. . CALIFIQUEN, CALIFIQUEN, ESTO ESTA QUE ARDE CHICAS, AGREGUEN A LA BIBLIOTECA, GRACIAS POR EL APOYO, PARA LAS QUE SON NUEVAS, BIENVENIDAS Y PUEDEN SEGUIRME EN I N S T A G R A M; ESCRITORA PALACIO.
Sonia y Bianca se miran con complicidad. —ella no está aquí, escapó, así que robó el anillo. También robó nuestras pertenencias valiosas. Dígale al señor Grey, que Adamaris es un peligro para la sociedad— suelta su veneno —debe estar felizmente gastando el dinero de todo lo que nos robó —le daré su recado señorita, ¿Dónde está Jacobo? —¿Acaso no escuchas? ¡Fue Adamaris! Mi prometido no tiene nada que ver, así que vayan a buscarla y que pague por el daño ocasionado, que vergüenza para nosotros. Una familia tan respetada que por culpa de esa loca mental nos está haciendo quedar mal. Qué pena con el señor Grey —creo que ha sido suficiente— agrega Sonia —lo acompañó a la puerta señor Marcus— Sonia señala hacia la salida con elegancia Marcus está muy molesto por la actitud de Bianca y por lo mal que habló de su propia hermana, lo peor será explicarle a su jefe. El cual tiene un temperamento de los mil demonios y que a veces por ese fatal temperamento no razona. Al salir de la
—¿Cómo es posible...? Yo... —no acepto un NO, por respuesta, señorita Campabell. Sé perfectamente quién es usted —¿Acaso investigo mi vida?— Ada está sorprendida —un hombre como yo, siempre debe estar un paso adelante. Señorita Campabell, no le demos más vueltas al asunto. Usted necesita de mi poder —si usted averiguo mi vida, señor Grey, creo que también sabe que no soy una mujer que depende de un hombre —en este caso, sí— Grey se cruza de pierna demasiado varonil, y Ada abre sus ojos como platos porque presenció aquel movimiento, donde el bulto de aquel hombre le da a entender que es beneficiado por un buen miembro El rostro de ella se sonroja y Adams se percata de ello. —¿Le sucede algo?— pregunta y el rostro de Ada que está sonrojado pasó a estar pálido —ammm yo... Estoy, estoy bien señor Grey— miente —lo siento, pero sé que usted tiene novia, lo mejor es no tener más problemas —de mi vida personal me encargo yo, señorita Campabell. Si usted acepta ser mi esposa, pod
—¿En qué tanto piensas?— las manos de Gina, se deslizan por el pecho desnudo de Adams. La pareja está en el penthouse, solitos en la habitación —tenemos que hablar— Grey la toma de las manos y ella frunce el ceño, pero luego suelta una risita nerviosa —mi amor... Me estás asustando— dice al ver el agarre de su novio, el cual la suelta y luego se coloca de pie Su perfecto cuerpo, es una maravilla para los ojos de su novia, la cual muerde su labio inferior, al ver aquella anaconda erecta solo para ella. —amor, háblame— le hace pucheros, ya que está necesitada, pero Grey está buscando la forma de decirle a ella sus planes —¿No piensas hablar? Entonces ven aquí y hazme gritar de placer— su adicción y apetito sexual por él incrementa cada vez más —me voy a casar— habla sin pelos en la lengua y ella sonríe como si Adams le estuviera haciendo una broma, pero al ver que él se coloca el albornoz, se preocupa —espera, espera...— se coloca de pie —¿Es un chiste? Que yo sepa, no tengo
—Pero el cabecilla va a sospechar. Él va querer presumir el matrimonio de su nieto favorito —Es mi decisión señor Marcus. Además, no creo que él señor Grey se niegue a mi petición, solo llámalo, pensé que él vendría —tuvo asuntos personales que tratar, deme un momento y le llamaré— Marcus se coloca de pie y Myriam llega con el té —aquí tienes amiga— le entrega a Ada y el de Marcus lo deja en el centro de mesa —¿Qué pasó? —el señor Grey lo envío para lo del contrato matrimonial, es extraño que él no haya venido —quizás algo de trabajo —o su novia... Tan solo no quiero tener problemas, no más problemas, no quiero que me den dolores de cabeza, solo quiero ser yo la causante de los demás —no te llenes de tanto rencor amiga...— Myriam le iba a decir algo más, pero Marcus hizo resonar su garganta —disculpe interrumpir, señorita Campabell, el señor quiere hablar con usted— extiende su mano para entregarle el móvil Ada mira a Myriam, y lo que nadie sabe es que el corazón de A
