Diane sintió que el oxígeno no llegaba a los pulmones al escuchar el nombre de Dominick como sospechoso de la muerte de su hermana.
— Doctora, la situación es muy difícil - La mujer que estaba hablándole a Diane entendía de la gravedad de la situación— Por supuesto estos tipos de Crímenes ocurren a menudo, pero no podemos acusar al hombre de buenas, a primeras, conocemos a Dominick Mascherano, sabemos que es uno de los hombres más peligrosos de Italia y.— Entiendo tu punto de vista, pero si la Ley viene no podemos hacer absolutamente nada para - Antes de que Diane termine de hablar su teléfono había sonado, era un número desconocido, pero Diane había respondido.— Ya te han entregado supongo los resultados de los estudios forenses - Diane había reconocido de manera inmediata la voz de Dominick.— ¿Y qué crees? - Diane había sonreído al pronunciar aquellas palabras.— Perfecto, lo has descubierto, pero al momento en que tú des aquellos informes, voy a hacer que aquel hospital vuele en mil pedazos, muchos pacientes van a morir y tu cadáver será uno de los que quede por debajo de los escombros, y lastimosamente no podrás asistir al funeral de tu madre.— ¿Que es lo que quieres? - Diane ejerció más fuerza en el aparato celular que sostenía en la mano mientras escuchaba atentamente lo que el hombre estaba por decirle.— Fue un asesinato, el origen del crimen es desconocido, de hecho la única información que se tiene ahora es la que tú tienes en las manos Señora Mascherano, destruye eso que tienes en la mano, y entrega el que tienes en el cajón de tu escritorio, a estas alturas la enfermera que vio el resultado contigo ya desapareció de tu vista.Diane miró con dirección en donde se encontraba la mujer, pero efectivamente la mujer, como lo dijo Dominick ya no estaba.— ¿Que has hecho? - Espetó Diane enojada - Eres un maldito Criminal.— Lo mismo que hice con tu hermana, asesinarla, ya tu lo has dicho soy un criminal - Dominick había terminado con la llamada, Diane se dirigió a su escritorio encontrando una carpeta negra.Al abrirla encontró toda la información que había leído, pero con el nombre de otra persona como el asesino, Bruno Daurela, no se tiene registros del hombre en lo absoluto, según el informe que tenía ella en las manos.— Doctora, el Comisario encargado de la investigación de la muerte de su hermana, está aquí - Una enfermera informó.— Déjalo pasar - Diane tragó saliva, mientras observaba al Uniformado entrar.- Soy el Comisario Brandon Echeverría, como usted es hermana de la señorita Aylen Cantú, hemos permitido que los estudios forenses sean realizados por usted por el respeto a su familia, y estoy aquí para conocer todos los detalles Doctora.— Mi hermana fue torturada sexualmente, posteriormente su agresor la apuñaló aquí está todo el informe - Diane le había entregado la carpeta.El Comisario lo tomó en las manos y empezó a leer el informe, hasta que se detuvo en el nombre del asesino.— Es Bruno Daurela - El Comisario se vio con el rostro frustrado.— ¿Quién es Bruno Daurela? - Preguntó Diane, expectante ante la respuesta que le daría el Comisario.— Es un hombre que se mantuvo oculto durante muchos años mejor dicho su último crimen detectado fue hace 4 años, la joven fue violada y apuñalada con 4 estocadas, pero en lugares sin alcance policial con logística alta sabemos que él estuvo presente, sus actos no son tan seguidos, o mejor dicho hace 4 años ha matado a una joven de alto rango económico, y ahora también ha hecho lo mismo, Bruno Daurela está en la Sociedad Italiana y no hay manera de dar con él, es todo lo que sabemos, pero continuaremos con la búsqueda— El comisario se había puesto de pie, se despidió de Diane y dejó a la mujer a solas.Diane se llevó el rostro entre las manos, pero agarro su cartera y salió del consultorio rápidamente, al momento de salir del hospital antes de llegar a su vehículo, tomates podridos, huevo, frutas completamente podridas, botellas de vidrio la golpearon, Diane se tapó el rostro para evitar que la golpeen en la cara.— Ahí está la m*****a perra que se acostó con el prometido de su hermana en el mismo día de su funeral, y no conforme a eso, se trajo con ella el vehículo que el mismo Dominick le regaló a su hermana.