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Regresar y Encontrar el Rencor...

Cuando Lizbeth abre sus ojos está en su cama, sola…así que se gira y ve el reloj, son las ocho de la mañana del veinte tres de enero del dos mil veinte nueve, el día de su aniversario…el día que asesinó al padre de su hija.

-¡¿Qué fue lo que pasó?! – recordando de golpe aquel horrible día – Estefan…entonces Estefan

Lizbeth se levanta a toda marcha de la cama, sale de la habitación y ve a Estefan hablando por celular, así que se acerca y lo abraza pero este se aparta de ella con asco, cosa que le duele a la joven.

-Estefan…

-Sí, no te preocupes, a esa hora estaré allá tranquila – Lizbeth queda en shock, Estefan cuelga la llamada y se gira para ver a su esposa – ¿Qué deseas?

- ¿A dónde irás?

-Por ahí…no es que te importe ya que pensabas dejarme solo en nuestro aniversario

Lizbeth queda en shock – Estefan yo…me arrepentí de salir, podemos hacer algo lindo hoy, cumplimos cuatro años de casados…

Estefan da una sonrisa siniestra, tan escalofriante que Lizbeth se asusta en el acto – ¿Qué crees Lizbeth? No voy a dejar que vuelvas a matarme…

La joven se queda pasmada – Estefan acaso tú…

Estefan se acerca y toma con violencia la muñeca de Lizbeth dejando ver la cicatriz que tiene, Estefan también se descubre la muñeca mostrando la cicatriz…

-Estefan…yo…

- ¿Pensabas que Esteban te amaba? – empezando a reír – solo usé ese alter ego, para demostrar que eres una perra libidinosa, que te revuelcas con todo el mundo hasta con Iván

-Estefan – dejando que sus ojos derramen lágrimas – lo…lo siento…

- ¿Tú, sentirlo? – rompiendo en una sonora carcajada – no me hagas reír, si tú te casaste por mi nombre, por mi dinero…por el título de mi padre

-Yo…eso…fue antes…

- ¿Antes de qué? ¿Antes de romperme la cabeza con un martillo?

Lizbeth rompe en llanto – Estefan por favor, perdóname

-¿Perdonarte? ¡¿debes estar bromeando, verdad?! – arrojando a la joven al suelo

- ¡No, por favor, Estefan estoy embarazada!

- ¡No me menciones al bastardo! – y así patea con fuerza el vientre de Lizbeth

- ¡¡¡Ahhhh!!! – abrazando con fuerza su vientre – Es…Estefan…

Estefan le arroja los papeles del divorcio, mientras se quita su anillo de bodas, y luego se acerca a Lizbeth y le quita el anillo de su abuela – no mereces usar algo que era de mi abuela

-Por…favor…

-Cuando regrese no quiero verte ¡¿te queda claro?! ¡vete con el perro de Iván! ¡qué sea él quien te consuele y se haga cargo de su bastardo!

Y así Estefan se marcha…

Lizbeth toma su celular y llama a Iván, quien ignorándola le tira el teléfono, y bloquea el número de Lizbeth, la joven no sabe qué hacer, así que llama a emergencias y la ambulancia llega rápidamente y se la llevan al hospital, en donde al llegar por desgracia ha perdido el bebé…a su Cristine…

Estefan como esposo de la joven, y como quien figuraba como contacto de emergencia, es llamado y este se dirige sin muchas ganas hacia el hospital, en donde ve a Lizbeth en compañía de su abuelo, quien trata de pedirle una explicación de lo ocurrido a su nieta…

-¿Qué demonios quieres? ¿Qué no puedes dejarme en paz? – entrando en la habitación

-Estefan…

-Sr. Sacristán ¿Qué pasa? ¿para qué me llaman?

-Estefan, atacaron a Lizbeth en el departamento…ella…

-Enserio Lizbeth ¿te inventaste esa excusa? – el abuelo de Lizbeth queda en shock

-Estefan…

-Lizbeth ¿Por qué no dices la verdad?

-Estefan, yo…

-Dile a tu abuelo la verdad o se la diré yo – sonriendo dulcemente

-Abuelo yo…

-Sr. Sacristán, Lizbeth ya sabe que soy Esteban – el hombre mayor queda en shock – y también ya sabe que yo sé acerca de tus porquerías, hasta que follaba con mi hermano…

Lizbeth empieza a llorar, mientras que su abuelo ata cabos y se da cuenta de lo que pasó…

-¿Agrediste a Lizbeth?

-Fui suave con ella, además ¿Por qué tengo que considerarla? Si ella estaba preñada de Iván…

- ¡Eso no es verdad! ¡mi bebé era tuyo! ¡y lo mataste! ¡lo mataste!

-Ay Lizbeth – cruzándose de brazos – ¿tan idiota me crees? Te vi cuando te revolcabas con ese infeliz de Iván, hoy pensabas dejarme tirado para irte a ver a Esteban…¡más de una vez me has sido infiel! ¡mis padres tenían razón! ¡casarme contigo fue el peor error de mi vida!

Y así Estefan se marcha…

Lizbeth queda en shock, y rompe en llanto, su abuelo apenas la abraza y le ofrece consuelo, mientras que afuera de la habitación Estefan seca sus ojos con fuerza y se dirige a ver a esa joven que conoció en esa aplicación de citas…

Mientras en su habitación, Lizbeth llora desesperadamente en los brazos de su abuelo – abuelo ¿Qué voy a hacer?

-Lizbeth, cometiste muchos errores, y Estefan ya no quiere saber de ti

-Pero yo lo amo…

-Lizbeth, quien ama no hace lo que tú hiciste…

Lizbeth continua llorando entre los brazos de su abuelo…

Mientras Estefan tira a la basura todas las cosas que había comprado para hacerse pasar por otro hombre, y después de ducharse nuevamente y de haber ordenado cambiar las cerraduras de su apartamento, se marcha para ver a su cita. No sin antes ordenar al vigilante del edificio decirle a Lizbeth que ya no tiene efectos personales, pues Estefan ordenó quemar las cosas de Lizbeth…

Lizbeth es dada de alta durante horas de la tarde, su abuelo se encarga de llevarla hacia el departamento, pero al llegar, los vigilantes siguiendo las órdenes de Estefan, le informan que ya no tiene efectos personales, y que Estefan cambió las guardas del departamento, Lizbeth y su abuelo quedan en shock…

-¡No puede dejarme sin mis cosas!

-Señora Sacristán, el señor Byron dejó en claro que usted no entraría al departamento…

- ¡Pero no puede dejarme sin ropa! – empezando a llorar

-Lo lamentamos, pero simplemente seguimos órdenes

Y así Lizbeth es sacada del edificio, cuando ve llegar a Iván…

-¿Ahora por qué lloras? – mirando con desprecio a Lizbeth

- ¡¿Qué quieres Iván?!

-Bueno, después de recibir aquel golpe de parte de Estefan, y de que hoy me dijera por chat que me mandaba a la m****a, solo vine para regodearme en tu dolor…

- ¡Maldito!

- ¿Ahora yo soy el maldito? ¡cuando tú fuiste la que se me ofreció cual perra en celo!

El abuelo de Lizbeth apenas observa y sabe que no debe meterse, porque tristemente Iván tiene la razón.

-Así que…te aguantarás todo lo que tenga que decir…

- ¡No es justo! ¡estaba embarazada! – Iván queda en shock…

- ¡¿Qué estás diciendo?! ¡¿de quién era el bastardo?!

- ¡De tu hermano!

Iván queda en shock y se acerca a golpear a Lizbeth, pero el abuelo de la joven se interpone – Sr. Sacristán quítese…

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