Capítulo VII
Parpadee un par de veces mi cabeza dolía y las paredes blancas con una fuerte luz no ayudaban mucho, trate de moverme, pero mi espalda era un asco, esto me hizo recordar las habitaciones en el primer seminario al que asistí, me reí y de pronto vi a mis hermanos delante de mí, los dos tenían caras de pocos amigos, se veían trasnochados, algo cansados, pero luego recordé todo.
– Idara – dije y ellos se apresuraron a mí - ¿Cómo está Idara? – los dos se miraron y Samuel negó con la cabeza - ¡¿Dónde está Idara?! – un dolor a la altura de mis costillas me obligo a doblarme y poco a poco todo volvió a ser negro.
Cuando volví a despertar todo estaba oscuro, Simona dormía a mi lado, sentada sobre un sillón, me estire y comprobé por mí mismo que el dolor de la espalda ya no era
Capítulo VIIIUna semana más tuvo que pasar para que mi morena saliera del hospital, pero allí pase con ella todos los días, con buenas visitas, otras algo inesperadas, familiares y uno que otro amigo.Habíamos hablado mucho y nuestro siguiente paso era ir por Emilio, él no merecía estar de casa en casa, si tenía a su familia, pero esta vez decidimos hacerlo tomando un avión a São Paulo, quedándonos en la casa familiar, y partiendo por él al día siguiente, quería ver que necesitaba, comprarle sus cosas.Y así fue como todo sucedió, salimos un lunes por la mañana, Samuel nos llevó hasta el aeropuerto, él me entregó un manojo de llaves que eran de la casa en la ciudad, allí llegamos un par de horas después, nos instalamos y luego de un baño y un cambio de ropa, tomamos el carro y emprendimos camino hasta l
EpílogoEntre corriendo a la sala del hospital, habían pasado 5 años desde la última que estuvimos aquí, esta vez era por algo diferente, algo hermosamente diferente, pregunte a la enfermera por la sala de maternidad, ella dijo que estaba en el tercer piso y seguido por mi hermano, Javier y tío Arminio, subimos casi corriendo.Allí en una de las puertas estaba de pie mi hermana, y en los asientos de afuera mi hijo, junto a Isabel, ellos sonrían y yo entré directo a la habitación, Idara había comenzado con contracciones, nuestros bebés nacerían y aunque sabía de sus dolores, apenas me vio sonrió.Me acerqué a ella, mientras una enfermera monitoreaba sus signos, bese su frente, sin importarme su sudor o sus quejas, le susurre al oído cuanto la amaba, agradecí su fortaleza y en silencio eleve un rezo.Dos horas después y 7 cent
Dulce MárquezPuse mis audífonos y paso firmé caminé hasta el local al final del callejón 33, un lugar de aspecto lúgubre de día, pero que cobraba vida por la noche, necesitaba hablar con Carlos, él era uno de los pocos hombres a los que le podías pedir n trabajo rápido y donde se pagara bien, sin tener que vender el cuerpo por completo.La cosa estaba cada vez mas difícil, la situación país era complicada y cuando uno no tenia nada pro que quedarse aquí, era mejor partir, salir de allí.Suspiró y toco la puerta, mientras espero mi mano se va automáticamente a mi medallita, la única cosa de valor que cargo, la medallita que mi madre me dio antes de morir y que conservo con un gran recelo.¿Qué traes niña? – pregunta Carlos apenas me ve – es temprano aun ¿debe ser muy importante?
Íker DenaroSalía de la consulta con mi terapeuta, había decido comenzar un régimen hace algunos días me di cuenta que estaba bebiendo demasiado y eso estaba afectando a mi juicio, a mis negocios y sobre todo a mi vida persona, en la última semana me había sentido más cómodo, incluso había podido sostenes una conversación con Milenka, que estaba igual de chillona que siempre, pero por lo menos había entendido que no seriamos una pareja, aunque ella había dicho que seguiría intentándolo, según ella – lucharía por nuestro amor – rodé los ojos al recordar eso.Subí hasta mi oficina y me tope con a sorpresa de que mi hermano estaba allí, traía cara de pocos amigos y mientras me entregaba algunos informes, sacaba a cada rato su móvil, lo invite a quedarse en mi apartamento y acepto.Solo es
¿Qué? ¿Cómo que la dejaste? – Franko estaba al borde de un colapso – hace unos diez años atrás, nos conocimos en NY, yo no sabia quien era ella, ni ella quien era yo y aun así me acepto una invitación, terminamos pasando un fin de semana juntos y luego de eso me enteré de que era hija de un socio – estábamos todos impactados y algo divertidos – decidí alejarme, y que mejor que poner distancia entre nosotros, ella no me busco, ni yo a ella.¡Dios mío! Jamás pensé escuchar algo así de mi padre – Estábamos sorprendidos, yo reía algo nervioso.Pero, no entiendo ¿Por qué no la buscaste? ¿solo por un socio? – mi padre asintió.Mas que socio, era un buen amigo, hace algunos años falleció – todos nos lamentamos – cuando lo supe, quise ponerme en
Estaba caluroso, desperté con los ojos pegados en las paredes blancas, había pasado los últimos días durmiendo al lado de Javier, mi hermano estaba bastante mejor de salud, pero los doctores no le daban muchas esperanzas de vida, lo mejor que oí fue que le daban seis meses de vida, él se conformaba con eso, pero no logro recordar la ultima vez que había llorado tanto como ese día.Solté el aire y escuche como mi hermano se reía de mi y se burlaba de mis ojeras, la verdad es que cada vez que él duerme, busco algún tratamiento, algún lugar en donde me den mas esperanzas, pero hasta el momento no había tenido éxito alguno.Pronto llego Diamante, ella se había hecho muy amiga de Javier, a mi hermano le encantaba pasar el rato con ella, eran muy parecidos y con un humor negro que espantaba, ese día ella se quedaría a hacerle compañía, y
Veía a Peter pasearse por el departamento, aun no habíamos recibido noticias de Milán, pero confiaba en que fueran positivas, nos gastamos un buen dinero en los primeros dos pasos de nuestro plan por allá, la idea era que durante la noche llegara la primera carga, total, por la mañana tendríamos la segunda carga, el lugar estaba listo, solo quedaba esperar, pero él estaba totalmente impaciente y para estas cosas, yo, no sirvo.Me excuse con él, tome mi saco y Sali de lugar, quería algo, una aventura, algo nuevo, pero, así como varias veces antes lo había hecho termine merodeando cerca del museo de NY, allí trabajaba la que por años fue mi compañera, Esma, ella siempre estuvo a mi lado, incluso después de descubrir que tenía un lado homosexual, me acepto con mi bisexualidad, me acepto con mis errores del pasado, siento que no supe como corresponderle.Suspiro
Nos subimos al carro que ella manejaba y le di la dirección, no hablamos mucho, la verdad estaba sumido en mi mente, un plan b ahora, no se veía tan mal, en mis contactos busqué algo, más bien alguien, que me sacara del país en cosa de minutos u horas. No es que no tenga fe en lo que hace Peter, por algo lo apoyo, pero si algo me demuestran las películas es que los malos, las venganzas y los secuestros jamás salen del todo bien.Entramos al edificio, por el estacionamiento, una vez que estuvimos delante del ascensor, marque el código y este nos llevó al pent-house, allí apenas entramos la situación se puso algo tensa, Regina a paso lento se acercó a su hijo quien no la vio con buenos ojos, me busco enseguida para pedirme algún tipo de explicación, nada le podía decir, ella es más intimidante que él.Es tu madre ¿Por qué no q