— M*****a, sucia, pecadora - Fueron otras de las palabras expresadas, otra persona llego a herir a Diane con una botella rota, su cuerpo estaba sucio, Diane había caído de rodillas, ningún Guardia de seguridad se había puesto a defenderla.Ante todos ella era una sucia pecadora, por revolcarse con Dominick.— Esto te pertenece, no vuelvas a pisar las instalaciones del hospital, si lo destruyen de ti puedes descargar tu liquidación desde la web.El director del hospital en donde trabaja la despidió, al momento en que el Director se alejó de ella, un grupo de mujeres atacaron a Diane ella no tenía manera de defenderse, estaba indefensa, golpeada y sucia.Entonces las llantas de un vehículo se escucha, inmediatamente un hombre vestido completamente de negro descendió, empujó a las mujeres y con total elegancia llegó hasta Diane la cargo en brazos, sin importar que estuviera manchada con huevos y verduras con frutas podridas.Diane al estar cerca de cerrar los ojos visualizo las facciones masculinas muy cerca de su rostro, las agresiones se detuvieron, ella parece haber visto muchos hombres vestidos de negro cerca de ella. — ¿Por qué no corriste? Aparte de ser tu esposo, ¿tengo que ser tu niñero? - Dominick Mascherano entró a sentarse al lado de ella en el vehículo, Diane sintió que su teléfono había vibrado, Dominick fue más ágil, la joven había cerrado los ojos, mientras el hombre revisaba el teléfono de la mujer. Muchas notificaciones habían caído en sus redes sociales, todas ellas expresan lo mucho que la aborrecen por terminar teniendo sexo con el prometido de su hermana. Los ojos de Dominick observan cada comentario de odio hacia ella, antes de que el hombre apague y tire el celular, el cuerpo de Diane había temblado, el hombre de inmediato se había sacado el saco que traía puesto y se lo coloco, entonces una nueva notificación había caído en el teléfono de Diane. *Alexa: Diane, soy tu mejor amig
— No quiero irme, no quiero dejar a mis padres, no voy a irme. — Que lastima que no se trata de lo que tú quieras o no, es una orden mía y como tal tú vas a cumplirla, ¿o quieres quedarte para ver el matrimonio de tu amor con otra? - Se notaba la gran burla, en su voz, en su mirada - o mejor aún que tu madre vaya deteriorándose porque la célula que habita y se alimenta de ella no va a esperar, una mínima pausa del medicamento y es el inicio del fin. — No sabes cuánto te desprecio, y no importa que él se case, él seguirá siendo el hombre de mi vida, tú no eres como él, tú eres un maldito Criminal, eres un tirano. — Hazme el favor de no comparar a Dominick Mascherano con Franco Rizzi ¿me escuchaste? - Dominick se acercó a ella, Diane había retrocedido de manera inmediata, pero el hombre logró agarrar a la mujer de la muñeca. — Él no es un Criminal, nunca podría compararte con él, porque a diferencia tuya él es un verdadero hombre. Antes de que Diane dijera algo más, un beso dominan
Dominick se encontraba hablando con el piloto cuando el vehículo que traslada a Diane se había estacionado en la aviación privada del Grupo DM, la mujer se había percatado de que su teléfono había sonado en innumerables de ocasiones, pero no era la persona más valiente el día de hoy, además conoce el tono personalizado de las llamadas y los mensajes de Franco, sabe perfectamente que él llamaba, pero no quiso contestar, no quiso que esto fuera más doloroso. — Ella es mi esposa, Diane Mascherano - la voz de Dominick emana liderazgo, su aura es suprema. — Señora Mascherano - El piloto la saludó, el Trato de Dominick con los que trabajan para él era aparentemente buena, la pareja se subió a la avioneta, Diane en ocasiones viajaba, y todas las veces que lo hizo fue en compañía de Franco. La mujer se estaba acomodando cuando Dominick la agarró de la muñeca, Diane estuvo cerca de gritar, pero los labios de Dominick tomando posesión de ella le impidió cualquier acción, las manos calientes
La media noche en Milán había llegado, Diane abrió los ojos un poco aturdidos, más bien su pequeño cuerpo se encontraba temblando, la calefacción no estaba encendida, Diane se masajeó el brazo buscando darse calidez a ella misma, la habitación estaba en total oscuridad, pero algo había llamado su atención la tenue luz de la luna que se infiltra a través de las cortinas dejó ver una elegante figura sentado, el humo del cigarro asustó a Diane. — ¿A qué le temes? - la profunda voz de Dominick estremeció a Diane, había encendido la lámpara encontrando el arte de la elegancia puesta en Dominick. — Puedes hacer el favor de dejarme en paz, aunque sea en las noches - Expuso Diane, perdiéndose en la exquisita facción masculina, ella ha visto innumerables hombres, pero Dominick era un punto y aparte, era un Rey que no todos parecen tener al alcance, en cambio, es el Rey dueño de su calvario. — Dominick Mascherano no acostumbra realizar favores - El hombre se había puesto de pie, su alta figu
