LUCÍANA:
La entrega de mis mercancías salió todo a la perfección, mis clientes quedaron satisfechos y ya dejé todo listo y preparado. En estos momentos nos encontramos Esteban y yo abordando nuestro jet privado. —Lucía, ¿No te has puesto a pensar por qué los dos somos los únicos solteros de nuestra familia? Pregunta mi hermano mientras tomamos nuestros asientos y colocamos nuestros cinturones. —La verdad sí y pienso que es un golpe de suerte. Digo mientras sonrío. —Es enserio lo que digo, Iván ya tiene casi nietos, Luisa tiene muchos hijos ya grandes… Bueno y quizás sea entendible por que soy el más pequeño, pero tú… Tienes cincuenta y algo de años ¿No se supone que los gemelos encuentran a su mate al mismo tiempo? Habla Estaban pensativo. —Nuestros hermanos solo tienen suerte, mi padre duró más de cuatro siglos para encontrar a nuestra madre, así que me considero muy joven para esas cosas.—No tienes remedio…. ¿De verdad no quieres encontrar a tu mate?Me pregunta mirándome a los ojos.—Nunca dije que no lo quería encontrar, solo que por ahora no quiero atarme a nadie … Y ya has silencio que quiero dormir.—Está bien.Dice mientras se coloca sus auriculares y cierra los ojos.Hago lo mismo que él y decido dormir un poco.(...)Al bajar nuestro jet privado corro a los brazos del hombre que es como mi segundo padre.—BIRK.Digo y salto a sus brazos.—Oh, pequeña mocosa te extrañe mucho.Habla mientras me estrecha en sus fuertes brazos.—Cielos yo también.Digo con una sonrisa en el rostro, mientras me separo de él.Esteban saluda a Birk igual de emocionado que yo.—¿Has cuidado bien a tu hermana?Le pregunta Birk y este solo sonríe asintiendo.—Por supuesto, la he cuidado como una bebe acabando de nacer.—No se por que no te creo, pero fingire que si.Habla Birk mientras sonríe.—¿Como están mi familia Birk? ¿Y tu esposa e hijos como están?Le pregunto.—Todos están en perfectas condiciones, como siempre.—Eso es bueno.Digo mientras me subo de copiloto en la lujosa camioneta.Mientras Birk conducía de manera tranquila le pregunto.—¿Sabes cual es el encargo que me tiene mi madre?Le pregunto y él asiente.—Así es, pero no me pregunte que no le voy a decir.Me responde sin mirarme y hago un puchero.—Vamos Birk, prometo hacerme la sorprendida cuando ella me diga.Hablo poniendo los ojos de cachorro, pero Birk se niega.—Ya me conoces Luciana, no voy a decirte.Dice mientras coloca música con mucho volumen.Esteban solo se rie burlándose de mi… Ese inutil.Unas horas después llegamos a la manada, que con los años ha crecido y desarrollado de una manera sorprendente.Saludo con mis manos a algunos de mis conocidos hasta llegar a la mansión.En la entrada se encuentran mi madre, mi padre, mis hermanos Ivan y Luisa y mis sobrinos.Me bajo con una sonrisa de la camioneta… Nada se siente como estar en casa.Lo primero que hago es saludar a mi madre que le salen lágrimas de alegría en sus ojos. Luego a mi padre, mis hermanos y por último a mis sobrinos que en total son diez, Ivan tuvo seis hijos y Luisa cuatro.—¿Dónde están Carolina y Daniel?Pregunto por mis cuñados. —Están terminando de preparar los últimos detalles del banquete, ya sabes cómo son cuándo se habla de cocina. Dice mi madre y todos empezamos a entrar en la gran mansión. El olor a diferentes comidas inunda mis fosas nasales y sonrío de forma inconsciente. —Mi niña. Dice Alba corriendo a mis brazos. —Tía Alba, ¿Cómo estás? Hablo emocionada al verla otra vez. —Muy bien ¿Y tú cariño? Cada día más, estás más hermosa. —Por supuesto que cada día está más hermosa… Son los genes de su madre, gracias a mi tiene esa belleza inigualable. Dice mi madre y besa mi mejilla con una sonrisa. —Maaa. Le reprocho y ella sólo sonríe con burla. —Los dos, se van a bañar y bajen para el banquete. Dice mi mami y Esteban y yo le obedecemos como dos niños pequeños. Entro a mi antigua habitación y sonrío con nostalgia al recordar todo los bellos momentos que he pasado aquí. No me detengo mucho a recordar y me dirijo a darme una corta ducha. Luego de terminar me cóloco un lindo vestido color pastel, dejo mi cabello suelto y bajo para devorar toda la comida que encuentre. Al llegar a la cocina saludo a mis dos cuñados y al beta Raphael qué parece un chicle pegado a Alba. En medio de risas, chistes y cuentos malos disfrutamos el hermoso banquete qué se había preparado. Antes