Esmeralda Visité varias direcciones antes de dar con la correcta, me encontré con una mujer que aseguraba había estado de novia con Antonio, pero que no recibía noticias de él hace algunos meses, ella me contaba que mi hermano estaba nervioso y consumía drogas, solo se relajaba con Javier, pero luego los dos desaparecieron. Le di las gracias y me dispuse a salir de allí, pero antes le pregunté si sabía dónde ellos estaban viviendo, la chica me hizo el favor de llevarme hasta donde mis hermanos rentaban un cuarto doble, la mujer que me recibió en aquella pensión no era tan amable con la supuesta novia de Antonio, pero me dejo entrar cuando le pague los meses de renta que le debían. – Esta es – dijo sacando el candado que cerraba la puerta – nada se ha movido, ni siquiera hemos entrado a limpiar, aunque el menor siempre mantenía todo muy limpio – asentí y le di las gracias. Respiré profundo y entré a ver, no estaba tan desordenado, pero el aroma a húmedo y guardado se juntaba y no er
Júpiter Amato Salía de la consulta con mi terapeuta, había decido comenzar un régimen hace algunos días, me di cuenta de que estaba bebiendo demasiado y eso estaba afectando a mi juicio, a mis negocios y sobre todo a mi vida persona, en la última semana me había sentido más cómodo, incluso había podido sostener una conversación con Milenka, que estaba igual de chillona que siempre, pero por lo menos había entendido que no seriamos una pareja, aunque ella había dicho que seguiría intentándolo, según ella – lucharía por nuestro amor – rodé los ojos al recordar eso. Subí hasta mi oficina y me topé con la sorpresa de que mi hermano estaba allí, traía cara de pocos amigos y mientras me entregaba algunos informes, sacaba a cada rato su móvil, lo invite a quedarse en mi apartamento y acepto. – Solo estaré algunos días – acotó – quiero volver lo antes posible, tengo algunos asuntos que resolver. – ¿Tomarás vacaciones? – pregunté, ya que las clases en la universidad habían acabado y la firm
Esmeralda Estaba caluroso, desperté con los ojos pegados en las paredes blancas, había pasado los últimos días durmiendo al lado de Javier, mi hermano estaba bastante mejor de salud, pero los doctores no le daban muchas esperanzas de vida, lo mejor que oí fue que le daban seis meses de vida, él se conformaba con eso, pero no logro recordar la última vez que había llorado tanto como ese día. Solté el aire y escuché como mi hermano se reía de mí y se burlaba de mis ojeras, la verdad es que cada vez que él duerme, busco algún tratamiento, algún lugar en donde me den más esperanzas, pero hasta el momento no había tenido éxito alguno. Pronto llego Diamante, ella se había hecho muy amiga de Javier, a mi hermano le encantaba pasar el rato con ella, eran muy parecidos y con un humor negro que espantaba, ese día ella se quedaría a hacerle compañía, yo tenía una reunión con algunos médicos y de paso me reuniría con Rogelio, él me había pedido una junta. Tomé el bolso que mis amigas me habían
Júpiter Amato El vuelo se me hizo eterno, sabía que estaríamos en la madrugada en NY, pero jamás pensé que me pesaría tanto el viaje, apenas tocamos tierras, todo comenzó a complicarse, nuestro equipaje no estaba aún procesado y otro avión estaba aterrizando en la pista privada, medio personal salió a atenderlos, me di cuenta de que se trataba de Don Rogelio, él venía con más personas, pero cuando me di cuenta de quién se trataba, quise enterrarme vivo en ese minuto. No deje nada, baje la mirada y traté de poner algo en mis audífonos que justo se habían desconectado, solté un suspiro derrotado ¿Cómo podría nuestro encuentro ser tan inoportuno? Sabía muy bien que ella no quería verme, evitó en todo momento mis ojos, mi cuerpo, tan siquiera mi silueta, ella me odiaba, no había duda. Del brazo de nuestro socio venía Esmeralda, ella se veía más feliz de lo normal, su grupo de amigos la seguía, apenas entraron al edificio, su rostro cambió, todos se quedaron a un lado del lugar, mientras
