pese a que sentía que podía confiar en él, ya que incluso había salvado a Lydia una vez y también a sí misma, pero aún ella no podía ir a acompañar a Lydia y tampoco Isabel.— Mamá, por favor. — Pidió Lydia con ojos suplicantes y Mía sintió que su corazón se apretaba al verla así.Su pequeña casi nunca le pedía nada ni juguetes ni nada costoso, parecía entender que ella no tenía una buena situación económica o simplemente no le importaban estas cosas demasiado porque parecía vivir en su propio mundo, pero está vez le estaba pidiendo que la dejara ir e incluso estaba interactuando mucho más de lo normal.Se sentía inc
Los pensamientos de Dante se habían desviado hacía tiempo, calculando que la noche en que había sido drogado y había conocido a la inocente mujer era una tarde de principios de verano.Por no mencionar que el cumpleaños de Liam y el de Lydia eran el 15 de enero, o al menos eso es lo que había dicho la mujer enmascarada de mediana edad que lo había dejado.¿Bruno no podía ser el padre de la niña verdad? Comenzó a preguntarse Dante.El ayudante oyó que su jefe no le decía que parara y continuó:— La señorita Mia y los Miller no han tenido ningún contacto en los últimos años y Mandy de repente se acercó a la señorita Mia, fue Bruno quien le dio instrucciones para que lo hiciera, él intentó anular el compromiso y culpó a la señorita Mia y por eso Mandy vino a causar problemas.— ¿Ha venido alguien a pagar la fianza de Mandy?— Su familia ya está aquí, incluido el Sr. Miller, que intentó reunirse con usted el otro día y usted se negó.— Dile que yo reconsiderare el trato con Miller, pero n
— Mia ¿que estás haciendo??? ¡Atiende a tus clientes y no te olvides de que debes sonreír a tus clientes! — susurró el gerente. Así que sin más remedio Mia se acercó a la mesa, pero la rabia del odio llenó su pecho y ni siquiera podía fingir que no reconocía a Celia, y mucho menos sonreírle. — Buenas tardes señoras, hoy las atenderé, aquí tienen la carta, por favor díganme cualquier cosa que se les ofrezca. — Dijo Mia sin ninguna expresión facial, procuraba contenerse. Pero Celia notaba que Mia frunció las cejas, ella se puso muy orgullosa y se burló: — ¿Qué me ofreces? ¡Necesito que salgas de este restaurante! — Sus palabras fueron duras, lo que inmediatamente atrajo la atención de los invitados de los alrededores. — Usted, ¿que está diciendo? —Mia inconscientemente alzo su voz, ya no podía soportar a esa mujer más. La mujer a su lado no parecía entender su relación, sacudió las mangas de Celia, intentando calmarla. — Solo queremos dos pasteles de fresa, limonada y café. — Es
— Señor Walsh realmente estoy muy agradecida con usted por cuidar de Lydia, iré a recogerla de inmediato. — Dijo Mia nerviosa, no quería hablar de lo sucedido. Pero Dante no dijo nada, en su lugar escuchó las risas alegres de los dos niños, parecían estar divirtiéndose.— Entonces, ¿Vendrás a recogerla? — Preguntó Dante luego de unos segundos y ella miró la hora, solo eran la una de la tarde, aún era muy temprano y ella no podía soportar interrumpir la diversión de su hija, ella nunca se había reído tanto. Sintió como la culpa la golpeaba con fuerza porque ella nunca había hecho verdaderamente feliz a su pequeña, no le había dado esa clase de alegría, se sentía como una madre inútil al no poder darle lo que su hija más, salvo por su trabajo para darle a Lydia lo que necesitaba no había hecho demasiado por ella y ahora incluso había perdido el trabajo. Sentía que no podía seguir, su vida era un gran fracaso, su niña no era feliz con ella, y la relación con su familia era un desastre