de Esteban y yo retirarnos a nuestra habitación para dormir nuestra madre nos detiene. —Los espero en el despacho de su padre, mañana a primera hora ¿De acuerdo? Dice mientras abraza a mi padre y este deja un beso en sus labios… Iiiuugg. —De acuerdo, descansa ma, descansa pa. Digo y me retiro escalera arriba, pero no sin antes despedirme de los otros… Haber que nos espera el día de mañana.LUCIANA :Al otro día a primera hora ya estaba en el despacho de mis padres junto a Esteban, Iván, Luisa, Birk y mis padres. —Es tan lindo ver a mis hijos juntos después de un largo tiempo. Dice mi madre mientras entrelaza los dedos con mi padre y se miran con amor. —Por favor ma, no coman delante de los pobres. Hablo cruzándome de brazos y todos se ríen. —Bueno a lo que vinimos queridos hijos, Asher esposo mío e Iván, por favor explíquenle a mis dos criaturas solteras cuál será su siguiente encargo. Dice mi madre y nos mira a Esteban a mí. —¿Tiene que ser nosotros dos? Le pregunto. —Por supuesto, tu hermano Iván es el alfa y por lo tanto pasa la mayor parte del tiempo ocupado y tu otra hermana aquí, es la beta del alfa de los alfas y su tiempo es muy poco aparte de que ambos tienen familia… Sin embargo ustedes… —Sí ma, ya entendimos… Pero ¿Dónde quedan papi y tú? Interrumpe Esteban y mi madre lo mira muy mal. —Tú padre y yo nos iremos de vacaciones a México… Mientras vigi
Al abrir la puerta y entrar a una lujosa y elegante oficina mis ojos ven el hombre más guapo que mis ojos pueden ver… Carajo qué obra de arte. Pienso mientras relamo mis labios. El guapo y hermoso hombre levanta la mirada y me observa con esos bellos ojos azul oscuro. Observo su cabello castaño oscuro perfectamente peinado dándole un toque elegante. Mi mirada baja a sus labios algo fino, pero deseable… Como quisiera comérmelo. Pienso mientras siento el calor subir por en medio de mis muslos. —Señorita Moretti, ¿Por qué quiere este trabajo? Su gruesa y sensual voz me saca de mi ensoñamiento y puedo sentir como mi loba gruñe deseándolo. —No es nuestro mate Sacha para que te comportes de esa manera, controlate. Le hablo a través del link y miro al hermoso hombre que está frente mientras permanezco de pie. Entonces recobro la compostura, acomodo mis horribles gafas y pongo una cara muy triste. —Necesito el trabajo porque… Porque mi hermano menor y yo estamos pasando por muchas
LUCIANA :¿—Cómo te fue hermanita? Me pregunta Esteban mientras se come una funda de papas. Sólo ruedo los ojos y entro al viejo departamento quitando mis horribles gafas y los zapatos horrible de doña. —Creo que bién, supongo que van a llamarme. Digo mientras me dirijo al refrigerador para tomar una botella de agua. —¿Y tú? ¿Pudiste entrar a la empresa del imbécil de Mario? Le pregunto lanzándome al sofá. —Sí, me pusieron como seguridad… No puedo creer como he caído tan bajo. Dice con un suspiro pesado haciéndo un puchero. —Deja de quejarte, sólo es trabajo. —Lo sé… Pero aún así es raro. Dice y se sienta a mi lado encendiendo el televisor. ¿—Qué quieres ver? Me pregunta Esteban. —No se… Algo de acción y mucha sangre. Le respondo y el asiente buscando lo mejor para ver. Mientras veo la peli me quedo dormida y soy despertada por el insistente sonido de mi celular. Observo a mi hermano y este está roncando como camión. Así que tomo mi teléfono y sin ver la pantalla lo
LUCIANA :La diferencia de andar hermosa y de andar como doña era mucha… Por eso siempre he escuchado una frase que es cierto “El que no enseña no vende” Mientras voy en el bus, ni una sola mirada se dirige a mí… Es como si fuera la chica nerd invisible. Al llegar a mi parada me despido de Esteban y bajo para caminar unos cinco minutos. La gran empresa se deja ver y con un suspiro me dirijo a ella. Al llegar me dirijo a la recepcionista. —Buen día, disculpe ¿Dónde se encuentra la señorita Milena Joseph? Hablo mientras acomodo mis gafas. La recepcionista me mira de arriba abajo y hace una cara fea. —Tú debes de ser la nueva asistente ¿No es así? Me pregunta sin dejar de mirarme. —Así es. Finjo una sonrisa para no arrancarle la cabeza ¿Qué se cree esta estúpida plástica? —Él guardia de allá te guiará… Ahora largo de mi vista doña. Me dice con burla. Con un suspiro me dirijo hacía el guardia y este muy amable me guía a la oficina de Milena. Le agradezco y este se retira.