Al salir de la casa de Myriam, Ada no deja de pensar en lo que le dijo su amiga, sin embargo, ruega a Dios que haya otra manera de darle el heredero al señor Grey. Para ella no es facil tener sexo con un hombre por el cual no tiene sentimientos de amor, y tampoco quiero ser forzada a hacerlo, pero ya firmó y debe cumplir aunque buscará la forma en que eso no pase. Mientras que Myriam está emocionada por irse de su casa, siente que también es una oportunidad para ella porque sus padres son demasiados estrictos y como no hace lo que ellos digan la han hecho a un lado. Por eso se refugia tanto en Ada porque la ve como una hermana, esa que nunca tuvo. Cuando llegan al apartamento, Ada lo detalla con normalidad, a pesar de que posee una gran fortuna debido a la herencia que debe proclamar, ha estado rodeada de lujos desde niña, así que para ella es algo normal, aunque lo único que llamó su atención, es la vista maravillosa del balcón. —¡Amo este lugar!— exclama Myriam dejando sus m
—En estos momentos estoy ocupado, ¿En qué le puedo ayudar?—¿¡Ayudar!? ¡Usted y yo quedamos en un acuerdo!— espetó —¡Ahora todos lo saben!—¿A qué se refiere?— Adams safa un poco su corbata, la tensión está subiendo—¡Mire las noticias señor Grey! ¡Usted ha incumplido lo acordado! ¿Por qué lo hizo?— él sollozó abrumador de Ada le preocupa—¡Señor Grey!— ingresa muy atemorizado Marcus—¿¡Ahora que carajos, Marcus!?— gruñó y Gina observa en silencio, su intriga aumenta cada vez más—tiene que ver esto— dijo con gran afán y se dispone a aprender el televisorAdams está que mata y come del muerto al escuchar llorar a Ada, la cual está siendo consolada por su mejor amiga para que la chica se calme. Lo peor fue ver una foto de él y Ada por separado y escuchar lo siguiente. —¡Es confirmada la información! El señor Adams Grey, CEO de METALGREY, el millonario más codicioso de San Francisco, está casado con la joven Adamaris Campabell. Noticia que toma por sorpresa a los medios y fans enam
Marcus capta la orden de su jefe y lo sigue, lo peor es al salir de la empresa, cantidad de paparazzis hambrientos por querer tener más información, de que sea el mismo Grey hablando de lo que pasó, eso sería ganancia para ellos. Los escoltas aparecen dando protección a su jefe, mientras caminan hacia el auto y Marcus está sorprendido por el escándalo y las preguntas que escucha.Antes de que Grey subiera al auto, fija su mirada al frente, dónde está él escolta personal de su primo Dante Grey, que al notar que el millonario lo está observando agiliza sus pasos para desaparecer entre la multitud.Adams empuña sus manos, sabía que su tío y primo no se iban a quedar de brazos cruzados y esto le confirma que los miserables están atentos a todo lo que él haga. Por lo tanto, deberá ser más meticuloso. Al subir al auto seguido de Marcus, el chófer se dispone a manejar mientras que los escoltas de Grey, detienen a los paparazzis que parece no rendirse.—nos están siguiendo— espetó —desvía
El silencio reina en la habitación, la respiración de Ada es agitada, mientras que la de Grey, es pesada. Ese acercamiento provoca al hombre que desde que conoció a Ada y fijó su mirada en aquellos labios rosados y carnosos que incitan a ser besados de una manera feroz. Sin embargo, no hace nada indecente. —suéltame por favor— le suplica Adamaris en susurro, porque por una extraña razón, está nerviosa en los brazos del Ceo —Lo haré, si prometes no querer irte. Lo cual sería absurdo señora Grey. Usted más que nadie sabe que un contrato se debe cumplir— Adams vuelve a su fuerte temperamento —¿Lo dices tú? El hombre que dió su palabra y la incumplió— Ada lo fulmina con la mirada y Grey piensa en que ella se ve muy sexy cuando está enojada —¡Señor Grey, le estoy hablando!— Ada lo saca de su nube perversa Por lo tanto, él la suelta porque estaba a punto de cometer un error. —soy un hombre de palabra señora Grey. Sé perfectamente quién hizo esto, pero arreglaré el asunto —tengo de