Esmeralda – Nos vamos a casar – dijo mi hermano, mientras bebíamos café en Central Park – algo pequeño, incluso habíamos pensado en irnos por ahí, casarnos y disfrutar de un viaje para los dos – me hacía ilusión que estuviera tan bien, pero sabía que los médicos habían dicho que tendría una mejora antes de su último momento - ¿Qué piensas hermanita? Desde que llegamos te veo misteriosa. – Me gusta que seas feliz – tomé su mano y seguimos caminando de esa forma – si te hace feliz casarte, hazlo, si quieres viajar y tener una luna de miel, anda, vete de viaje, sé feliz – los dos reímos – creo que nos merecemos eso, tú te lo mereces. – Tú también mereces ser feliz – y esa frase se me quedó pegada en la cabeza todo el día. La tarde paso rápido, comimos juntos en el restaurante, pero luego nos fuimos a casa, Rubí junto a Zafiro fueron a sus respectivas universidades, Diamante estaba con mi hermano, ellos no se despegaban y los demás estaban en sus labores, no había nadie con quien poder
Júpiter Amato – No lo vuelvas a decir – implore – no digas eso jamás, nosotros no somos un error, en ningún momento – la cubrí con mis brazos, no la deje ir, aunque sabía que lo tendría que hacer ahora o en un rato más – por favor, solo hablemos. – Está bien, me quedo, solo al desayuno – respondió sin mirarme a los ojos – pero, por favor, suéltame. La dejé ir y mientras terminaba de vestirme, mi móvil sonó, conteste de inmediato y mi padre por primera vez en años estaba gritándome del otro lado de la línea, exigía mi presencia de inmediato, no sabía qué sucedía y hable firmemente con él. – Hijo, no estoy molesto, no es sobre nuestras empresas y lo que anoche hiciste - él ya lo sabía – Milenka está aquí, exige verte, viajó toda la noche desde Italia hasta aquí – maldición, maldición, maldición, mi mente gritaba. – Dile que estoy en mi casa, que llegaré en un par de horas, inventale algo sobre el desfase horario o solo dile que recién estoy despertando – susurro un sí y escuche la v
Esmeralda Maneje directo al restaurante, allí me encontré solo con Diamante, ella se me quedó viendo, bien sabía dónde estaba, pero no diría nada, solo se limitaría a pedirme que me cuidara, solté un suspiró y pedí un café, estaba algo confundida no lo podía negar, Júpiter me había pedido tiempo, pero ¿para qué? Entre los dos todo estaba claro, él sería padre de un bebe que tendría junto a Milenka, un escalofrío recorrió mi espalda. Mi hermano llegó a la mesa con una bandeja con dulces, eso me gustaba, lo saludo y comencé a comer junto a ellos, sinceramente no me podía quitar la noche anterior de la cabeza, me pasaba lo mismo, pero ¿Por qué? Yo debería odiarlo, debería estar molesta, pero no logro encontrar un motivo para molestarme con Júpiter. Nos casamos, él lo hizo, pero no me molesto, no lo justifico, sus actos fueron egoístas, pero el tiempo que se dio para hacerme confiar en él, me logro demostrar que sus sentimientos hacia mí eran sinceros, lo que sucedió con Milenka fue ant
Júpiter Amato La canción comenzó y el novio avanzó hasta el altar, luego de eso fue ella, feliz, observando fijamente a su hermano, casi pude ver el brillo de la emoción en sus ojos, es que nadie me podía decir que esto no era algo perfecto en la mente de mi preciosa Esmeralda. Luce preciosa, me había encantado el detalle que tuvo conmigo, pensé que jamás volveríamos a tener un momento para nosotros, pero estas cosas son las que no me dejan perder la esperanza de que podemos seguir con nuestros planes como pareja, ¿y por qué no? Lograr en algún momento tener nuestra propia familia, porque ese era mi anhelo, vivir con ella esa experiencia. A mi mente vino nuestra boda, ella luce preciosa, aunque no sabía que se estaba casando conmigo, dijimos que, sí y ella bromeó con que todo esto fuera real, una triste realidad, porque el día en que ella acepte volver conmigo celebraré una boda, una de las bodas más grandes que pueda haberse visto, será un evento desde la iglesia, hasta la luna de