LUCIANA:Mi primer día de trabajo… ¡Qué pesadilla! Organizar, revisar, y colocar en otra parte los papeles que mi jefe debe de filmar es algo difícil… Aparte de que mi guapo jefe permanece como un témpano de hielo concentrado en su trabajo. La hora de comer llega y Milena entra a la oficina con comida en sus manos. —Oh, aún estás aquí Luciana… Ya puedes retirarte a comer o si gustas, puedes almorzar con nosotros.Dice, pero niego de inmediato. —Se lo agradezco Milena, pero bajaré a comer. Hablo mientras me coloco de pies y me retiro al comedor. Bajo por el ascensor y al salir no hay nadie en el piso… Supongo que deben de estar en el comedor. Al estar ahí muchos me miran de manera rara y otros sólo me ignoran. Me dirijo a buscar mi comida y para no llamar la atención tomo algo sencillo. —Disculpa… ¿Eres la nueva asistente? Me pregunta una rubia junto a otra castaña, ambas con el mismo cuerpo… Al parecer fueron hechas con el mismo molde… JEJEJE. —Así es. Finjo una sonrisa t
LUCIANA :Desde lejos se puede notar la incomodidad de mi guapo jefe y se despega de ella con el ceño fruncido. —Le pido que por favor mantenga la distancia de mí señorita Olivero. Dice con seriedad y sonrío victoriosa. —Oh lo siento, pero como ya le he dicho otras veces… Puede llamarme Mari. Dice con una sonrisa comiéndoselo con los ojos. Ambas mujeres dirigen su vista hacia mí y me miran con desagrado. —¿Quién es la señora? Pregunta la mujer mayor. —Es la asistente del joven Andrew. Contesta el tal Olivero. —Oh. Es lo único que dice la señora y se da la vuelta para entrar a la casa. En la mesa se encuentra un bufé con varios bocadillos qué ha simple vista se miran muy ricos… Pero gracias a que soy una poderosísima bruja puedo darme cuenta de que esos alimentos tienen algo extraño. —No permitas que esos imbéciles lastimen a nuestro hombre Luciana. Habla mi loba desesperada por tomar el control y despedazarlos. —No lo permitiré… Esos malditos han puesto una poción para
LUCIANA :Observo a todos los hombres y uno de ellos de inmediato se acerca y abre la puerta. —¿Se encuentra bien jefe? Le pregunta con preocupación y este solo asiente. Bajo del auto igual y miro a todos los hombres que están más que buenos… Rayos… ¿Acaso estaban escondidos todas estas delicias? —Señorita Moretti ¿Acaso es sorda? Me giro hacía mí jefe de inmediato. —Disculpe ¿Decía algo? Pregunto mientras quedo como estúpida. —Suba al auto. Dice señalándome una de las camionetas blindadas. El chico que le preguntó a mi jefe si se encuentra bien me abre la puerta con una sonrisa. —Por favor entre señorita Moretti. Dice y me derrito al ver la hermosa sonrisa de ese guapo chocolate. El chico es fuerte, con unos brazos de infarto, de piel morena y ojos grises, debajo de la camiseta se puede ver unos tatuajes muy notables. —Gracias. Le sonrío y no puedo evitar guiñarle un ojo… Controlate Luciana. Me recrimino mientras entro a la camioneta. Mi jefe me sigue con el ceño fru
LUCIANA :Regreso hacía dónde está Milena y ella muy amable me lleva a una habitación. —Te quedarás aquí esta noche, cualquier cosa que necesites no dudes en llamarme. Me dice Milena con amabilidad. —Muchas gracias Milena. Le sonrío. —No es nada… Te traeré una muda de ropa de las mías… Aunque tienes más cuerpo que yo, supongo que te van a servir. Dice mientras me mira de arriba abajo y yo asiento quedándome sola en la habitación. Unos diez minutos más tarde llega Milena con varias mudas de ropas. —Nunca he usado ninguna de estas… Estoy segura de que te van a servir. Dice entregándome todas las ropas. —Gracias de nuevo Milena. Digo tomándo la ropa y la coloco encima de la cama. —Ya te dije que no es nada… Cuándo te duches y te cambies ven a la cocina para que cenes… supongo que debes de tener hambre. —Oh, está bien. Hablo y ella se marcha de la habitación. Con un suspiro observo toda la habitación para ver si no hay cámaras ocultas o algún micrófono. Al ver que no hay n