— Todo depende de tu nivel de servicio - Dominick la tomó de la barbilla - Si no cooperas, no hay favor - El hombre había sonreído de manera peligrosa. — ¿Qué quieres que haga? - Preguntó Diane aunque ya se imagina por donde podría ir aquella solicitud. — Toma la iniciativa y sedúceme - Dominick expresó aquellas palabras en un Susurró logrando que Diane trague saliva - Pero si no puedes - Él lo dijo sonriendo mientras se aparta de Diane. — Lo haré - Respondió Diane con contundencia, aunque no sabe como puede terminar esto, sus pequeñas manos estaban temblando. — 5 segundos, si en 5 segundos no inicias tu labor de convencerme, lamento decirte que tus padres no obtendrán ninguna ayuda de mi parte, y tampoco quiero escucharte llorando porque esta será la única vez que yo voy a intentar de hacer algo por ti, si fallas no habrá segundas oportunidades. Dominick se dirigió a su habitación, Diane sabe lo que tiene que hacer si quiere la tranquilidad y la seguridad de sus padres asegurada
Antes de que Diane volviera a marcar una vez más el número telefónico de la Mansión de sus padres, todos los cristales de la Villa fueron rotos, varios disparos se habían escuchado, incluso 1 de las balas había terminado destruyendo uno de los jarrones que reposaba en la sala, Diane se había refugiado por detrás del Sofá, mientras los encargados de la seguridad de Dominick responden al ataque, fueron unos 3 minutos después que los disparos dejaron de escucharse, Diane se había puesto de pie, al mismo tiempo que Dominick también entró en su campo de visión. — Señor, tenemos que hablar es urgente - Uno de los guardaespaldas habían llegado junto a Dominick. — Quiero una explicación inmediata de lo que acaba de ocurrir, quien es tan estúpido para desafiarme - Espetó Dominick Mascherano con la furia impregnada en sus ojos y en su rostro. Diane se quedó quieta, su pecho sube y baja, nunca había estado en una situación de esta magnitud, su pequeño rostro estaba pálido, ella estaba asustad
— No estoy interesada en nada de lo que usted pueda ofrecerme - Diane realizó el intento de que el hombre la suelte, no obstante sintió la penetrante mirada de alguien puesta en ella. — A las cualquieras como tú debemos de sorprender con la carretera llena, dinero es lo de menos, de hecho puedo ofrecerte más que Dominick, mucho más. — Ya le he dicho que no estoy interesada en nada de lo que me Ofrezca - Diane había levantado la voz. — Entonces no cobras, eso es mucho mejor, vamos no vas a arrepentirte - El anciano tenía una mirada lujuriosa que para Diane era asquerosa. — Mejor aléjese de mí - Diane retrocedió, pero el agarre del hombre se intensificó tanto que su piel podría quedar rojiza. — No puedes negarte, solo por acostarte con Dominick no te convierte en especial, nadie lo es para aquel hombre, es más, siempre es bueno con sus amigos y deja que después de usar a una mujer nos la regala. — Las mujeres no somos unos objetos a las cuales ustedes pueden llamar usar - Diane le
— Muy bien, hablemos de hombre a hombre - Carlos Bianchi se había puesto de pie, pero inmediatamente el subordinado de Dominick coloco su mano en el hombro del hombre y lo hizo sentarse. — Tú no eres un hombre por pegarle a la mujer y tampoco te he dicho si vamos a hablar, aquí el que tiene la última palabra soy yo - Dominick se escuchaba terrorífico. — Mascherano - Carlos paso por alto la advertencia del subordinado de Dominick mucho menos se percató de que había cometido un grave error al llamar al poderoso hombre nada más por su apellido como si de cualquier persona se tratará. — Dominick - Espeto el hombre de manera contundente ante el arrebato que puso de peor humor a Dominick - nunca en tu jodida vida vuelvas a llamarme por mi apellido - Dominick se acercó a Carlos Bianchi, pero antes de cualquier otra acción el subordinado le facilitó a Dominick un par de guantes que el hombre se los colocó una vez puestas agarro fuertemente de la barbilla a Carlos Bianchi. Carlos se había